Acepto parte I

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Los secretos que guardo en mi corazón
Son más difíciles de ocultar de lo que pensé
Quizás sólo quiero ser tuyo.

— I Wanna Be Yours, Arctic Monkeys

— Eri, ¿Tú hermano no se va a enojas por que estamos en su casa?

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— Eri, ¿Tú hermano no se va a enojas por que estamos en su casa?

La joven adolescente siguió subiendo las escaleras hasta desaparecer en el ático, a los segundos Kota observo la cabellera plateada de su amiga y dos ojos escarlatas que lo miraban alegremente desde arriba.

— No te preocupes, — respondió — Mi hermano esta de viaje con su esposo, además, el me ha dicho que puedo venir a su casa cuando yo quiera aunque él no este.

— Ya sé — refutó — pero estamos invadiendo su privacidad inmiscuyéndonos en sus cosas.

—¡Kota! — exclamó Eri, molesta — Lo único que vamos a buscar son los viejos sketchbooks de mi hermano, solo eso. Ahora sube que esta demasiado oscuro aquí y apesta a encerrado, entre mas pronto encontremos las cosas mas pronto empezaremos con el proyecto de la escuela.

Kota no tubo de otra mas que seguir a su amiga.

— ¿Tienes la lampara? — escuchó la voz de Eri a su lado en cuanto termino de entrar al cuarto.

— Si — Kota encendió el aparato y lo primero que vio fue el rostro de su amiga, por un segundo sintió que dejaba de respirar al verla tan cerca de su rostro.

— ¿Qué pasa?

— Nada, — respondió saliendo de su ensoñación y alejándose un poco — tenía ganas de estornudar. — movió la luz al lado derecho — Hay un desastre aquí — murmuro mas para si mismo.

Hacia cualquier lugar que apuntaba encontraba cajas llenas de polvo y una que otra telaraña, casi se desmaya del susto cuando apunto hacia un cuadro y el rostro demacrado de un anciano le devolvió la mirada.

— Vamos a ver, — escuchó a Eri, quien se encontraba moviendo varias cajas — Papá Shota me dijo que probablemente las cajas estaban marcadas, pero...al parecer tienen todo revuelto.

— ¿Crees que debamos abrir todas las cajas?

— Probablemente — resignándose, Eri se dejo caer en el suelo — y después vamos a necesitar un baño.

Kota siguió su búsqueda en silencio, moviendo cajas y dejándolas a un lado de su amiga para que esta las revisara.

— Oye, Eri — la llamó — aquí hay una caja rotulada.

— ¿Qué dice?

— Las vegas.

—¡¿Las vegas?! — exclamó, y en un segundo tuvo a la chica a su lado — Ven, vamos. Trae la caja a la sala.

Kota frunció el ceño y estaba por refutar cuando se dio cuenta que su amiga ya se encontraba bajando las escaleras.

Al llegar a la sala encontró a Eri con los sillones a los lados, alejados de donde regularmente se encontraban y dejando un gran espacio en el suelo, ella se encontraba en medio con las piernas cruzadas y una gran sonrisa en el rostro.

Proudly Married -ShinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora