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𝙄𝙢𝙖𝙜𝙞𝙣𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙤:

Kaitlyn, una chica ordinaria, al menos eso le hicieron pensar por 12 años. Claramente el escondite de sus poderes no duró ni una semana más. Ya que días atrás conoció a un joven llamado, cinco. Raro nombre, ¿porque un numero? La nombrada se preguntaba una que otra vez tratando de poner las piezas juntas.

El chico, el cual se sentía atraído a kaitlyn le había contado un secreto enorme. Que al principio le resultó absurdo pero manejo el creer lo que pudiera. El tenía eso de saltos en el espacio, transportarse. Lo cual a la chica le resultó ambos sorprendente y atractivo.

Recientemente descubrió que ella podía hacer lo mismo. Aunque debatía en si contarle o no.

—¿oye estás allí?—kaitlyn salió de sus pensamientos al notar que tan profundamente estaba pensando.

—si, claro—respondió con una sonrisa que salió más como una mueca.

—¿estas bien?—el ahora novio de kaitlyn, cinco, le pregunto de una forma preocupado.

—estoy bien—dijo ella dándole un corto beso en los labios.

SMUT EN CAMINO 🤑

Besos y más besos eran presentados. Ambos deseando más que solo una sesión de besos. Siempre que estaban a solas, lo cual era frecuentemente, terminaban entregándose.

—mierda— susurró la chica al sentir los húmedos besos en su cuello. Dejando marcas en el, como si no le importara mostrar lo que an estado haciendo.

—eres divina—dijo el chico al remover el sostén de su novia, de la cual siempre se sonrojaba.

El cuarto del chico se lleno de gemidos y jadeos. Mientras que una chica era llenada de placer y dolor. Gemía una y otra vez el nombre de su querido novio haciendo qué tal hombre quisiera más de ella. Lo cual le resultaba gracioso porque solo ella reproducía tal sentimiento en el.

Kaitlyn soltó un pequeño grito al sentir el miembro de cinco entrar en ella de una sola vez, mientras daba grandes embestidas. Ella clavaba sus uña en la espalda del chico queriendo que fuera más rápido, a pesar del dolor que sentía, no se comparaba con la sabiduría que el la hacía sentir.

Pero algo lo tuvo que arruinar. Cuando estaban apunto de llegar, algo paso. Algo de lo cual la chica ocultaba de cinco.

—pero que mierda—dijo cinco al ver que su chica ya no estaba allí. ¿acaso se había transportado?

Number Five ImaginesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora