En esta fanfic leerás inmensas imagines, donde no solo vas a imaginar pero vas a tratar de vivirlo, donde eres parte de la vida de cada uno de los integrantes de The Umbrella Academy, en especial Numero Cinco.
(PRIMER LIBRO DE IMAGINAS SOBRE CINCO)
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***
Cinco paró de correr y miró el lugar en el cual había estado hace horas. ¿De verdad quería hacer esto? ¿O solo quería esa venganza?
— aquí vamos.
Cinco entro al local con una sonrisa falsa, que esperaba pudiera conquistar a aquella chica. Pero esta rápidamente se borró al ver el chico, o en otras palabras el novio de Ocho, besarse con la joven camarera.
— claro que romperé con ella, y hoy mismo, para que podamos tener nuestra diversión sin un obstáculo— El rubio dijo lo suficientemente alto para que el de la puerta escuchara.
Escucho la coqueta risa y como sus labios chasqueaban al unirlos nuevamente.
" ese idiota piensa que se saldrá con la suya después de esto." Cinco salió haciendo haciendo que la campana de la puerta sonara.
(....)
Ocho se encontraban en su cuarto leyendo una y otra vez una específica parte del libro que Vanya escribió.
" Me hace sentir especial y único" Cinco una vez me dijo, refiriéndose a nuestra casi hermana Ocho. Justamente después de que me le confesara. Me sentí devastada, por algún tiempo, pero eso ya no importa. Ambos no están para terminar esta historia de amor que comenzaron, y eso es triste.
" Siento que es la única persona que me hace sentirme feliz" Ocho sonrió con solo hablar de él. Ambos se amaban, y era notable. Hablaban bien de cada uno, las mirada que se daban cuando el otro estaba distraído, y las escapadas o encerradas en sus habitaciones. Es una lástima que no estén aquí. Pero tenían una conexión única y admirable, siempre fueron tan unidos y cariñosos con ellos mismo, y eso de alguna manera me hacía saber que eran el uno para el otro.
Una lágrima resbaló de la sonrojada mejilla de la muchacha. Todas esas memorias divertidas y amorosas incluso las peleas le volvieron, como si solo fueron ayer. Lo cual le encantaría.
Esta guardo el libro rápidamente y limpio las cuantas lágrimas que se escaparon, al escuchar un toque en su puerta.
— pase.
Cinco entro a la habitación agitando de correr y transportarse una que otra vez. Su pelo estaba alborotado, sudor no paraba de bajar de su frente, y su uniforme estaba un poco arrugado.
Ocho lo miro confundida y luego solo agacho la mirada. Paso un mechón de cabello despeinado atrás de su oreja esperando que el chico digiera algo.
Minutos pasaron rápidamente para ambos, y ninguno hablaba. Ocho estaba confundida y incómoda, este solo llegó y no ah dicho una palabra desde que lo hizo.
Cinco por el otro lado, no encontraba palabras. De seguro pensaría que el estaba mintiendo después de todo. Y no quería eso, no quería que ella pensara que el estaba tratando de sabotear su relación.
Un noque poco fuerte se escuchó desde abajo. La joven se levantó decidía abrir ya que eran los únicos en la mansión. Cinco caminaba detrás de ella tratando de decidir si dejaba que aquel chico la avergonzara de esa manera. Y justo cuando esta estaba por abrir...
— ¡espera!— Cinco la jalo y comenzó a alborotar el largo cabello de la chica. — ya abre.
Ocho lo miro confundida una vez más y asintió con el ceño fruncido.
Miro a su joven novio en la puerta, el cual al ver el estado de ambos una mueca enojada apareció en su rostro.
— ¡Todo este tiempo has estado revolcándote con este! ¡No lo puedo creer! ¡Eres una zorra!
La palma de la mano del rubio se levantó, dispuesto a dejar un regalito en la mejilla de la chica.
— no te atrevas. — Seriamente Ocho lo empujó antes de que este terminara de hacer lo que iba hacer.
— y sabes, ella no es la zorra aquí, porque ella solo hizo lo que tú haces ¿sabes? Es que acostarte con la camera ¿está bien? Además, ¿a ti que te importa? Venias a romper con ella ¿no? ¿Esperabas a que ella te fuera leal cuando tú no lo eras? Vete con la camarera de mierda que por cierto es igual a ti, si saber a lo que me refiero.
Cinco cerró la puerta antes de que este pudiera negarse. Y se volteó a encontrar la chica seriamente, con lágrimas en los ojos. Cinco se sentó a su lado tratando de encontrar palabras nuevamente, quería consolarla pero no sabía como.
— gracias.
En un susurro esta agradeció a lo cual Cinco asintió. Ambos se miraron a los ojos, contemplándose. Ambos miraban los carnosos labios de otro, para haci solamente unirlos en un beso, uno que esperaban durara para siempre, lo cual era imposible. Pero al final no es malo tratar.
