En esta fanfic leerás inmensas imagines, donde no solo vas a imaginar pero vas a tratar de vivirlo, donde eres parte de la vida de cada uno de los integrantes de The Umbrella Academy, en especial Numero Cinco.
(PRIMER LIBRO DE IMAGINAS SOBRE CINCO)
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Después de aquel día en el que básicamente Aileen confesó querer a Cinco, ambos comenzaron a no dirigirse la palabra. Conectaban sus miradas pero no duraba más de dos segundos.
Aileen entro a la cafetería a tomar otro café. Cuando entro choco con alguien haciéndola caer al suelo.
— fíjate idiota.
Aileen rápidamente se levantó y subió la vista. Cinco estaba ahí parado mirándola con pena y nerviosismo.
— yo lo siento, iba distraído.— El chico negó tratando de esconder su sonrojo.
— si como sea...— La castaña rodo los ojos y trato de seguir su camino a la barra pero Cinco la detuvo.
— tenemos que hablar...sobre lo de el otro día— En un susurro poco audible Cinco respondió a su acto.
— oh mierda, déjalo, no hagas esto más difícil.
— te espero en el parque ¿okay? okay— Cinco rápidamente salió del lugar sin dejar que la chica se negara.
(....)
Aileen caminaba a pasos lentos hacia el parque más cercano. A cada paso se inventaba otra razón por la cual plantarlo y devolverse, pero sus pies le fallaban y seguían caminando, hasta diría que ansiosos por llegar.
A lo lejos divisó la cabellera oscura del chico. El cual al verla sonrió solo un poco. Aileen se acercó un poco más y después solo paró de golpe al ver hombres armados a lo lejos.
Miraba a estos sin saber que hacer, para cuando noto lo torpemente que había reaccionado, corrió hasta cinco y lo empujó para solo sentir punzadas de dolor en su estómago.
Alarmado cinco la sostuvo y se transporto tres veces hasta llegar a un callejón vacío.
—en que pensabas, no maldicion, esto no tuvo que pasar, porque no solo saliste corriendo en otra dirección.—La mirada de Cinco se apagó y lágrimas comenzaron a salir junto con sollozos al solo ver la sonrisa que se formó en los labios, de Aileen. Lo íntimo que susurro fue "tuve que" antes de dar su último suspiro y perder el brillo que sus ojos una vez contuvieron.
—también te quiero
Y sin más para decir Cinco deposito un beso en los labios de la chica que lentamente perdían el vivo color rojizo que tenían.
