En esta fanfic leerás inmensas imagines, donde no solo vas a imaginar pero vas a tratar de vivirlo, donde eres parte de la vida de cada uno de los integrantes de The Umbrella Academy, en especial Numero Cinco.
(PRIMER LIBRO DE IMAGINAS SOBRE CINCO)
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***
Los hermanos Hargreeves siempre tuvieron una costumbre de no llevarse bien. Específicamente cinco y ocho. Los cuales an creado una rivalidad llena de odio y críticas. Uno molestaba al otro y aquel pagaba. Bromas pesadas eran de todos los días.
— ¿café?— preguntó ocho a cinco, el cual venía bajando las escaleras bien vestido y arreglado.
—claro— respondió aquel sin saber en lo que se había metido.
La pelirroja le entregó un café de la cafetería que siempre iban. Sonrió con malicia al ver la cara de asco de cinco al tomar un sorbo. Mucha sal y pimienta, había sido agrada de parte de ocho.
La cual dejó de sonreír al ver al chico comenzar ahogarse. Se acercó un poco a el y abrió los ojos al ver que no paraba. Lo tomó del brazo y lo ayudó a levantarse.
Lo miro con desesperación, sin saber que hacer al ver que se retorcía en el suelo.
Apretó la panza del chico esperando ver un resultado pero nada paso.
Acercó sus labios con los de el sin pensar. Mientras comenzaba a soplar en su boca. Intentando ayudarlo de alguna forma. Se separó de cinco y arrugó la nariz con confusión y asco. Le había gustado y quería más, y eso la asustaba.
Salió de sus pensamientos al escuchar al chico reírse fuertemente. Ella había caído.
—te odio— ocho lo fulmino con la mirada y le saco su dedo corazón.
—debiste haber visto tu cara— el comenzó a reír aún más, sin saber si debía mencionar el 'beso.'
— maldito, me hiciste básicamente besarte — ocho se paró enojada y se sentó en el sofá.
— quien iba saber que irías tan lejos, para ser sincero pensé que me dejarías morir— cinco se sentó a su lado y soltó una pequeña sonrisa.
—no te dejaría morir— ocho lo miro y bajo la mirada rápidamente. — se que no soy una buena hermana, pero en verdad te quiero.
Ocho levantó la mirada sintiendo sus ojos aguarse. Cinco le sonrió y la miro adorablemente. Y fui allí que no se pudo contener.
Junto sus labios en beso se verdad, uno dulce y largo pero salvaje. No quedaba nada más que disfrutar.
