En el momento en que es la hora de salida, corro lo más rápido que puedo por el largo pasillo principal de la escuela. Las personas me observan al pasar, pero simplemente no dicen nada, siguen en su mundo y me dejan pasar como si nada, lo cual para mi es excelente.
Al llegar a mi casillero lo primero en lo que me fijo es en Theo quien está junto a mi casillero, tiene puesto su uniforme del equipo de Tenis, la camiseta se le ajusta bastante en el pecho y los brazos, lo cual me hace tener pensamientos que en este momento no debería de tener en lo más mínimo.
— ¿Por qué la prisa? —pregunta una vez estoy frente a él. Theo me toma por la cintura y me acera a él con una sonrisa graciosa. De inmediato observo la forma en la que su camiseta prácticamente se adhiere a sus brazos — ¿Soph? —pero antes de siquiera decir una sola palabra tomo su cuello y lo acerco a mi besando sus labios.
Él responde al beso de inmediato, y honestamente no me importa el hecho de estar en medio del pasillo. Que vean todo lo que quieran, es más así queda en claro que Theo es mío. Automáticamente me río al pensar eso, rompiendo el beso.
—Eso fue... wow... —dice Theo sonriéndome levemente — ¿Estás bien?
— ¿No puedo saludar a mi novio? —digo aún riendo un poco debido a mi pensamiento.
—Por supuesto, pero ¿desde cuando el que debe de controlar las hormonas no soy yo? —suelta Theo de pronto haciéndome reír una vez más — ¿a dónde vas con tanta prisa? —pregunta nuevamente mientras yo abro la puerta de mi casillero.
—Hoy inicio mi trabajo comunitario en Cooperhill, voy hacia allá ahora. ¿A qué hora termina tu práctica?
—Hoy hay sesión extendida, el torneo Prime es en tres semanas, lo más probable es que me interne en las canchas hasta entonces, de hecho, eso venía a decirte, pero me alegra que inicies tu trabajo comunitario.
— ¿Vemos una película en casa? Yo llevo las palomitas —digo guardando las cosas que necesito en mi bolso cerrando la puerta detrás —Nos vemos esta noche —beso sus labios una ultima vez, el se toma su tiempo haciendo que mi cabeza comience a dar vueltas.
—Nos vemos, que te vaya bien —dice mientras comienzo a caminar de espaldas sin quitarle la mirada.
— ¡Que hagas muchos aces! —grito mientras me alejo y él solo sonríe despidiéndose con su mano.
Una vez afuera, Troy me espera en la entrada principal.
—Señorita Mason —saluda abriéndome la puerta del auto. Dentro, él arranca el auto saliendo de la propiedad escolar — ¿Directo a Cooperhill? —pregunta observándome por el retrovisor.
—Si, por favor.
Treinta minutos más tarde, Troy se estaciona frente a lo que a simple vista parece un hospital normal, hay enfermeros afuera con pacientes, caminando, o solo conversando.
—Te llamaré cuando haya terminado, ¿de acuerdo? —le informo a Troy quien simplemente asiente, vuelve al auto y lo veo irse por la calle principal.
Dentro, en la sección de información una mujer de unos cuarenta años está concentrada en una novela que sostiene en sus manos. Al divisarme, aleja el libro y me sonríe.
—Hola, ¿qué puedo hacer por ti?
—Hola, mi nombre es Sophie Mason, soy estudiante de la Academia San Adrien, vengo por mi trabajo comunal. Recibí un correo de Tamara Morrison.
—Dame un segundo —la mujer teclea unas cuantas cosas en su computadora y luego toma el teléfono a su lado, dice un par de cosas y después cuelga sonriéndome una vez más —Listo, Tamara te recibirá en su oficina, es en el cuarto piso, encontrarás su nombre en la puerta.
—Muchas gracias —me despido y ella asiente volviendo a su novela.
Camino hasta los elevadores y subo al cuarto piso en donde efectivamente la primera puerta que veo lleva el nombre de Tamara Morrison en el vidrio. Toco la puerta un par de veces, la cual es abierta por una mujer de cabello rizado bastante joven.
—Tu debes de ser Sophie, hola, pasa —me invita a pasar a su oficina en donde tomo asiento frente a su escritorio —. Aquí tengo tu credencial de acceso, con esto podrás ir a donde necesites sin ningún problema. Las puertas son automáticas así que evita olvidar la credencial, ¿de acuerdo? —dice bromeando quitándole un poco de tensión al asunto —. Estudias en San Adrien, ¿cierto? —dice observando mi uniforme y mi aplicación a un lado.
—Así es, estoy en último año.
—Ya veo, en ese caso... dame un segundo —Tamara se levanta de su asiento y abre la puerta de su oficina rápidamente, mira a un lado y luego sonríe — ¡Blake! —grita moviendo su mano indicándole a alguien que se acerque.
Un par de segundos después, un chico utilizando el mismo uniforme que yo entra a la oficina, me observa y frunce el ceño. Tamara regresa a su escritorio con una sonrisa en su rostro que no logro comprender. Toma una carpeta y se la entrega al chico en la puerta.
—Sophie, él es Blake, te ayudará con todo por aquí —el chico, Blake, observa la carpeta y luego a mi aún no muy convencido —Esto es tuyo, no la pierdas —dice dándome la credencial la cual coloco alrededor de mi cuello enseguida —. De acuerdo, pueden irse.
Blake parece un poco absorto ante todo y yo solo salgo de la oficina agradeciéndole una vez más a Tamara, cierro la puerta detrás de mi, y Blake continua mirando la carpeta sin mirarme.
— ¿Hacia donde debo ir? —pregunto y él levanta su cabeza de la carpeta a mi —Lo siento, creo que eso fue un poco apresurado, soy Sophie Mason —estiro mi mano a la espera de que él la tome en saludo, pero me mira aun con el ceño fruncido, aunque un par de segundos después la toma.
—Blake Young.
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Sophie, Schlesinger Extras
RomanceSophie Mason ha crecido bajo el mismo techo que los hijos del señor y la señora Schlesinger, aquella pareja refinada que han sido como unos segundos padres para ella y que siempre le llevan un helado cuando vuelven del trabajo. Sophie ha sido más q...