He pasado el último mes trabajando en Cooperhill después de la escuela. Pasar tiempo con los pacientes suele ser divertido, todos parecen tener algo que decir, y al mismo tiempo las enfermeras y los médicos que trabajan aquí son muy amables.
—Sophie, ¿ya tomaste tu descanso? —me pregunta Sonia, la doctora que está en el mismo turno que yo. No me permite llamarla doctora Hernández cuando estamos solas y no tenemos pacientes en frente.
—No aún no, debo ir por los resultados de Ronald al laboratorio —digo firmando un acta antes de intentar ir en dirección al laboratorio, pero la mano de Sonia me retiene, evitando que pueda continuar mi camino.
—No señorita, ven a sentarte y come, apuesto a que ni siquiera has tocado tu cena —yo niego lentamente —. No irás a ningún lado, los resultados de Ronald tendrán que esperar, además es mi paciente, y estoy segura de que todo ha de estar como se supone que debe estar dentro del cuerpo de un hombre de ochenta y cinco años.
Yo me rindo y tomo asiento en la mesa en donde ella se encuentra comiendo un sándwich de Subway.
Tomo mi cena del refrigerador y saco las dos cartas que recibí anoche de mi bolso.
Ha llegado el momento de decidir a que universidad debo ir, es extraño pensar que he enviado solo dos solicitudes cuando casi todos mis amigos han enviado casi diez.
— ¿Son tus cartas de la universidad? —pregunta Sonia dándole un bocado a su sándwich. Asiento y observo los dos sobres. Aún no las he abierto, honestamente me da un poco de miedo ver lo que hay escrito aquí — ¿Por qué no las abres? —pregunta una vez más y doy un suspiro.
Abro la de Columbia primero. Es mi opción más fuerte, es en donde creo tener mayor posibilidad.
Abro el sobre y leo la primera línea del primer párrafo.
¡Felicidades! Nos complace anunciarle que el ha sido admitida a la Universidad de Columbia para el próximo año escolar...
¡Entré! Tengo la opción de no irme de casa, podré estudiar en Nueva York en una de las mejores universidades del país, y podré estar con Theo sin problema alguno.
—Entré a Columbia —digo terminando de leer la carta. Sonia me felicita y me dice lo mucho que merezco esto, que es una universidad muy prestigiosa y que lo haré genial. Luego, abro la otra carta que es la que más me preocupa.
Hace una semana tuve una conversación con el señor Schlesinger, honestamente creo que tiene miedo y por eso me ha hecho una propuesta que sabe que me costará muchísimo rechazar...
Tengo la opción de ir a Harvard, ser parte del programa de ciencias criminales y de jóvenes detectives de la CIA, tendría un puesto fijo en Industrias Schlesinger en el departamento de investigación que me daría experiencia de manera inmediata... tendría un futuro ideal, el que he estado soñando desde niña y honestamente jamás pensé que podría realizar en algún momento... la única condición es que debo dejar la ciudad, y a Theo.
Mi mente automáticamente se va al momento en que el señor Schlesinger me dijo todo esto, parecía preocupado no solo por Theo, sino por mi.
—Ambos deben realizar sus sueños, Soph, y si realmente quieres esto, él estará en peligro.
No quiero que algo malo le suceda a Theo por mi culpa, es lo último que deseo, y también quiero hacer esto, es una oportunidad única en la vida.
—Tu carta llegará pronto, te van a aceptar de inmediato, todo está listo. Solo tienes que aceptar —dijo mirándome de forma seria —. Tienes muchísimo potencial, Soph, no lo desperdicies por un chico.
El hecho de que el chico en cuestión sea su hijo y heredero del imperio que tienen por supuesto juega un papel importantísimo en la decisión que podría tomar.
Theo es el amor de mi vida, solo espero que tomar esta decisión con cambie eso.
Abro la carta de Harvard y efectivamente me han aceptado, incluso me han invitado a una reunión con el decano la próxima semana para conversar sobre mi futuro. Esto es bastante surreal.
—Entré a Harvard también —suelto y Sonia ríe aplaudiéndome. Me felicita y me dice que debo tomar una decisión difícil, lo que ella no sabe es la magnitud de dificultad que esto posee.
Cuando termino de comer, regreso a mis labores. Subo al tercer piso por los resultados de Ronald en el laboratorio y en el camino veo a Blake revisando su teléfono celular sentado por fuera.
— ¿Estás bien? —le pregunto y él me sonríe antes de guardar su teléfono en la bolsa de su pantalón.
—Si, solo espero unos resultados, ¿qué haces tu aquí? —pregunta.
—Vengo por unos resultados —le digo y él ríe levemente.
Últimamente Blake se ha convertido en un excelente aliado, más que eso creo que es mi amigo. Casi nunca lo veo en la escuela, lo cual es extraño, solo se que está en el mismo curso que Theo.
— ¿Te respondieron de las universidades? Me sorprendió que decidieras aplicar a la entrada temprana, pensé que no querías ir del todo.
—Fue un cambio de ultimo momento, creo que logré ver lo que quería hacer hace poco.
— ¿Y qué es lo que quieres hacer?
—Quiero ser detective. Me apasiona todo el campo criminológico, es algo extraño, pero creo que sería increíble lograr llegar a tener un puesto en la CIA, ¿no crees?
—Eso suena... como algo que no esperaba de ti. Pero creo que es genial que tengas un sueño. Entonces cual será el veredicto, ¿Columbia o Harvard? —tomo asiento junto a él y miro mis manos en un acto de nerviosismo — ¿Qué te ocurre? —pregunta mirándome a la espera de una respuesta.
—Es solo que, tengo una oferta extremadamente tentadora si acepto Harvard. Es una de esas oportunidades que estoy segura no vendrán una segunda vez, pero el sacrificio que tendría que hacer por ello simplemente es... demasiado.
— ¿Te están pidiendo de mates a alguien? —suelta de pronto y yo niego con mi cabeza — ¿Entonces que podría ser tan malo?
—Debo dejar a Theo —digo en voz alta, y eso hace que todo se vuelva más real.
Él no dice nada, solo me observa sin ningún tipo de reacción en sus ojos, como si lo que hubiese dicho no tuviese ningún tipo de importancia.
— ¿Hablas en serio? —pregunta como si le estuviese diciendo una broma pésima. Yo asiento y él ríe sin muchas ganas —No puedes estar hablando en serio.
—Es en serio, la situación es... complicada.
—Nada puede ser tan complicado, Sophie.
— ¡Lo es, no lo entiendes! El señor Schlesinger quiere que me aleje de él, tiene miedo de que algo malo pueda sucederle. Es una historia muy larga, pero la única condición de ir a Harvard gratis y a un programa para jóvenes en la CIA es alejándome de Theo.
— ¿Su padre te dijo eso? Honestamente no veo lo malo en todo el asunto, te está ofreciendo un futuro con tal de que estés lejos de su niño dorado —dice sin muchas ganas, como si todo esto le aburriese.
—Esto es muy complicado, Theo es todo para mi.
—Claramente puesto a que dejarás ir una oportunidad única por él. ¿Acaso él te corresponde de la misma forma? Digo, ¿no es solo un capricho de niño rico?
—Yo no soy un capricho de nadie, Blake —digo comenzando a molestarme —. Theo y yo hemos vivido toda nuestra vida juntos, nos amamos desde siempre.
—Entonces dile a su padre que no, por amor a Dios, el problema se soluciona bastante fácil.
Me tomo la cabeza con mis manos y suspiro, esto no puede estar pasando.
—No sé que hacer —digo más para mi. Honestamente no tengo la más mínima idea de lo que haré.
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Sophie, Schlesinger Extras
RomanceSophie Mason ha crecido bajo el mismo techo que los hijos del señor y la señora Schlesinger, aquella pareja refinada que han sido como unos segundos padres para ella y que siempre le llevan un helado cuando vuelven del trabajo. Sophie ha sido más q...