No estoy muy segura de lo que haré antes de irme, Charles me ha dejado bastante en claro desde mi fiesta de graduación que no puedo perder más tiempo, debo dejar a Theo si quiero entrar en este mundo tan lleno de peligros y amenazas... no tengo idea de que hacer. Me dio un plazo considerable, pero la idea de tener que pasar todo el verano evitándolo solo me rompe el corazón.
— ¿Puedo esperar a que termine el verano? ¡Por favor, no puedo terminar con él y pasar tres meses en Mónaco a su lado sin hablarnos!
—Charles... no seas tan cruel, ya es suficientemente difícil esta situación —mencionó Angie a mi favor, se que esto es una locura completa, es decir su hijo sufrirá mucho, ¿qué no lo ven?
—No podemos exponerlos, la prensa ya sabe de ellos, si se enteran de ti, Soph, siendo parte del equipo de investigación de la compañía serás un objetivo, Theo será un objetivo.
—Hay seguridad en todas partes, Charles. Theo tiene más guardaespaldas que el presidente, Troy solía estar en el servicio secreto, nada malo nos sucederá.
—Eso no podemos suponerlo siempre, Sophie. Tendrás acceso a información muy valiosa, creo que Trevor te lo dijo, esto no es un juego.
— ¡Lo sé! Sé que no es un maldito juego, pero amo a Theo y no quiero perderlo por esto... así que no lo aceptaré. No iré a Boston y no entraré al programa de la CIA, y no trabajaré en la compañía.
—Sophie, no sabes lo que estás diciendo... —suelta Charles levantándose de su asiento en la oficina, observa por la ventana dándonos la espalda, toda la ciudad de Nueva York se presenta de manera imponente frente a nosotros —Tienes mucho talento, podrías llegar a ser de las mejores investigadoras del mundo.
—No me interesa ser la mejor del mundo si no puedo estar con Theo.
Mis palabras son firmes, incluso me impresionan a mi misma, pero no quiero toda esta gloria si el precio a pagar es mi corazón.
— ¿Estas segura de esto, querida? —Angie pregunta dándome la mano de manera cuidadosa. Se que a ella no le agrada mucho la idea de que yo esté en el equipo de investigación, mucho menos que sea una amenaza para su hijo, pero la mirada maternal que Angie me da me dice que apoya mi decisión sea la que sea.
—Muy segura, puedo ir a Columbia el próximo año, estaré en casa y podré estar con Theo.
— Y, ¿qué harás en dos años cuando él se vaya a Harvard? —Charles me observa desafiante del otro lado de su escritorio, expectante a mi brillante respuesta.
—Charles... —advierte Angie pero él hace un movimiento con su mano que la silencia de golpe.
—Dime, ¿qué harás cuando él esté en Cambridge y tú aquí en Nueva York?
—Aún queda mucho tiempo para pensar en eso —suelto sin más manteniendo la mirada firme.
—Theo heredará todo esto, Sophie, lo que significa que también tendrá que saber tarde o temprano que el gobierno está detrás de nuestros sistemas de seguridad, al igual que muchos otros que harán lo que sea por conseguir hasta un mísero acceso... todo es un riesgo...
— ¡Theo no quiere heredar esto! —grito sin pensar realmente en las palabras que están saliendo de mi boca.
— ¿Cómo? —pregunta Angie relamerte sorprendida por mis palabras, pero la mirada de severidad que Charles me da es mil veces peor.
— ¿De qué demonios estás hablando? —No debí decir eso...
—Theo... no quiere heredar Industrias Schlesinger, nunca lo ha querido, pero lo va a hacer porque sabe que ese es su deber... estudiará Economía y todo lo que ustedes quieran, pero nunca será realmente feliz...
— ¿Él te lo dijo? —pregunta su madre mirándome con tristeza en sus ojos.
—No directamente... pero es solo cuestión de observarlo para darse cuenta. Theo es bueno en todo lo que hace y no dudo que será un excelente empresario pero, su verdadera felicidad no está en ahí. He decido quedarme en Nueva York, porque él no tendrá derecho a elegir, y ese derecho yo aún lo puedo ejercer... no dejaré que su felicidad se vea incluso más afectada, así que gracias por la oferta, pero no me iré de aquí.
Me levanto de mi asiento y salgo de la oficina de Charles rápidamente. Su secretaria me observa algo nerviosa pero la ignoro y me encamino directamente al elevador. Una vez en la planta baja, saco el teléfono de mi bolsillo y marco el número de Theo, el cual contesta un par de segundos después.
—Hola, estoy saliendo de tu casa —menciona y por más curiosidad que me de saber que hacía en mi casa, me apresuro a decirle lo que estoy pensando.
—Te amo.
El silencio que se forma entre nosotros lo siento casi infinito pero aún escucho su respiración al otro lado de la llamada.
—Yo también, ¿ocurre algo? —ahora es cuando realmente no se que decirle.
—Solo quiero que sepas que me importa mucho tu bienestar y tu felicidad, y que te amo como nunca podré amar a alguien y que intentaré ser la mejor compañera de vida que podrás tener.
No se que tan rápido he dicho todo esto, pero él parece no creer todo lo que he dicho, sabe que oculto algo pero es demasiado amable para decirlo.
—Soph, ¿qué pasa? —no sé por qué siento un nudo en mi garganta, tan tenso, que las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas —Soph... respira, ¿dónde estás?
—En... la oficina de tus padres...
—Maldición, ¿qué te han dicho? No, ¿sabes que? Olvídalo, iré por ti, no te muevas.
Mis manos comenzaron a temblar, ni siquiera me di cuenta cuando terminó la llamada, pero quince minutos más tarde el auto de Theo estaba frente a mi, el salía de él tan apresurado que casi golpea a un hombre que iba pasando con un café en su mano. Al verme, se veía algo confundido pero sus ojos solo me transmiten una paz que jamás podré explicar.
Antes de poder siquiera decirle que me encuentro relativamente bien, y que no debe preocuparse, sus labios se estampan contra los míos en un beso que no tenía idea que necesitaba. Entrelazo mis brazos alrededor de su cuello en un intento de profundización que él acepta gustoso, antes de que nuestros pulmones reclamen por oxígeno.
—No tengo idea de que ocurrió, o de que te hayan dicho, pero nada, y escúchame bien, nada en este mundo podrá hacerme dejar de amarte.
No podía decirle nada, no podía decirle que su padre me quería fuera su vida por su propio bien, pero ahora que he decidido no aceptar su oferta, ¿todo vuelve a la normalidad, no?
Decidimos ir a un café cerca de Central Park, no hay muchas personas lo cual es bastante conveniente. No puedo evitar notar que realmente ha venido solo, Troy no está con él, ni algún otro miembro de su seguridad privada... realmente estamos solos.
—Decidí no ir a Harvard... —suelto en cuanto nos han dejado nuestra orden en la mesa. Él me observa sin comprender lo que le he dicho y yo solo lo repito con más seguridad en mi voz —Decidí quedarme en Nueva York.
— ¿Por qué? —si es difícil de creer para él... como será cuando se lo diga a mis padres...
—No... no quiero perderte... —y no solo por unos cuantos años, para toda la vida.
—Soph, nunca me perderás.
—No sabes lo que dices... —digo más para mi que para él.
— ¿Eso fue lo que te dijeron mis padres? ¿Por eso estás así?
—No... bueno, un poco...
Theo toma mi mano sobre la mesa y la áptera con la suya antes de tomar un gran respiro.
—Mis padres tienen toda mi vida planeada, mi elección universitaria, mi carrera, todo mi futuro está escrito en alguno de sus libros de cuentas, pero hay algo que jamás dejare que decidan por mi, y es a la persona que amo.
—Theo, esto es una locura...
— ¿Qué es una locura? ¿Que te ame como el loco enamorado que soy? Porque eso hago, Sophie, te amo y lo haré siempre, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no te perderé solo por algo que hayan dicho mis padres.
—No soy buena para ti...
— ¿Como puedes decir eso? Hemos estados juntos toda nuestra vida, nadie me conoce tan bien como tú, no hay absolutamente nadie en este mundo que sea mejor que tú. Si mis padres te dijeron algo que te haya hecho dudar de mi amor por ti puedes irte olvidando de ello porque no es cierto.
—Hay muchas chicas que podrían ser un gran partido para ti y los negocios de tu familia.
No tengo idea porqué estoy diciéndole todo esto, una parte de mi quiere hacerle ver que puede ser feliz con alguien más, alguien que no se convierta en una amenaza para su vida... pero yo misma se que lo nuestro es demasiado fuerte como para que él crea mis mentiras.
—Ahi está el pequeño detalle, Soph. Mi corazón no es ningún negocio en el que se pueda invertir o firmar acuerdos, suficiente tengo con todo esto de la herencia no necesito a una chica extraña a mi lado solo para hacer crecer la fortuna familiar... me lanzaría de una puente antes de perderte...
—No digas esas cosas, dime ¿y si algo nos ocurriera? Si tú murieras, ¿querrías que yo me suicidara?
—No... jamás.
—Exacto, así que si me llegaras a perder por alguna razón, ni siquiera pienses en eso... no me lo perdonaría...
— ¿Por qué hablas como si realmente llegase a suceder? No me importa lo que digan mis padres, no me alejaré de ti, lo único que haría alejarme sería que tú misma me lo digas.
Siento un vacío enorme golpearme, que yo se lo diga sería aceptar el hecho de perderlo, y no estoy lista para eso... prefiero solo abandonar mis sueños por ahora, que perderlo a él para siempre.
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Sophie, Schlesinger Extras
RomanceSophie Mason ha crecido bajo el mismo techo que los hijos del señor y la señora Schlesinger, aquella pareja refinada que han sido como unos segundos padres para ella y que siempre le llevan un helado cuando vuelven del trabajo. Sophie ha sido más q...