Capítulo 32

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Louis, Niall, Harry, Zayn, Liam y tu os quedabais en Londres, mientras que Niall se iba a Irlanda, echaba de menos a su familia y no se iba a permitir pasar unas navidades sin ellos y Cloe le acompañaría unos días, y luego volvería a Londres para acabar de pasar las navidades con los demás chicos.

-__(tn), ven, vamos, quiero enseñarte un sitio.

-Oh, salimos del avión y ya me metes prisas. Uy, que mal novio eres. -Dijiste bromeando, le fuiste a dar un beso pero se apartó. -Oh, que te apartes una vez vale, ¿Pero dos? Así demuestras lo mal novio que eres. -Te cogió de la mano y te arrastró hasta una moto vespa. Os subisteis y te tapó los ojos. Oh vaya, más sorpresas, parecía que con ese chico nunca se iban a acabar. La moto paró y el bajó, te dio un beso y te susurró al oído "Me gusta ser mal novio, y por eso, te voy a abandonar aquí, pero si me quieres volver a ver, vas a estar aquí sentadita sin destaparte los ojos, ¿Vale?" Le fuiste a dar una cachetada, pero ya era demasiado tarde, se había ido. Esperaste, esperaste y no aparecía. Entonces te quitaste la venda, y allí estaba, sentado delante de ti sin avisarte.

-Quería comprobar el tiempo que podías estar sin verme, vaya, no es demasiado. -Le fuiste a decir algo pero te dio un beso. Te cogió en brazos brazos como se hacía en las películas y entró a una pequeña cabaña, estaba en la playa, para ser exactos, en medio de la playa. Casi se tocaba el agua del mar, pero hacía demasiado frío para bañaros, o eso creías, porque entró por la puerta de la cabaña, te desnudó, luego se desnudó el y sin dejarte en el suelo, salió por la puerta de detrás que daba directamente a la playa, y te tiró al agua, seguidamente se tiró el también y, a pesar del horrible frío que hacía, os quedasteis en el agua, jugando, riendo y nadando. Cuando el sol se fue por la tarde, entrasteis corriendo en la cabaña, ya que hacía un frío horrible fuera, y en la cabaña se estaba muy calentito.

-Y dime, ¿Que es todo esto?

-Una cabañita, siempre vengo aquí cuando quiero estar solo, pero siento que ahora esta cabaña va a ser nuestro lugar de escape, de los dos. -No sabías que decir, así que lo besaste, un beso largo y lento, de esos que tenía miles de sentimientos y historias dentro.

-Bueno, dime donde está la ducha, estoy llena de sal. -Te señaló la puerta y entraste, estabas y entrando en la ducha cuando entró el.

-Verás, soy pobre, y debemos ahorrar agua, así que mejor nos duchamos juntos. -No le pusiste pegas, era una buena forma de ahorrar agua, la verdad. Entrasteis en la ducha, el agua estaba calentita, mucho, podías ver como todos los cristales se empezaban a entelar. Pusisteis el tapón y llenasteis la bañera hasta arriba. Y os quedasteis allí abrazados, tu cuerpo contra el suyo, en silencio, sin decir nada, pero siempre dicen, un silencio dice más que mil y una palabras, mirabas como le caían gotas alrededor del cuerpo, era tan, tan pero tan guapo, y además, tuyo y de nadie más. Ese silencio empezó a hacerse un poco incomodo, y Liam rompió el hielo.

-Sabes, te ves muy bonita en la ducha, oh vaya, mierda, no te estoy diciendo que en verdad seas fea, pero aquí. -Le cortaste y te tiraste giraste, le diste un beso y empezasteis ha hacer el amor, no os voy a dar detalles de todo lo que hicisteis, porque sé muy bien que tu lo sabes perfectamente, no olvides, esta es TU HISTORIA.

Amor en Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora