Capítulo 3

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"La curiosidad mató al gato, pero el gato murió sabiendo."

12 de julio,2017

—¿Y cómo se usa? —pregunté sin entender qué era lo que tenía que hacer en la aplicación.

—Solo te tienes que registrar, Oph. —contestó la ojos verdes, acercándose despacio a mi cama.

Ella se acostó boca abajó y después me arrebató el Iphone. Sasha estaba ayudándome registrarme en la aplicación Mundo Azucarado ¿Qué clase de App se llama así? Esta era la más popular entre los jóvenes de 18 a 25 años. No importaba ser hombre, mujer o marciano. Lo único que tenías que tener para ingresar era: ser atractiva, guarra y elegante. Una gatita de azúcar.

Por otro lado, también había otro registro que era para personas de 35 a 90 años. Aquí lo requisitos eran: dinero, ser mayor y dar lujos a tus acompañantes.

—¡Quién carajos va a tener 90 años y se va a registrar aquí! —chillé al leer parte de los requisitos que pedía la App —. Digo, que pasa sí mi abuelo de 98 años quiere una bebita y no se puede registrar. —agregué agarrando mi almohada rosada para estar más cómoda.

Sasha comenzó a reírse de mis ocurrencias. Jamás pensé que iba a conectar tan rápido con una persona. Apenas teníamos cuatro meses de habernos conocido. No solo éramos manipuladoras, interesadas y egocéntricas, sino que también compartiamos un secreto, donde las paredes de mi cuarto eran testigos...

— No creo que a un viejito de 98 se le pare la polla—comentó la rubia ceniza—. Mi tita dice que mi abuelo y ella dejaron de tener sexo desde que cumplieron los 79, y que después de ahí solo roces.

No puede evitar reírme. Era una información poco necesaria. No necesitaba saber si esos viejitos follaban aun.

— Listo—interrumpió Sasha cuando me pasó el celular—. Ahora solo tienes que escoger una foto de perfil donde tus ojos digan—Se sentó en la cama e hizo ojitos de cachorro regañado—; quiero comerte la polla, pero no te lo voy a decir. —Lentamente subió su dedo índice y lo mordió con picardía.

— Eres una tonta. —Tomé la almohada en la que reposaba y se la lance en la cabeza—. Yo no soy tan sucia como tú—Le saqué lengua y me acosté boca arriba, dejando sus manos por encima de mi cabeza.

— Eso no gimoteabas ayer—reveló mi amiga con una sonrisa ladina en sus labios rosados—. ¿No te acuerdas?

Solté una risilla cargada de coquetería y me levanté lo justo para quedar a su altura.

Le sonríe de medio lado, y después le agarré sus mejillas con delicadeza. Yo tenía muy en claro mi orientación sexual, pero era forzoso no querer tener rollos con Sasha.

A mi me gustaba los hombres, sobre todo a Jean.

21 de mayo, 2018. Pasadas las 8 pm

En el BBC News no paraban de hablar de la dolorosa muerte de Jean. Lo calificaban como un hombre honesto, valiente y muy luchador. Todo el país parecía estar de luto por aquel honorable hombre.

"Hoy todo Reino Unido se viste de luto por ti, Jean. Gracias por dejar tanto, aun cuando nosotros dábamos tampoco." Decía un estudiante de la U.S.B con lágrimas en los ojos.

"Que descanse en paz el honrado Jean O'Brien Demmon."

«¿Honrado? ¡Ja! Claro, para todos era así, un hombre amable, recto y generoso, que conquistaba a todos con sus palabras motivadoras; simple apariencia para tener el poder.» pensó la rubia

Para que tengas poder debes aprender a manipular masas y que ellos te vean como un líder, no como un enemigo. Y eso era lo que hacia ese hombre cuando estaba vivo.

Ophelia recordaba cada vez que la obligaba a darle sexo oral a otros hombres mientras él la miraba entretenido. En su momento era excitante y divertido, pero después se volvió denigrante.

Escuchaba la voz de Adonis a los lejos. Él le hablaba y ella solo asentía con la cabeza sin saber qué decía el castaño. Miraba los labios moverse, pero dentro de ella nada entraba para procesarlo.

—¡Qué si te sientes bien! —gritó el muchacho de pecas.

La muchacha sacudió la cabeza, para intentar poner atención.

— Perdona. —Se endereza en el sofá—. ¿Qué dijiste? Es que estoy pensando en mi papá. —Mira su celular y desbloquea la pantalla:

1 mensaje de Sasha, 2 mensajes de Chantal y 3 mensajes de Mami.

— ¿Y ya has hablado con él? —interrumpió la madre de Adonis que se acercaba a la sala con una bandeja de galletas y té de menta.

Ophelia negó un par de veces y respondió cabizbaja.

— Papá no habla conmigo desde hace cinco meses. —Se estiró para tomar una tácita de té—. Solo tengo contacto con mi madre, pero es muy poca. —No quiso agregar nada más.

— Yo a veces no entiendo a los padres de familia—Suspiró Abigail, sentándose frente a los muchachos—, yo no dejaría de apoyar a mis hijos solo porque han hecho una locura. Yo también fui joven una vez y sé que a veces las amistades  nos vuelven otra persona, pero eso es lo hermoso de crecer, Oph—Abigail sonrió con dulzura a la menor.

En el tiempo en que ella perdió la comunicación con su padre, se sintió más libre, porque al fin dejaba de aparentar lo que no era.

— Muchas gracias por sus palabras, Abigail. —murmuró dándole un sorbo a su té—. Ojalá mi papá pensara como usted y comprendiera que solo fue una travesura.

— Sí, sí—confirmó la mujer—, pero tampoco hay que hacer "travesuras" — Hace comillas con los dedos—tan complicadas que se te pueden salir de las manos, pequeña.

El estómago se revolvió por completo al escuchar aquella palabra que usaba Jean cuando la tenía amarrada a la cama y notaba que estaba húmeda.

"Al parecer el agente Clark ya tiene posibles sospechosos del crimen..."

Decían en las noticias. Los tres voltearon a ver la pantalla, y Ophelia tragó grueso, pero no perdió su cordura de parecer una niña buena.

La puerta del frente comenzaron a tocarla con rapidez, alguien parecía tener la urgencia de entrar. Los golpes hicieron que la mujer mayor se levantara a toda prisa para ver quién se atrevía a tocar así.

Abigail se levantó para ir a abrir la puerta, Ophelia dejó el té a un lado para caminar detrás de la señora de cabello rojizo. Estaba preocupada por si fueran agentes del caso o si fuera su padre, pero ella intentaba pensar en cosas buenas, aunque sus acciones siempre hayan sido malas, incluso hasta con Adonis.

— Tenemos un reporte que aquí se encuentra Ophelia Russo ¿Se encuentra ella aquí? —preguntó un oficial a la madre de Adonis.

— Sí, ella...—titubeó —. ¿Para qué seria? —curioseó mirando a los oficiales que andaban en patrulla.

Ophelia escuchaba detrás de la mujer, que por cierto no se había percatado que la jovencita la estaba siguiendo. Hasta que la voz de Adonis la sorprendió.

— ¿A quién buscan? —preguntó el muchacho con seriedad. Abrazó los hombros de su madre y sonrió a los señores.

—Venimos por Ophelia Russo para que nos acompañe a la comisaria —respondió nuevamente el señor de barba, sin mirar al muchacho, solo porque era un simple mocoso.

La rubia rápidamente salió de las espaldas para sonreír con esfuerzo a los hombres.

— Soy yo... pero antes quiero llamar a mi abogado.

— No hace falta señorita —la interrumpió el otro señor que no había hablado —. Serán preguntas sencillas, señorita. No se preocupe.

Justo como lo había planeado; a lo lejos se veía el carro del padre de Adonis que era abogado. Sí, así como lo planeó en su mente perversa.

Ophelia #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora