Lie ✦Kookmin✦

16

JungKook tenía catorce años cuando repentinamente fue trasladado a otra escuela por algunos conflictos con el trabajo de su padre.
Fue un gran golpe para él aquel cambio, ya que ya tenía formado sus amigos, y al ser una persona algo tímida para hacer amigos, fue muy difícil acostumbrarse.

Cuando llegó y tuvo que presentarse a su curso, casi se hizo pis en los pantalones. Agradecía después que nadie se le haya acercado hablar, prefería eso a que tener una crisis por no saber cómo responder.

Cuando terminó la primera materia, salió de allí antes de que todos en la clase le rodearan, ya que había visto las intenciones de algunos.

Se iba a dirigir al baño para comer allí, pero para su sorpresa, antes de llegar alguien llamó su nombre a lo lejos.

— Perdona... ¿Tu eres Jeon JungKook?— le preguntó un niño de cabello castaño y baja estatura.

— Si...— procuró no verlo al rostro, pero falló al ver de reojo su sonrisa.

— Que bueno, te estuve buscando por todo el edificio. Fui a tu curso y tus compañeros me habían dicho que saliste— dijo algo tímido—. Ah... me llamo JiMin, el director te estaba buscando.

— ¿A mi? ...¿P-Por qué?

— Ah no es nada malo— sonrió— quiere consultarte sobre unos documentos que tus padres dejaron.

— Oh... okey.

— ¿Sabes donde queda o quieres que te acompañe?— preguntó amablemente.

— N-No... yo sé dónde es.

— Okey, entonces nos vemos JungKook— se despidió con una pequeña sonrisa antes de irse.

El pelinegro por su parte mantuvo la mirada fija en la espalda de aquel chico, sin saber porque. Hasta que en un momento JiMin se volteó y ambas miradas se cruzaron. Ambos se avergonzaron y voltearon enseguida para luego irse rápido de allí.

JungKook entonces se sintió algo confundido. Jamás alguien le había parecido tan lindo y adorable como aquel niño. Le habían gustado una que otra niña cuando estaba en preescolar o primaria, pero luego habían pasado años hasta que alguien más le hubiera parecido lindo, siendo este además, un chico.

Desechó sus pensamientos y decidió seguir con su rumbo, pero esta vez hasta la oficina del director. En dónde arregló unos cuantos asuntos que sus padres no habían puesto en los registros y luego salió de allí.

Ahora si podría ir a comer tranquilo... o al menos eso pensaba hasta que su paso fue interrumpido de nuevo, pero esta vez por un choque en su espalda.

— ¡Hey, te llevo llamando desde hace rato! Estoy en tu curso... al lado tuyo en realidad me siento, se te cayó esto— le pasó su monedero de Iron Man.

El pelinegro lo tomó avergonzado y en suaves palabras le agradeció, para luego voltearse e intentar alejarse de ese niño tan extraño y energético.

— ¿A dónde irás a comer? ¡Puedo acompañarte!

— No... yo..

— Vamos no te voy a morder. ¡Ah! por cierto, me llamo YugYeom.

— JungKook...— respondió. No quería hablar, pero no iba a ser descortés.

— Si, lo sé. Bueno, vamos a comer que tengo hambre— tiró de su brazo.