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JiMin despertó con un gran dolor de cabeza. Sentía la garganta seca y como si un camión le hubiese pasado por encima.
Se sentó e intentó visualizar todo a su alrededor pero la luz le estaba lastimando los ojos, por lo que se los frotó y trató de acostumbrarse.
Finalmente notó que se encontraba en el sofá de la casa de NamJoon y recordó además, lo sucedido a la noche.

Como pudo se levantó y se dirigió hacia el baño, encontrándose en el pasillo con su primo.

— JiMin, ¿estás bien amigo?— lo miró divertido.

— Si... perdón por el desastre que hicimos— habló con la voz demasiado ronca para su gusto.

— No te preocupes hombre, es bueno desahogarse de vez en cuando.

— Aún así me siento algo avergonzado...

NamJoon le sonrió amablemente luego de negar con la cabeza.— En el baño hay pastillas para el dolor de cabeza y también SeokJin hizo algo de sopa, pero primero te recomiendo que te bañes, llevas puesta esa ropa desde ayer y bueno... digamos que no hueles del todo bien.

— A-ah si... por cierto... ¿HoSeok hyung cuándo se fue?— preguntó al no verlo por ningún lado.

— Si, hace unas horas.

— Oh... okey.

— No te quiso despertar debido a que estabas muy dormido. Dijo que después te llamaría.

— Gracias por avisarme.

— De nada— sonrió y luego se quedó observándolo mientras el menor agarraba una pastilla y la tragaba junto a un vaso de agua que había llenado hace unos momentos.

— Suelta, tienes algo que decir, ¿cierto?— se volteó a ver al mayor.

— ¿Cómo te sientes?

— Sin contar el dolor de cabeza y mi garganta súper seca, mal, ¿pero qué puedo hacer? Por más que lo intente el dolor no desaparece.

— Hablé con YoonGi esta mañana, dijo que vendrá a visitarte.

— Dile que no es necesario.

— No me hará caso. Además, te hará bien verlo, sé lo unidos que son.

— No quiero seguir generándole problemas a los demás.

— Si él te estuviera escuchando en estos momentos, seguramente te golpearía.

— Si... tal vez.

🐾

JungKook limpiaba las mesas con pesadez. Agradecía todavía poder conservar su empleo y solo porque la hija del dueño tenía una obsesión con él, pero al menos así tenía algo con que matar el tiempo y no quedarse encerrado en su departamento abrazando las prendas que habían quedado de JiMin.
Cuando levantó la vista y vio cierta cabellera castaña, suspiró.

— ¿Podemos hablar?— preguntó al acercarse.

— ¿No ves que estoy trabajando?

— Te esperaré hasta que tengas un rato libre— jugó con su mano nervioso.

— ¿TaeHyung no lo entiendes? No quiero verte más, vete a tu casa.

— Por favor... sólo serán unos minutos.

JungKook lo ignoró y siguió con su trabajo, yendo a limpiar ahora los platos. Prefirió tomar el turno de la cocina así no tendría que ver su rostro y se terminaría yendo del aburrimiento. Pero no se sorprendió del todo cuando luego de unas horas salió, y el chico seguía allí, con la mirada perdida en las flores del jarrón.

Lie ✦Kookmin✦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora