DALLAS, ESTADOS UNIDOS
Andrei
Cuando Andrei despertó esa mañana para tomar el vuelo, Hernán ya no estaba en su habitación, se recordaba intentado mantenerse despierto para no desaprovechar el tiempo, pero las caricias y el calor del cuerpo del moreno lo llenaron de paz y no lo logró. Había sentido a Hernán besándolo suave en los labios y en la frente mientras salía de la cama, pero no estaba seguro de si había ocurrido o lo había soñado.
Su cuerpo se sentía diferente, no se sentía así desde su primera vez y eso sólo lo confundía más. La noche con Hernán había sido increíble y él había creído cada palabra que le había dicho, le creyó cuando le dijo que no quería utilizarlo y le creyó cuando le dijo que era hermoso; y él también había dicho muchas cosas, no se arrepentía de ninguna.
Se obligó a salir de la cama para darse una ducha y dejar de darle vueltas al asunto, se había acostado con Hernán, había hecho la única cosa que estaba seguro no debía hacer y ya no había nada que pudiera hacer para arreglarlo. Quería olvidarlo, aunque las marcas aún visibles en su piel y el tacto fantasma de Hernán que lo perseguía lo hacían imposible; quería sentirlo de nuevo pero no podía porque no era algo que le pertenecía, le pertenecía a León y él se iba a encargar de recordárselo cuando abordaran ese avión, se sentara junto a Hernán y recostara su cabeza en su hombro para dormir.
Y eso fue justo lo que sucedió, apenas cruzó una mirada con Hernán en el aeropuerto y se alejó de él porque sus ojos le recordaban como lo había mirado cuando le dijo que le gustaba su risa y no quería ver esos ojos mirando a León. Era estúpido, no tenía derecho a sentirse celoso, pero así se sentía, aunque Hernán había sido suyo sólo por un momento, quería creer que lo que le había dado a él no se lo había dado a nadie más. Y el moreno avivó esa esperanza cuando no abrazó a León como lo hacía en cada vuelo.
- Parece que terminaste bien la noche después del concierto, ¿A dónde te arrancaste? - le dijo Felipe sacándolo de sus divagaciones.
- ¿De que estás hablando? - le preguntó confundido Andrei.
- Del sendo chupón que tienes atrás de la oreja - Andrei se sorprendió y se cubrió de inmediato.
- Mierda, ¿se nota mucho?
- Ya todos lo vieron, habían algunos celosos y entre los bailarines empezaron a preguntar quien fue el "suertudo" - si supieran, pensó Andrei.
- ¿Lo vio Gabriel?
- ... y Arturo.
- Me van a dar el sermón...
- No creo, Gabriel ya tranquilizó a Arturo y anda demasiado contento con los resultados de la gira para decirte algo.
- Bacán, porque no estoy para fingir que me importa.
- ¿Y, quién fue el suertudo?
- No lo conoces, me lo encontré anoche, y tranquilo, no dejé que me tomara fotos - le respondió riendo mientras sentía la mirada de Hernán sobre él.
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Tenían un día libre antes del primer concierto en Estados Unidos y mientras muchos decidieron usarlo para recuperarse del jetlag y turistear de noche, Andrei se encerró en su habitación buscando el momento indicado para subir a la azotea.
Aún no cruzaba una palabra con Hernán desde la noche que pasaron juntos, en cuanto se habían registrado en el hotel cada uno se había dirigido a su habitación, estaban en el mismo piso, prácticamente frente al otro, sin embargo no se habían dicho nada. Andrei lo interpretó como el arrepentimiento luego del error, que Hernán lo mirara sólo cuando pensaba que él no lo notaba y que no fuese capaz de acercarse por lo menos a decir buenos días, le indicaba que se avergonzaba de lo que había ocurrido. Él debería sentirse del mismo modo, había metido a una persona comprometida a su cama y si tuviera la oportunidad de volver a hacerlo, lo repetiría, esa no era una conducta de la que estar orgulloso, se había transformado en lo que siempre había odiado, y además había sido iluso, porque lo que para él había sido la mejor noche de su vida, para Hernán había sido la noche donde cometió uno de sus errores más grandes. Al menos eso era lo que Andrei creía.
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Tras bambalinas #1
FanfictionHernán pensaba que tenía su vida resuelta, desde muy pequeño sabía a que se quería dedicar y hoy a sus 27 años lo estaba haciendo. Junto a eso había encontrado al que consideraba el amor de su vida y con quien tenía la suerte de complementar su pasi...