Tras bambalinas #1

Capítulo 18

SAO PAULO, BRASIL

León

Había desayunado a solas con Hernán y cómo nunca se había sentido como estar con un extraño. Se habían distanciado en cuanto comenzó con los preparativos para la gira, pero eso siempre ocurría, tenía la tendencia a involucrarse tanto en el trabajo que descuidaba todo lo demás y eso siempre había sido una queja de parte de Hernán; con el tiempo lo había comenzado a aceptar y poco a poco había dejado de exigírselo, lo que no quitaba que de vez en cuando le pidiera un tiempo para hacer vida de pareja. En ese tour había ocurrido, al comienzo, pero luego llegó con una solución que jamás esperó y que para ser honesto le había provocado pánico, pero lo aceptó, ese tiempo que Hernán le ofreció fue su permiso para enfocarse al 100% en el trabajo sin enfrentarse a conversaciones que lo hicieran sentir culpable por hacerlo, pero ahora dudaba de si había sido tan buena idea. Sentía a Hernán más lejano que nunca.

El moreno seguía siendo ese hombre amable y cálido que cada vez que veía le producía tranquilidad, pero se sentía diferente, ya no estaba alrededor de él como antes y lo extrañaba, extrañaba esa sensación de protección que tenerlo cerca le generaba y extrañaba su tacto, sus caricias suaves, sus brazos rodeándolo por las noches, sus besos y su cuerpo, extrañaba sentir que le pertenecía.

Ni siquiera esa noche en Los Ángeles donde lo convenció de dejarlo dormir en su habitación lo hicieron sentir más cerca de él. Hernán lo había consolado, le había devuelto la tranquilidad y lo había acariciado, pero lo había dejado queriendo más, por eso le pidió pasar la noche ahí, porque pensó que tal vez un poco de privacidad era lo que necesitaban, que cuando estuviesen juntos en la misma cama las cosas fluirían y el moreno actuaría como lo hacía siempre, envolviéndolo con su cuerpo, sintiendo su piel; y él le permitiría hacerle el amor. Pero eso no pasó. Hernán se metió a la cama con él y se limitó a su espacio en ella, cuando él se acercó para descansar sobre su pecho no se inmutó, y cuando quiso besarlo en los labios, se giró para apagar la lámpara y le repitió que sólo dormirían. Sabía que durante la noche había dejado la cama, había sentido su mirada sobre él por momentos y aún no entendía que significaba. A la mañana siguiente cuando despertó Hernán ya estaba en la ducha, con la puerta cerrada, cosa que jamás había hecho en los 3 años de relación que llevaban y León sintió por primera vez lo que Hernán había sentido muchísimas veces cuando él le hacía el vacío, rechazando sus caricias. Y no hizo nada, porque sintió que lo merecía.

Así pasaron los días y nada cambio entre ellos, además se sentirse todo más frío. Incluso Arturo había mencionado el cambio de actitud de Hernán, aunque él siempre tenía una doble intención cuando se trataba de su relación; León siempre hacía oídos sordos pero esta vez no pudo hacerlo, ya no era sólo su paranoia, y estaba comenzando a afectarle.

- Después de almorzar nos vienen a buscar para ir a prueba de sonido - le comentó León para hacer conversación, Hernán lo miró asintiendo llevándose la tostada a la boca, estaba bastante callado, lo que era extraño en él, apenas había dicho trivialidades como "buenos días" y "¿cómo dormiste?".

- Bueno, ¿Arturo le avisó a los bailarines?

- No, me acaba de avisar a mí, supongo que lo hará ahora.

- Entonces les enviaré un mensaje para asegurarme de que estén todos aquí a esa hora, varios querían comer fuera.

- Podríamos comer fuera... ¿recuerdas ese pequeño restaurante cerca de la playa donde comimos la primera vez que estuvimos aquí? fueron nuestras primeras vacaciones como pololos - Hernán asintió algo nervioso, recordaba esos momentos, llevaban muy poco tiempo juntos y habían salido del país pese a la negativa de Arturo, había sido la única vez que lo habían hecho en esas condiciones.