NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS
- Vamos a salir - le dijo Hernán tomando a Andrei del mentón para que lo mirara, el castaño estaba recostado sobre su pecho en su habitación luego de despertar de una siesta que habían tomado para reponer energías de la noche anterior que habían pasado en vela y preocupados.
- ¿Cuándo? ¿Ahora?
- Sí, ahora, levántate.
- Es muy temprano... - le dijo mirando al reloj en su mesa - aún es de día, pueden vernos.
- Si hay un lugar en el mundo donde puedes ir de incógnito, ese lugar es Nueva York, a la gente aquí no le importa ver que esta haciendo la persona al lado de ellos.
- ¿Estás seguro de que es una buena idea?
- Creo que es una de las mejores ideas que he tenido, es la ciudad que nunca duerme pero aún así hay cosas que sólo puedes ver de día.
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Dejaron el hotel y se dirigieron de inmediato a Central Park. Hernán no creía que fueran a reconocerlos, y si pasara sería definitivamente a Andrei por lo que se esmeraron un poco en ocultar su identidad. El castaño caminaba algo nervioso mirando alrededor en búsqueda de algún curioso, sabía que era arriesgado salir, aún más luego de ver más de una publicidad en las calles con su cara, pero estaba emocionado, quería ver todos los lugares que Hernán había mencionado mientras se preparaba para salir y quería crear recuerdos con él que no se limitarán a la intimidad de su habitación.
El moreno notó su nerviosismo y lo tomó de la mano volviendo todo más arriesgado pero de un extraño modo también más dulce y especial.
Caminaron hablando de cosas triviales y Hernán le contó sobre su primer viaje a Nueva York, uno que no incluía a León, compraron semillas y alimentaron a los patos de la laguna y se sentaron bajo un árbol a compartir besos y tomar algunas fotografías con el teléfono de Andrei.
Visitaron un pequeño café, privado y acogedor y comieron de cada dulce que a Andrei se le antojó probar. Hernán estaba fascinado, Andrei siempre era así de encantador, pero esa salida tenía algo especial que no podía describir, quizás se trataba de algo interno, del hecho de que la estaba disfrutando porque luego de la última conversación con Andrei se había hecho real que lo suyo tenía fecha de vencimiento mientras no hiciera algo para evitarlo, o quizás era la realización de que estaba enamorado de Andrei la que lo hacía verlo de otro modo, ya no sólo como esta cosa maravillosa que puedes perder, sino como una razón de vida por la que tenía que luchar. Ambas lo atormentaban, pero la sonrisa del castaño frente a él mientras se limpiaba los restos de chocolate de la boca lo hicieron patearlas al fondo de su mente y disfrutar el momento, por lo que se inclinó y lo ayudó a limpiarse a punta de besos.
Y si estabas en Nueva York, no podías no ir a la cima del Empire State. Andrei parecía un niño, identificando los edificios que conocía, buscando su hotel entre los rascacielos. Hernán podría haberlo mirado todo el día.
El lugar no estaba tan concurrido, por lo que el moreno se dio más libertad para actuar. Abrazó al castaño por la espalda y lo dejó reposar contra su cuerpo mientras le besaba el cuello y admiraban la vista.
- Este ha sido uno de los mejores días de mi vida - dijo Andrei acariciando las manos de Hernán que lo sostenían por la cintura.
- También mío.
- Gracias por convencerme, no habría sido igual de noche, aunque estoy seguro que también habría sido perfecto.
- Aún hay cosas que quiero mostrarte de noche...
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Tras bambalinas #1
FanfictionHernán pensaba que tenía su vida resuelta, desde muy pequeño sabía a que se quería dedicar y hoy a sus 27 años lo estaba haciendo. Junto a eso había encontrado al que consideraba el amor de su vida y con quien tenía la suerte de complementar su pasi...