Siete.

4.9K 345 32
                                    

Mateo

Sonreí cuando mi padre me tendió un plato con alfajores y me senté a la mesa de la cocina tirando la mochila de clases al suelo.

- ¿Cómo te fue en la escuela?- Preguntó y me encogí de hombros.

- Me presenté a un concurso de talentos porque Manuel se empeñó.- Informé.

- ¿Vas a cantar?- Inquirió mi viejo sonriente y asentí con la cabeza antes de que Emi llegase corriendo y se abalanzara sobre mí.

- Hola Matu.- Habló y yo sonreí despeinándole.

- ¿Cómo estás, enano?- Sonreí mientras me daba un beso en el cachete.

- No sabes, hoy en clase dibujé un dragón.- Informó y me hice el sorprendido.- Mirá, ahora te lo traigo y te muestro.

Se bajó de encima mío y corrió escaleras arriba.

- Este nos va a salir pintor, vas a ver.- Bromeó mi padre mordiendo un alfajor.

- Y, se le da bien.- Me encogí de hombros y mi viejo asintió.

- ¡Mirá, Matu!- Exclamó Emilio apareciendo por la cocina de nuevo y mostrándome una hoja con un dragón azul dibujado.

- Oh, es hermoso.- Dije exageradamente sorprendido mientras cogía el folio entre las manos.

- Gracias.- Sonrió volviendo a subirse a mi regazo y sentándose sobre mis piernas.

Comimos los tres juntos y luego pasamos un rato viendo la televisión en el salón.

- Quedate, Matu.- Se quejó Emi cuando me puse en pie, haciendo que mi padre alzara la cabeza para mirarme.

- Tengo que preparar una canción para un concurso, Emi.

- ¿Puedo ir contigo? Cantás hermoso.- Insistió y, muerto de vergüenza, asentí con la cabeza.

Mi padre sonrió y el niño se levantó rápidamente para subir conmigo al piso de arriba.

Cuando llegamos a mi habitación, Emilio se sentó al borde de mi cama mientras yo daba vueltas por el cuarto, tratando de escoger una canción a cantar.

Decidí interpretar una de las cintas, porque tenían mucho valor sentimental para mí, y me puse a pensar cual debería seleccionar. No fue difícil porque me sabía todas de memoria, y acabé eligiendo una que trataba sobre el día que conocí a Valentina.

Escribí la letra ante la atenta mirada de mi hermano, por si en algún momento se me llegara a olvidar, y comencé a cantarla en voz alta.

Cuando terminé la canción estaba rojo de vergüenza. Solo Manuel, mi viejo y mi hermano me habían escuchado cantar y no podía dejar de pensar en la cantidad de gente que asistiría al concurso.

Emilio aplaudió cuando di por finalizada la interpretación y sonreí aún sonrojado.

- Vas a ganar, Matu, ya vas a ver.- Afirmó asintiendo con la cabeza. Dejé un beso en su cachete y me tumbé con él en la cama.- ¿Me cantás como cuando era chico?- Pidió apoyando su cabeza en mi pecho.

- Seguís siendo chico.- Reí y él golpeó mi hombro haciéndome soltar una carcajada antes de cantarle una de las canciones con las que se dormía de pequeño.





perdón por este pt.

3/3.

Cintas; Trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora