Prólogo.

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-- ¡Miren que gorda es! -- escuché decir a una chica.

Yo la veo normal e incluso tiene bonito fisico.

-- ¡Su pelo está todo dañado y sucio! -- decía otra.

¿Qué? Pero si se refleja la luz en su cabello castaño y sus puntas no están nada dañadas.

-- ¡Capten cómo va vestida! Es una vergüenza total.

No sé si estamos viendo a la misma chica. Su pantalón es ajustado y su polera corta le queda divina.

Traté de buscar a la chica que describían, pero no estaba por ningún lado.

-- ¿De quién están hablando? -- solté esa pregunta al aire y alguien, no se quién fué, me respondió.

-- De la chica nueva.

Oh. Ya entendí. Están hablando de mi.

Entendí que no encajaba. Entendí que iba a ser el blanco de burlas de las mujeres. Entendí, en ese momento, que sería una mierda de año.

Pero no fué así. Al menos, no sería el blanco de las mujeres, hasta que llegara otra, porque algo lo impidió. Más bien alguien.

No entendí porque lo hizo, ni cómo, pero logró que las mujeres no me molestaran, o la mayoría.

¡Pff, no! ¡Claro que no! La vida no es una máquina de cumplir deseos. Obviamente me hicieron burla por un periodo corto de tiempo, pero yo no me dejaba. Si no era yo, ¿quien más me defendería?

Lo único que pasó fue que lo ví. En ese momento, sentí el inicio de la atracción, que me llevaría a la ruina. Entendí la biología femenina. La atracción de todas.

Simplemente no lo quería aceptar ante nada ni nadie, tan solo quería ser la diferente, la única que no cayera en sus encantos, pero vaya que si fuí diferente.

B L A C KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora