Parte 6

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-Sal ya, pesado. -Grité a Mike.

-Ya voy, no hay prisa, tardaremos media hora en llegar, tranquilo.

Que pesado que era, llevaba diez minutos aparcado esperando que saliera de su casa. Eran las seis y pico y tenía ganas de llegar ya a la fiesta. Sabía que iba Jane y quería armarme de valor, para coquetear con ella y arreglar las cosas.

Me gustaba tanto, anoche soñé con ella y comprendí que aún me enloquecía, así que sería valiente, olvidaría mi humillación, esperando que ella lo hubiera hecho también, le pediría salir. Por eso mi prisa en llegar. Mike estaba tranquilo. Le había pedido salir a Clare hacía par de meses y estaba tan ocupado con ella y enamorado, de ahí que no hubiera estudiado hasta el último momento. Finalmente y gracias a mí aprobó todo.

Recogimos a Clare y tiramos para el lugar de la fiesta. Ya había llegado mucha gente. Todo lleno, nos pasamos un rato saludando. Hablando de todo y de nada. Se lo habían currado y mucho.

Había una mesa enorme con toda la comida que habían comprado. Montones de paquetes de papas, frutos secos, golosinas varias, sándwiches, bocadillos, pizzas, hamburguesas y no sé qué más. Platos y cubiertos de plástico, por si alguien los necesitaba y servilletas.

Otra gran mesa llena de botellas de vino, alcohol, varias botellas de cosas que ni conocía, tampoco es que yo bebiera mucho, solo cerveza de vez en cuando. También había licores, refrescos, cerveza, agua, hielo y vasos de distintos tamaños y formas, así como pajitas.

Todo rodeado de grandes sacos de basura, había muchísimos dispersos para cerciorarse que no tirarían nada al suelo, que no ensuciarían el lugar para no tener que pagar la multa. Por los alrededores, había tiendas de campaña ya puestas y otras colocándose, había muchas y cada vez ponían más. Claramente nadie pensaba volver a casa borracho.

Ayudé a Mike a poner su tienda, para él y Clare, yo pensaba dormir en el coche así que no tenía nada de lo que preocuparme. Se escuchaba como iban conectando los aparatos de música. Alguien trajo un equipo de altavoces y la música se esparcía sin problemas por toda la zona. Al estar solo nosotros, los del instituto, no teníamos que preocuparnos de ser una molestia para nadie.

Cuando acabamos, junto con Clare dimos un paseo por los alrededores, ellos en la búsqueda de compañeros y amigos, yo en la de Jane. En eso nos encontramos con John, mis dos amigos se pararon a saludar y hablar con él un rato, por lo que yo también lo hice. En serio que no sabía que se llevaban tan bien.

Él estaba con su grupo de amigos, se acercaron a saludar y hablar. Me llamó la atención ver la relación de ese grupo, me pareció como que cada cual iba a lo suyo, que no eran amigos, más bien iban a su bola y se decían bromas muy pesadas, se atacaban entre ellos. Escuché algunos comentarios que se soltaron, fueron hasta crueles.

Ahora que me daba cuenta, John que yo supiera, no tenía a nadie como yo tenía a Mike, solo sabía que iba mucho al gimnasio y poco más. Muchas veces le veía muy serio y apagado, pero pensaba que era su mierda de carácter, ¿podría ser que se sintiera solo? en verdad como que me daba igual.



-Oye tengo hambre, me voy a coger algo, ¿venís? -Pregunté, empezaba a notar hambre y también quería hacer caso del consejo de Emma para poder beber tranquilo.

-Nosotros vamos a seguir, que Clare va a encontrarse con sus amigas. Están allí detrás. Ve para allá cuando termines. -Me dijo Mike.

-Yo si voy, tengo hambre. -Me quedé con la boca abierta, no esperaba que John fuera solo conmigo, sus amigos se quedaban allí, ligando con unas chicas.

-Vale, vamos.

-No solo vas a comer, listo, vas a ver si la ves, esperando que llegue tu amor. -Se burlaron sus amigos. Sin darse la vuelta ni esperarme, bajó la cabeza y empezó a caminar hasta el punto donde estaba la comida. Pude ver que se había puesto rojo hasta las orejas. Así que acercándome y por empatía le dije.

-También estoy esperando la chica que me gusta. Hoy quiero pedirle salir.

- ¿Tú también? -Me preguntó con asombro.

-Ajá, así que vas a pedirle salir. Espero que te vaya bien.

-Pensé que me odiabas. -Se asombró. -Por lo de la última vez.

Iba a responder cuando justo delante de mí vi a mi linda chica, esa tan inocente, frágil y tierna. Esa que tanto se sonrojaba y que tan tímida era, que era adorable y tan delicada que había que ayudarla y protegerla. Empecé a sonreír y fui a dirigirme a ella cuándo agarró la cabeza de un chico y empezó a darle un morreo salvaje. Desde donde estaba podía verle hasta la lengua introduciéndose en la boca del chico. Tras eso riendo le quitó la camiseta, ella iba bajándose un tirante de su blusa y le empujó hasta una de las tiendas donde cerró rápidamente la cremallera de lo que sería la puerta y se escucharon ruidos de besos, jadeos y risas.

Me quedé de piedra, aún más blanco. Adiós a su inocencia y a la mía, Mike tenía razón, había jugado conmigo, solo me había utilizado. Mientras procesaba todo esto, escuché un jadeo a mi lado, al girar la cabeza vi la cara de John empapada en lágrimas. Joder era aún peor. Ella había jugado con los dos.

Ella era la chica con la que él había hecho lo mismo que yo, ayudarla a estudiar, tener alguna cita, ir al cine y seguramente algún beso casto, para no asustarla. Pensé con ironía. Con un suspiro miré alrededor, nadie nos miraba, no veían a ese hombretón ahí llorando. No podía dejar que nadie le viera así.

Le tiré de la mano, para que saliera de donde quiera que se había metido su mente. Cuando conseguí que me mirara, le sonreí con tristeza.

-Jane era la chica que tú también amabas, jugó con los dos, ahora entiendo la leche que me diste aquella vez. Vamos no pueden verte así. -Tiré de él. Pasé por la mesa y cogí varias botellas de cervezas frías y una botella de licor, se las di a John para que las cargara y después pase por la comida, cogí varios paquetes de papas y chucherías, así como dos cajas de pizza.

Con todo esto fuimos a mi coche, le dije que subiera. Le escribí a Mike diciéndole, que tenía que irme, que no era nada serio, que ya le contaría. Encendí el coche y salí de allí mientras el chico a mi lado seguía llorando.

- ¿Dónde vamos? en casa están mis padres y no quiero joderles la noche.

-No te preocupes, vamos a la mía. Esta semana la limpie y la deje decente, quería ir algunas veces a estar allí a mi bola durante las vacaciones, no te preocupes, cuando lleguemos ahogaremos nuestras penas.

-No pareces muy triste. -Dijo mientras se secaba la cara, no servía de nada porque más lágrimas caían de sus ojos. Me estaba matando verle tan triste. Paré el coche a un lado, me quité el cinturón, también el suyo y sin más le abracé.

-También estoy hecho polvo, sentí que me daban un puñetazo en el estómago cuando la vi y otro cuando comprendí que había jugado con los dos y que además había causado que volviéramos a pelear. -Mientras le abrazaba intentaba calmarlo, que no se sintiera tan mal, se dejó abrazar, su cara enterrada en mi hombro, su cuerpo se estremecía con los sollozos, estaba mojando mi camiseta. -Lo que me pasa a mí, es que me cuesta mostrar mis sentimientos. Tú eres más franco, por eso no me sonrojo o me cuesta llorar.

Tras un par de palmadas, le solté, le di pañuelos de papel que tenía en la guantera del coche, para que se limpiara y tras ponerme el cinturón y ver que el pelirrojo hacía lo mismo, conduje hasta mi casa.

Continúa>>>

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