Parte 13

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Me levanté y fui al baño, llené la bañera de agua y regrese a buscarle para ayudarlo a levantarse. Me coloqué en la bañera e hice que se pusiera entre mis piernas, que se apoyara en mí y nos relajamos.

-Con lo tímido que eres, me explicas que pasó antes. No me quejo, no tienes idea de lo que me has hecho disfrutar. Ha sido increíble -Dije con rapidez, había jadeado como si le hubiera acusado. -Sé que no tengo experiencia sexual previa, ni con quien compararte, pero eres increíble en la cama. De lo mejor.

-Ehhh, bueno gracias. Aunque yo tampoco tenga experiencia, pero bueno, también eres muy bueno en la cama. Pensé que no ibas a parar en toda la noche. -Sus orejas estaban rojas, pero al menos expresaba las cosas. -Durante la noche, me desperté, estabas como antes, completamente pegado a mí, tu polla dura rozándome y clavándose en mí, tu olor y tu aliento chocando en mi nuca. Me dolía la polla de lo dura y bueno cuando empecé a masturbarme tú despertaste y pensé que lo que estaba haciendo no me iba a satisfacer, quería más y ...

-Y pensaste lo mismo que yo. Que ya no habrá más veces, que ya es la última vez, así que pensaste en dejarnos disfrutar a lo máximo, ¿no?

-Si, esta locura acaba hoy. Intentaremos lo de ser amigos, creo que nos ayudamos a olvidar a Jane.

-Por eso, no quería salir de tu interior, quería está ahí lo más posible, ya que nunca más volveré a probarte. -Noté la vibración del cuerpo del pelirrojo al reírse.

-Cuando tengas sexo con una chica, hazme el favor de contarme si sigues prefiriendo mi interior y que es lo que tanto te gusta. -Reía contra mí, tan cómodo.

-Te gustaría saber qué se siente, ¿quieres que te deje follarme?

-Que dices, ni de coña.

-Que alivio, no me apetece, en verdad, tener algo en mi interior.

-No te preocupes, así se queda. -Ambos sonreímos.

-Salgamos ya del baño, está fría el agua, deja que te limpie bien y te ponga pomada. Mañana espero que no te dé fiebre. -Me relajo viendo como el pelirrojo aceptaba todas mis atenciones y cuidados sin quejarse y con un leve sonrojo. -Espera un momento que cambio las sábanas, están todas pringadas de semen.

-No haber hecho que me corriera mil veces. -Me sonrió con cara de pillo.

-No fue una queja, solo quiero que estés cómodo. -Cambié las sábanas con rapidez para que John pudiera acostarse, veía que estaba incómodo y cansado. -No te duermas, espérame que voy por agua para que te tomes la pastilla. - Bajé corriendo a la cocina, dejé las sábanas para lavar al día siguiente y cogí el agua, eran las cinco y pico, entre unas cosas y otras habíamos estado muy ocupados, esperaba que los padres de John no se hubieran dado cuenta de nada. Pero dudaba que oyeran algo. Yo nunca los oía a ellos. -Toma, aquí tienes.

Obediente se tomó la pastilla y bebió bastante agua, con un suspiro se acostó en la cama. Me acosté a su vez y cuando fui a apagar la luz me detuvo.

-Espera, podemos...puedes...déjalo.

-No, di, quiero saber -vi su expresión y que se sonrojaba, así que añadí. -Lo de ayer y esta noche, nunca lo sabrá nadie, es entre tú y yo, solo lo hablaremos si tú quieres en un futuro. Aún es de noche pide lo que quieras, di lo que quieras, seguimos en el mismo contexto que antes.

-¿Me besarías? -Preguntó en un susurro.

Con un suspiro le agarré con delicadeza y le besé con ternura y suavidad, me gustaba sentir como se amoldaba a mi cuerpo y se dejaba dominar por mí. Con suavidad besé sus ojos y nos acostamos a dormir.

Me sorprendió todo lo que había aprendido de él, era tierno, tímido, delicado, inocente, como pensaba en su momento que era Jane, pero en este caso era cierto. Era solitario, triste y con poca autoestima, debido a la mierda de amigos que tenía, aunque sus padres le querían mucho necesitaba una pareja que le amara y cuidara de él y también que le protegiera. Era un desastre en cuidarse y no permitir que la gente le dañara. Así que necesitaría alguien que supiera cuidarlo.



Me desperté temprano. John dormía profundamente. Bajé a la cocina y preparé los desayunos, el mío me lo comí en un abrir y cerrar de ojos, el suyo se lo deje en mi lado de la cama. Dormía quieto sin moverse, le dejé las pastillas, toalla y ropa más la pomada, si es que podía y quería ir a ducharse en algún momento. Esta vez las sábanas no tenían sangre, había mirado, por si acaso, pero sí que había forzado su entrada más de lo debido, dado que su primera vez había sido la noche anterior.

Con montón de productos de limpieza, trapos, cubos, agua, bolsas de basura y mi móvil con música, entro en el chiquero de John. Abrí las ventanas, quite sus cortinas, las sábanas, mantas y de más ropa fueron puestas en un montón, cuando cogí toda la ropa que estaba tirada por toda la habitación la bajé. Puse la primera lavadora. Viendo toda la ropa sucia, hoy pondría como cuatro o cinco lavadoras.

Subí de nuevo, esta vez llené varias bolsas de basura, de papeles y mil cosas que no quería saber que eran. Vacié las estanterías y limpie el polvo de todo el dormitorio. Bueno, no voy a describir todo lo que tuve que limpiar y toda la mierda que me sorprendió tirar. Lo que sí me gusto, fue que tenía escondidos bastante material porno, también animes hentai y mangas, tendría que pedirle que me dejara muchas de esas cosas.

Me faltaba una hora más o menos de limpieza para acabar, pero tenía hambre, así que salí de la habitación entrando en la mía, John estaba despierto, tirado en la cama, jugando con la consola. Sin camiseta, hacía calor, bueno yo tampoco la llevaba, limpiar me hacía sudar. Vi las marcas de su cuerpo, todo lo que había pasado anoche me golpeó. Me quedé quieto sin recordar lo que le iba a decir. Él también pasó por lo mismo, vi como recorría mi pecho con sus ojos, viendo la marca de sus dientes.

-Es la primera vez que te veo sonrojado, es un placer. -Se burló con suavidad, haciendo que volviera en mí.

-Ehmm si bueno, alguna vez tiene que ocurrir. -Carraspee azorado. -Voy a calentar la comida para almorzar ¿bajas o subo tu plato?

-Bajo contigo ¿vamos?

Vi que estaba dolorido, peor de lo que había estado ayer, me sentí culpable. Cogí la bandeja del desayuno para bajarla, se lo había comido todo.

-Vamos Ian, todo está bien, fui yo el que lo inicié y no te pedí que pararas hasta mucho más tarde, pasado mañana estaré mejor ¿Dónde has estado? estás todo sudado.

-Limpiando tu cuarto, aún no he acabado y llevo varias horas. Más te vale que te dure limpio. -Mientras ponía la comida a calentar, puse otra lavadora y saque la ropa de la secadora mientras ponía más en su interior, después doblaría esa ropa y la guardaría.

Comimos con hambre, habíamos gastado mucha energía anoche, bueno y yo ahora limpiando. Mientras recogía la cocina él me hacía compañía, me contaba distintas historias y comentaba cosas de la gente que conocíamos, era un buen chico, había estado muy equivocado con él, bueno y él conmigo.


Volvió a mi cuarto y yo al suyo. Dos horas después, satisfecho me duché y ya podía descansar. Había acabado y dejado todo como debía. Entre en mi habitación con la toalla para ponerme algo. John seguía allí tranquilo, se había quedado dormido viendo algo en la tele, no podía criticarlo, tuvo que tomarse otra pastilla para el dolor y daban sueño. Desnudo frente a mi ropero para coger calzoncillos y ropa oí un quejido, rápido me di la vuelta sorprendido. John me miró completamente colorado, sus ojos se ampliaron y bajaron a mi pene sin poder evitarlo y rápidamente me miró a los ojos, nos quedamos mirándonos.

-Perdón pensé que estabas dormido.-Me disculpé por hacer que sintiera vergüenza.

-Me desperté y me sorprendió ver como tienes la espalda, te la dejé fatal, esto, puedes taparte. -No sabía dónde poner sus ojos, estaba nervioso.

-Ya, ya estoy, no te preocupes, me duele menos de lo que te duele a ti la espalda y demás ¿tienes hambre, quieres que te traiga algo?

- ¿Qué vas a hacer ahora?

-Ver la serie "Vikingos", ¿te apetece? -Asintió -Voy por papas, chuches y refresco.

-Y chocolate.

-Hecho.

Continúa>>>

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