Parte 8

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No podía esperar a que me contestara y volví a besarle con ansias, seguí acariciando su cuerpo, no podía quitar mis manos de él. Me apoyé contra su cuerpo para profundizar el beso, él agarró mi cabeza con sus manos y por fin parecía que estaba participando, hasta chupó y mordisqueó mi labio haciendo que yo también gimiera.

Me despegué de sus labios y le tendí la mano para que se levantara conmigo. Así lo hizo, una vez de pie, me acerqué de nuevo a su cuerpo y poniéndome un poco de puntillas para llegar a sus labios, mis brazos le rodearon la cabeza para bajarla y ajustar el beso a mi gusto, sus manos me estrecharon por la parte baja de mi espalda, me presionó contra él haciendo que nuestras duras pollas se apretaran la una a la otra, nuestros gruñidos se perdieron en la boca del otro.

Le miré a los ojos, me preguntaba cómo se verían los míos, en los suyos se veía la mirada de un borracho lujurioso. Le agarré de la mano y con cuidado de no caernos, el suelo se movía de la borrachera, subimos con cuidado la escalera.

Entramos en mi habitación. Me di la vuelta y con prisa le quité la camiseta. Jadeé cuando vi su esplendoroso torso, estaba muy marcado, realmente sexy. Mientras volvía a atacar sus labios le baje el pantalón de deporte que llevaba y los calzoncillos, le inste a dirigirse a la cama donde le hice caer con un suave empujón.

Miré su cuerpo, completamente desnudo, era fuerte y hermoso, podría ser modelo. Su polla estaba dura, me sentía muy orgulloso de que yo fuera el causante. Cuando me enfoque en su cara, él miraba para otro lado, aun así de borracho le podía la timidez y no podía aguantar mi mirada. Pero al menos no se tapó.

Rápidamente me quité la ropa, moría de ganas de estar sobre él para acariciarle y besarle, quería hacer que su cuerpo se pusiera más rojo aún.

-John. -Le llamé con suavidad -Puedes mirarme.

-Me da... bueno me da vergüenza. No puedo. -Su voz tan baja, joder era adorable.

-Pero quiero saber si te gusta lo que ves, yo muero por devorarte, necesito saber qué piensas. -Le rogué mientras dejé caer suaves besos por su cuerpo, me recosté a su lado, ya no podía estar sin acariciarlo.

-Mierda, yo ... yo ...yo quiero que me devores. -Lo dijo aún más bajo, mientras se tapaba la cara con las manos y miraba al otro lado de donde estaba yo.

-Ohhhh joder eres lo más lindo que he visto nunca. -Le quité las manos de la cara y volví a besar sus labios. Me sumergí en su boca. Ataqué su lengua con la mía, mis manos jugaron con sus pezones y acariciaron sus abdominales y seguí dejando que bajara la mano.

Mis labios pasaron a su cuello y sin esperar más ataqué uno de los pezones, mientras lo chupaba y lamía deje que mi mano descendiera, roce el vello suave y la baje aún más hasta que le toqué la polla, él gemía, joder era grande. Sus manos me acariciaban la espalda y los ojos seguían cerrados mientras con la boca abierta dejaba salir jadeos, realmente su cuerpo disfrutaba de lo que le estaba haciendo.

Cogiendo valor seguí el camino que había hecho mi mano, con mi lengua y boca. Mientras me acercaba a mi objetivo y mi boca ya estaba cerca de saborear esa dura vara, sus manos me agarraron y detuvieron, mientras gritaba.

-No, no lo hagas. -Sus ojos parecían suplicar para que me detuviera y a la vez decían que siguiera, jadeaba muy rápido, le faltaba el aliento.

-Suéltame, no te preocupes. Acabas de decir que querías que te devorara, así que disfruta. -Me acerqué a sus labios de nuevo y tras besarle un poco, sus manos se relajaron y me soltaron. Sin esperar más, bajé e introduje su rojo capullo en la boca, mi lengua lamió y limpio las pequeñas gotas que salían. Gruñó y gimió de satisfacción cuando sintió mi lengua jugando con su polla.

Poco a poco fui haciendo la mamada, era la primera vez que hacía sexo oral así que con ayuda de sus gritos y estremecimientos iba aprendiendo que le gustaba y con que conseguía su placer. Mientras pensaba que necesitaría prepararle para poder entrar. Me saltaba y molestaba la polla de ganas de meterla. Deseaba empotrar su interior y hacer que gritara suplicando por más.

Mientras mi boca le daba placer, mi cerebro recordaba todo el porno que había consumido, todo lo que había escuchado. ¿Cómo iba a hacer para entrar sin hacerle daño?¿ Cómo podía prepararle?

En eso noté un cambio en la polla con la que mi boca jugaba, en los jadeos de ese gran hombre y en sus manos que tiraban y apretaban mi cabeza, haciendo que se hundiera más en mi boca. Rápidamente me solté y le acabé con la mano, dejando que su semen cayera en la mano. Mientras jadeaba con necesidad de aire aproveche para sumergir mis dedos en el semen, lo esparcí en ellos y aplique un poco alrededor de su anillo.

Poco a poco mi dedo corazón jugó con su anillo. Mientras volvía a atacar sus pezones introduje con suavidad un dedo en su interior, estaba muy estrecho y apretado. Dejó salir un jadeo quejándose.

-Relájate, que te entre con suavidad, disfruta de lo que te hago.

-No...no puedo...ahhhh... es raro.

-Shhhh solo relájate, deja que te bese.

Mientras intentaba que se calmara, le besé con ansias, él me respondía y poco a poco parecía que se olvidaba de la invasión de mi dedo que seguía jugando con su interior. Mis labios volvieron a su cuello, que chupé y marqué, mientras él jadeaba y se estremecía, aproveche para introducir otro de los dedos, esta vez no hubo tanta dificultad para entrar, jugué con los dedos moviendo y separando el cálido y estrecho canal. Moría de ganas de estar ahí dentro ya.

John se había vuelto a poner duro, así que volví a jugar con su polla mientras le metía un tercer dedo. Todo era realmente lento, me dolía la polla de ganas de follar y sin embargo con toda la paciencia que no sabía que tenía, seguí empujando su interior con los tres dedos. Me fijé en el cuerpo del pelirrojo, jadeaba y gritaba con la cabeza estirada hacia atrás, sus piernas completamente abiertas a los lados de mi cuerpo, para darme espacio. Su gran cuerpo se estremecía de placer entre mis dedos follando su culo y mi otra mano masturbando su gran polla.

Ya era suficiente, con cuidado retiré los dedos, coloqué sus piernas sobre mis hombros y mientras me miraba asustado, le dediqué una leve sonrisa, el resto de su semen lo había esparcido sobre mi polla y esperando que con todo eso fuera suficiente, fui entrando poco a poco en ese gran cuerpo.

-Ahhhhh...que gorda -Jadeó sin aliento.

-Gracias por el elogio. -Le di un suave beso mientras intentaba entrar poco a poco. -Por favor no te tenses, me haces difícil entrar, ahhh...

-No ... ahhhh... no sé qué ...mmmmm...hacer.

Me paré para que se acostumbrara y volví a besarlo y acariciar su cuerpo para ayudar a que se relajara y hacer que siguiera excitado. Sentí como me iba presionando algo menos y pude seguir entrando en su estrecha cavidad, en poco tiempo y casi muriendo del esfuerzo por no moverme más rápido, entré del todo y me quedé quieto para dejar que su cuerpo lo asimile.

-Ya está, estoy totalmente dentro de ti. ¿Cómo te sientes, puedo moverme? - Le mire a los ojos preocupado.

-Estoy bien, creo, es realmente grande, siento como me atraviesa. Muévete. -Me respondió muy bajito, sus brazos se agarraban a mi espalda, su aliento daba a mi cuello. Ya con su consentimiento comencé a entrar y salir de ese calor con suavidad. John gemía levemente, veía que estaba notando más dolor que otra cosa, mientras yo moría de gusto.

Fui moviéndome en su interior mientras buscaba su próstata, sabía que, si conseguía dar en su punto de placer, lo pasaríamos igual de bien. Volví a cambiar el lugar donde golpear cuando soltó un grito y clavó sus uñas en mi espalda.

-Ummmm por fin. Ahora vamos a disfrutar los dos. -Le dije sonriente mientras volvía a besarle.

Sin más mis caderas se movieron de forma fuerte, rápida y dura, cada vez entraba más en su calor, mi polla golpeando el punto que hacía que ese gran cuerpo gimiera de placer, no iba a aguantar mucho, su pasadizo se estaba estrechando, estrangulando mi polla cada vez más.

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