Parte 18

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Con la toalla en la cintura me acerqué a la puerta de mi habitación, sentado en la cama, aún con la toalla puesta, había volcado el interior de la bolsa sobre la cama. Sonrojado miraba lo que había comprado, leía el prospecto del lubricante.

-No compraste condones.

-No.

- ¿Por qué?

-Porque no hemos estado con nadie y quiero sentirte totalmente.

-Se te nota el entrenamiento, estás más formado y duro.

-Ven deja que te muestre qué tan duro me tienes.

Para mi sorpresa se me acercó dejando caer la toalla, no me miraba, pero me encantó como luchaba con su timidez para hacer lo que realmente deseaba. Se acercó a mí totalmente desnudo y cogiendo mi cabeza con delicadeza la alzó para pegar sus labios exigentes sobre los míos.

-Tardaste mucho, pensé que te habías arrepentido. -Volvió a besarme con pasión mientras me empujaba para alcanzar la cama.

-Te compensaré por hacerte esperar tanto. Pienso estar toda la noche compensando este descuido. -Le dejé caer en ella y me puse sobre su cuerpo. Mis labios y manos morían por poder recorrer su cuerpo.

Cuando se pusieron sobre esa piel tersa y suave, sus labios entreabiertos dejaban salir suaves gemidos y cuando me pegue a sus pezones para dedicarles toda mi atención, gritó aún más fuerte, totalmente duros y exigiendo mi atención, era un punto especialmente sensible de su maravilloso cuerpo.

Bajé a sus magníficos y duros abdominales, tras ver todo lo que hacía para conseguirlos, más me gustaban.

-Ummm... estás muy duro y húmedo por esta zona.

- ¿Siii? que sorpresa, como puede ocurrir esto cuando alguien me acaricia y devora mi cuerpo.

-No lo sé, pero creo que este gran amigo espera ser devorado también, ¿tú que crees?

-Estás muy simpático y charlatán...ahhhh...mássss. -Acababa de introducirme su falo en la boca.

Empujó sus caderas haciendo que entrara más en mi boca soltando un grito de placer. Agarró mi pelo con fuerza y mientras movía mi cabeza se retorcía y gemía. Tan sexy y erótico retorciéndose de placer por lo que yo estaba haciendo con su cuerpo. Me sentía poderoso y valiente. Le alcé las piernas y colocándome más cómodo, bajé mi lengua por su escroto y la presioné en su perineo.

-Ahhhh...continua, más ...Ahhhhhh...

Comencé a darle placer en su miembro con mi mano, sus caderas se movían a mí son y mientras seguía disfrutando con lo que le hacía acerqué mi lengua a su estrecho anillo sorprendiéndolo.

- ¡Nooo!

Mi lengua se introdujo en su estrechez, mojando y empapando la zona y su interior, jugaba con la lengua lamiendo su interior mientras él gritaba y se retorcía, las piernas completamente abiertas me dejaban todo el acceso a su parte baja, cansado y con la mandíbula algo molesta por los esfuerzos deje su interior para volver por donde había venido, lamiendo su perineo, escroto, su dura barra y volvía a introducirla en mi boca para que en un segundo me llenara de su pastosa esencia.

Él jadeaba y suspiraba tras el orgasmo, terminé tragando su regalo mientras nos mirábamos. Cogí el bote de lubricante y sonriendo de manera pervertida me lo extendí por los dedos. Los músculos de su vientre se tensaron al ver mi mirada.

Volví a besarle mientras le colaba un dedo en su interior, como noté flexibilidad y comodidad introduje un segundo, abriendo y cerrando los dedos expandiendo y aflojando el canal. Mis labios bajaron a su cuello, notaba en mis labios la fuerza de sus latidos, en mi espalda sus dedos me acariciaban y agarraban. Suspiraba y jadeaba con los movimientos de mis dedos y con cuidado le metí el tercer dedo, se tensó un poco pero no pasó mucho hasta que se enganchó a mis dedos succionando y presionando, sus caderas se agitaban y chocaban con mi mano.

-...Ohhhhh... métela ...ahhh...métela ya.

Saqué los dedos de su interior, soltó un jadeo como de molestia cuando lo hice, me coloqué alineando mi pene con su estrecha entrada. Tan lindo jadeaba, con sus piernas completamente abiertas y levantadas, sus ojos clavados en mi polla para ver cómo iba metiéndome en su interior, poco a poco, entre jadeos y suspiros. Con lubricante era más cómodo para los dos.

-Ahhhhh ... John ...Ummmm... eres increíble. Tan caliente, tan acogedor... Ahhhh...

-Ahhhh... Iannn...muévete ya ...Ahhhhhhhhh... -Gritó cuando me empotre contra su expectante próstata- Así ...siiii...fóllame más fuerte. -Me gritó mientras se aferraba a mi cuerpo abrazándome, me miró y comenzó a besarme. -Me gusta, quiero más ...Ummmmmm...

-Ohhhhh... eres increíble... siiiii. No voy a aguantar mucho más. Tan caliente.

-Fóllame más duro...ahhhhh...Iaaaaannnnn...yo también me voy.

Sentí como se corría manchando nuestros estómagos mientras yo le llenaba de mi semilla todo su interior, estaba cargado, llevaba varios días sin masturbarme y tenía mucho para dejar en él. Jadeaba acostado sobre su cuerpo, abrazados, compartiendo suaves caricias y besos mientras bajábamos la intensidad de nuestros latidos.

-Mmmmm, que pena sacarla. Me encanta tu interior. -Me salí y recosté a su lado abrazándole.

-Eres muy cochino hablando. ¿O lo haces a posta para incomodarme? -Solo sonreí como respuesta. -Joder te encanta molestarme.

-Decididamente también me encanta follarte. Eres buenísimo.

-Me puedes decir ¿qué te pasó?

- ¿A qué te refieres?

-Bueno sabías que me iba a correr y no te apartaste, lo tragaste. -Me dijo con asco.

-Quería conocer tu sabor.

-Eres un pervertido. ¿Y de dónde sacaste lo de comerme el culo? Hiciste cosas muy sucias.

-Bueno he visto varias películas porno y me apetecía hacerlo, se veía que disfrutaban mucho. No sabes cómo estabas de excitado, así que realmente debe ser genial.

-Emmm..., sí, la verdad que fue una pasada. ¿Has visto porno gay? -Se giró para mirarme asombrado.

-Pues sí. Y también yaoi hard.

- ¿Por qué?

-Curiosidad.

- ¿Ahora te van los hombres?

-No, no creo. Pero si me gustó verlo y hay cosas que me apetecía hacer, de todas formas, también se pueden hacer con una chica. Vamos a cenar, tengo hambre. Bajemos.

-Espera ponte algo.

-No, no te pongas nada. Me gusta verte desnudo, estás lleno de mis marcas. -Con un suspiro deja caer los pantalones y me siguió desnudo, como yo estaba. Sus orejas estaban muy rojas, pero hacía todo lo que le pedía, sin discutir.

-Siéntate, yo te sirvo. Hay bocadillos con todo, papas fritas, refresco de limón y helado de chocolate de postre.



-Ufff no puedo más, el helado lo dejo para más tarde o mañana.

-Vale, deja que recoja y subimos. -Habíamos estado hablando, comentando el problema de Julia y lo enamorados que se veían Mike y Clare, daban envidia. Cuando le di la mano para que me siguiera soltó una exclamación.

-Oh joder, que vergüenza.

- ¿Qué pasa? -Cuándo se había levantado, algo del semen de su interior había caído en la silla y aún se deslizaba más de su interior. Le miré intensamente.

-Serás pervertido. -Jadeo al ver cómo me empalmaba.

-John apóyate en la mesa y abre las piernas -dije serio.

- ¡Qué! no, ni de coña.

-John, ya de espaldas, separa las piernas. -Me acerqué clavando la mirada.

-Noooo, no puedo...no puedes.

-No soy un hombre paciente. -Me acerqué un poco más, completamente serio y duro.

-Por favor. -Colorado y sin saber a dónde mirar, estaba muy nervioso.

-No lo repetiré.

Vi como respondía su cuerpo, su miembro duro me informo que me deseaba, levanté la ceja y rápidamente se dio la vuelta, separó las piernas y se acomodó para esperar mi invasión. Sonreí quedamente, me excitaba mucho ver como cedía ante mí. Los dos sabíamos que no había modo físico en el que yo pudiera obligarlo a nada, de un puñetazo me tumbaba. Un pequeño hilo de mi esencia se escurría fuera de su cuerpo.

Me acerqué más a su cuerpo, pegándome a su espalda, mis labios jugaron con su nuca, todo su cuerpo se estremeció de placer, le acaricié con suavidad, le separé las nalgas un poco y me sumergí en el canal húmedo y usado por mí. Mientras embestía su punto de placer, con una mano le daba placer a su dura vara. Los dos gemíamos y gritábamos mientras nuestros cuerpos sudados se entrechocaban.

-John, va a ser rápido, no podré aguantar mucho, estás tan estrecho y me aprietas tanto. Ohhhhh...como me gusta tu culo ...ahhhhh...no hay nada mejor que follar tu hermoso culo.

-Ahhhh... yo ...Ummmm...yo me voy a correr...Iaaan...me gusta cómo me follas...ahhhhhhhh...más fuerte...así ...ahhhhhh...me voy.

Se corrió en mi mano y manchó la mesa, tan morboso mientras se estremecía y presionaba su culo ordeñando mi polla hasta la última gota en su interior. Me empujé fuera de él mientras, se recostaba contra la mesa manchando su cuerpo de su esencia, yo deje caer más besos por su nuca y espalda mientras su piel seguía de gallina y su cuerpo se estremecía.

-Ven vamos a la bañera, tengo que vaciar tu interior, te llene mucho.

-Puedes dejar de ser tan brutalmente guarro.

-Me gusta cuando tú lo eres y sobre todo ver tus orejas rojas. Deja que te bese. -Me pegué de nuevo a su cuerpo y le abracé para besarle con pasión y queriendo expresar lo mucho que estaba disfrutando. Cuando nos separamos, tenía semen pegado a mí. Me miró riéndose encantado.

-Me gusta que estés embadurnado de mi esencia, así no soy el único pringado.

-John puedes regarme de ti tanto como quieras o puedas, mientras me dejes seguir disfrutando de tu maravilloso y hambriento culo. Ve subiendo al baño. Ya te sigo que voy a limpiar la mesa y la silla. -Le di un pico y le empujé al baño.

Continúa>>>

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