Parte 20

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Acostados en la cama, había cambiado las sábanas, las habíamos dejado asquerosas. Comíamos helado mientras veíamos "Un ciudadano ejemplar", al rato estábamos abrazados y acostados mientras terminaba la película.

-John, ¿estás despierto?

-Aha, más o menos. -Respondió en voz baja, bostezando.

-Sabes, antes, cuando te tiraste sobre mí y me hiciste todas esas cosas.

- ¿Tienes quejas? vi que te gustó.

-No, no es eso. Pensé que ibas a follarme.

- ¿Quieres ser follado?

-No, no es eso. En verdad no me apetece. Pero me preguntaba ¿por qué no te molesta que te folle, no te apetece hacerlo tú?

-No sé, me gusta mucho y disfruto de lo que me haces, cuando estamos juntos me gusta dejarte al mando y que me hagas lo que quieras. ¿Te molesta?

-No, a mí no. ¿Pero no te hago sentir gay? -Me respondió con una carcajada y se sentó en la cama mirándome. Para mi asombro empezó a besarme, su lengua exigente no paró hasta que no le respondí con la misma pasión y profundidad, cuando estaba jadeando me soltó.

-Eres igual de gay que yo. Me besas, me follas, no me dejas el culo en paz, me limpias, alimentas y te preocupas por mí. Lo único que nos diferencia es que yo te dejo entrar en mí, pero tú eres el único que entra en mí, ¿acaso piensas follarte algún otro tío? porque yo no permitiría a ningún otro hacer lo que tú me haces.

-Ehhh.... no, no quiero follarme a ningún otro tío, no me apetece nada. Solo me apetece jugar y enterrarme en ti.

-Pues ya ves. Da igual quien da y quien recibe somos igual de gais. ¿Puedo dormir ya?




Al día siguiente me desperté sintiendo una presión en mi miembro. Bajé la mirada y vi la cabeza de John subiendo y bajando.

-Ummm... sigue así...ahhhhhh...me voy siiii ...ahhhh... -Me corrí en nada y mientras jadeaba miraba como se limpiaba la boca. -Puedes despertarme así siempre que quieras, que pasada, eres buenísimo, la mamas increíble.

-Me encanta que te gusté. ¿Me preparas el desayuno?

-Sí claro, voy al baño y bajo.

-Vale me pongo algo y te espero abajo.

-Nooo, sigue desnudo.

- ¿Estás loco?

-Seguimos en el "paréntesis", hasta que no salgamos de la casa, hazme el gusto.

-Acabo de hacértelo.

-Y mucho. -Le di la razón. -Por favor. Me gusta verte.

-Vaaale. Más te vale alimentarme bien.

-Bueno, algo te acabo de dar.

- "Graciosillo" -Salió completamente rojo a la cocina.



Tras terminar el desayuno mientras recogía todo John se pegó a mi espalda y me mordió y chupó la nuca, me gire para encontrarme su gran sonrisa y sus ojos brillando. Le sonreí y le di un beso, me giré de nuevo para terminar de ordenar la cocina. Esta vez se tiró sobre mi espalda mientras me mordía el lóbulo de la oreja.

- ¿Buscas algo?

-No lo busco, lo estoy viendo.

- ¿No estás dolorido?

-Me desperté antes que tú, me duche, me puse la pomada y tome una pastilla, después te vi tan solo y empalmado en la cama que te hice un servicio. No crees que merezco un premio por encargarme de todo.

-Sí, ahora que lo dices creo que sí. Quiero que quites la silla de ahí y te sientes en la mesa separa bien las piernas, quiero verte expuesto para mi boca.

Hizo todo como le había dicho, su cara roja, sus ojos no me miraban mientras me acercaba. Era consciente de lo que le costaba obedecer, pero me había dado cuenta de que se sentía completamente cómodo y seguro conmigo, lo suficiente para ignorar su rubor y dejarse llevar.

-Si pudieras verte, expuesto, abierto para mí, ruborizado, con la mirada medio tímida medio pervertida, mordiendo tu labio inferior a la espera de que yo te toque, te lama, te devore, mira tu polla creciendo y saltando porque estás imaginando lo que te digo.

-Ian...

-No quiero que hables, solo puedes gemir o gritar mi nombre y solo lo dirás para rogar por más, ¿entiendes? -Asintió -Tampoco tienes permitido tocarme, tus manos tienen que aguantar tus piernas o agarrarse a la mesa -Volvió a asentir con la cabeza -Por último mírame, no me quites los ojos de encima, mira atentamente todo lo que te hago, da igual que te dé vergüenza, estamos juntos en esto y quiero que lo recuerdes toda la vida.

Me acerqué a su cuerpo, poniendo el mío entre sus piernas, dejando que se rozaran levemente nuestros penes, aún no duros del todo, pero no tardarían en crecer. Con delicadeza le acaricie la cara y me acerque a sus labios, me hundí en un beso profundo, sentí como su cuerpo temblaba, todo en tensión y expectante con lo que le haría. Yo mismo me asombraba de todas las perversiones que se me ocurrían hacerle, todo por culpa de su rostro, esa inocente timidez me hacía desear provocarlo más allá de su límite.

Le eché con delicadeza la cabeza para atrás, dejando acceso para que mi lengua lamiera su nuez, la mordí levemente y seguí mordisqueando hasta un hombro y el otro, ese cuerpo temblaba levemente, mis manos le rodeaban agarrando su culo y acercándolo a mí, su polla totalmente dura se rozaba con la mía. Mi boca chupó y succionó sus duros pezones, él solo jadeaba y gemía, me separé un poco para coger la silla y sentarme, tal y como le había ordenado no dejaba de mirar todo lo que hacía, completamente avergonzado, pero obediente.

Me senté en la silla para estar más cómodo y me centré en proporcionarle placer con la boca, imité varias cosas que me había hecho anoche, sentía su cuerpo como se derretía a mi toque. Me metí  los dedos en la boca para empaparlos y comencé a introducir dos de ellos, estaba abierto y suave el acceso. Mientras le chupaba intensamente, su culo se tragaba mis dedos, sus caderas se movían bailando con mis dedos y haciendo que los tragara más dentro y rápido. Metí el tercer dedo escuchando como gritaba mi nombre, en eso sentí mi boca llena de su esencia mientras mis dedos chocaban con su punto de la felicidad.

Mientras seguía follando su interior con los dedos me tragué su entrega y levantándome de la silla volví a besarle. Me parecía que cada vez besaba mejor, si eso era posible. Retiré los dedos sintiendo su estremecimiento y mientras se aferraba a la mesa le agarré de las caderas para tener más acceso a su interior, con el culo medio fuera de la mesa, mientras se sostenía en la mesa y yo le agarraba me introduje profundamente, ambos gritamos con fuerza.

Me apretaba y empujaba en ese interior que me rodeaba y chupaba, empujaba con fuerza y cada vez más rápido, mi sudor, por el esfuerzo de follar ese culo más sostenerlo en el aire, caía sobre su cuerpo, cada vez me pegué más a él, su falo duro se frotaba entre los dos.

-Me voy, no puedo aguantar más. Ahora puedes abrazarme y tocarme. -No terminé de decírselo y sentí sus manos aferrándose a mí, mientras gemíamos y me corría en su calor, él se corría también dejándome una linda mordida en el hombro de paso. Me separé con cuidado de él.

Le ayude a levantarse y nos fuimos al baño, tarde un rato más en dejarlo completamente limpio porque tras la primera ducha, nos volvimos a excitar lavándonos y terminó mirando a la pared mientras entraba otra vez en su interior, haciendo que se corriera mientras gritamos nuestros nombres, con nuestras voces roncas y excitadas.

Continúa>>>

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