11. It's nice to have a friend.

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"Call you babe,

Have my back, yeah, every day".

—Taylor Swift (2019). Lover.


BROOK

Si alguien me hubiera dicho hace tres semanas que Adrien y yo podríamos convivir sin intentar sacarnos los ojos me habría reído en su cara, y de paso le hubiera dado un golpe para que dejara de decir tonterías. Pero está pasando, ha pasado por tres días y algo me dice que no se detendrá.

He de admitir que se siente bien pasar tiempo con él, cuando está de humor, y cuando no lo está es aún más divertido. Incluso comienzo a creer que soy más feliz cuando está de mal humor. Odio hacer la comparación que haré, pero debo dar una idea.

Cuando estaba con Matt las cosas eran sencillas, se sentía como estar en un sueño, como si estuviera en una burbuja y todo fuera ajeno a mí. En cambio, ya había dicho antes que el aura de Adrien es envolvente, atrayente y jodidamente arrasador, pero tiene algo que me hace ver las cosas más reales, como si las risas fueran mías y no producto de un sueño. Solo es más real, dolorosamente real.

Un fuerte chirrido logra sacarme de mis pensamientos y levanto la vista de mi latte frío hacia el lugar de donde proviene el ruido.

La figura alta de Matt es lo primero que veo, seguido de la mirada de los chicos con los que estaba sentado. El pánico amenaza con hacerme vomitar con cada paso que da en mi dirección.

¿Qué le pasa? ¿Ahora ni en público puedo estar segura?

Estoy por levantarme del asiento para salir corriendo antes de que llegue a mí, pero unas manos en mis hombros me lo impiden y mantienen mi trasero sobre la silla. Provocando que Matt se detenga de golpe.

—Buenos días —me suelta, rodea la pequeña mesa y procede a jalar la silla al otro lado de la mesa, para poder sentarse, robándose mi atención—. ¿Pensabas huir? —susurra lo suficientemente alto para que solo yo pueda escucharlo.

Sí, eso es justo lo que iba a hacer.

—¿No? —titubeo, bajando la mirada para que no vea mi sonrojo.

—Eres más valiente que eso, Roberts —habla con voz firme—. Ahora, mírame. Odio que bajes la cabeza.

Su orden activa los nervios de mi cuerpo y obedezco, pero no estaba preparada para la descarga eléctrica que siento en mi espalda cuando dos témpanos de hielo hacen contacto con los míos.

Genial, el día de hoy sus ojos son azules, más oscuros y menos cálidos que los míos.

Reúno todas mis fuerzas para no volver a bajar la cabeza, en cambio, recibo una pequeña sonrisa de su parte, demasiado pequeña, pero lo suficientemente grande como para notarla.

—¿De qué te ríes? —frunzo el ceño. Algo me dice que se ríe de mí.

—No me estoy riendo —levanta las manos y luego las cruza sobre su pecho.

Se recarga en el respaldo de su silla, estirando todo su gran cuerpo por debajo de la pequeña mesa que nos separa. Inevitablemente mis piernas rozan con las suyas y termino juntándolas para no hacer más contacto.

Paso saliva y me obligo a controlar el golpeteo de mi corazón. No me malinterpreten, el contacto masculino me pone nerviosa. Creo.

Tranquila, Brook, solo es Adrien. Si, el Adrien idiota.

Irremediablemente Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora