Capítulo 9: Draco

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Nunca pensó que llegaría a sobrevivir a la guerra, a decir verdad durante esas épocas oscuras cada minuto estaba aterrado de Voldemort, de fallar y tener que ver morir a sus padres. No quería perder a su familia, tal vez no eran tan amorosos como otros pero a su manera siempre fueron buenos padres.

Muchos creían que su padre era un bastardo egoísta, elitista y sádico, la verdad es que no estaban tan lejos de la realidad, su padre había sido criado en una época y clase social donde el elitismo era una tradición, era un bastardo que trataba a los demás como basura y podía llegar a ser sádico, aun que sádico fuera mas bien un eufemismo, con los pobres diablos que lastimaran a su familia.

Por que su padre era un hombre leal, uno que aun cuando no realizaba los grandes actos heroicos de un Gryffindor aun así era valiente y astuto como buena serpiente y actuaba de acuerdo a sus intereses.

Para su padre la moral y la conciencia eran un poco como los pañuelos, lo usas y una vez sucio se puede lavar hasta quedar inmaculado. No era algo bueno pero tampoco era realmente muy malo, su padre simplemente estaba cómodamente instalado en el gris, ni bueno ni malvado, solo un punto intermedio.

Nunca había tenido realmente a nadie en quien confiar excepto a su familia, a su madre y su padre, luego estaba Blaise Zabini, era el único amigo que tenia, al menos el único que no era tan idiota y que por lo menos podía decir frases coherentes. Pansy había sido una gran amiga también pero luego de que su relación se hundiera todo se había tornado muy incomodo y solo mantenían un contacto ocasional y superficial.

Luego de la guerra intento rehacer su vida y continuar con el contrato matrimonial que lo ataba a Astoria, la hermana menor de Daphne, pero luego de un par de semanas se dio cuenta que no era la clase de mujer que quería para ser su esposa.

El necesitaba a una mujer inteligente que hablara de temas más interesantes que ropa o fiestas de alta sociedad. Una mujer calida que le sonriera no solo cuando le diera un regalo caro. Una mujer que no fuera solo una hermosa muñeca sin una verdadera personalidad.

Cuando decidió romper el contrato matrimonial le había costado una pequeña fortuna, los Greengrass habían armado un escándalo monumental cuando se enteraron de que no estaba dispuesto a casarse con su hija, incluso le ofrecieron a Daphne en su lugar como si hablaran de un objeto, él simplemente no quería continuar con esa tradición de los matrimonios arreglados.

Si ya estaban dejando de lado la más antigua tradición de la familia al dejar de menospreciar a los nacidos de muggles entonces bien podrían mandar al diablo algunas ideas equivocadas más junto con la vieja mansión.

Por eso se marcharon a Francia, el hogar de los primeros Malfoy, y recomenzaron sus vidas allí, esperaba que eso lo ayudara a mejorar su vida pero lo que no esperaba era que en un viaje de negocios encontraría a Hermione Granger siendo atacada en un callejón por un mortifago fugitivo, la reconoció en el mismo instante en el que la varita de Granger salía volando de sus manos manchadas de sangre y un hechizo la golpeaba en pleno.

Fue un acto instintivo, al verla caer al suelo ataco al hombre, ni siquiera recuerda que hechizo salio de su varita pero lo que si esta claro en su mente es verlo retorcerse en el suelo mientras se desangraba en una agonía abrumadora, era un hechizo que había visto usar una sola vez a su padre cuando un mago estupido había atacado a su madre.

Era potente y destructivo, sabia que el mortifago no seria capaz de escapar, se quedaría allí tendido en el suelo desangrándose por horas hasta morir si no lo encontraban, pensó en ir a buscar algún Auror pero escucho un suave quejido de dolor cuando Granger intento levantarse y la idea se esfumo de su mente.

Encuentro fortuitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora