Capitulo 5: Harry

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Miro sorprendido la imponente mansión frente a él. La mansión Malfoy en Paris era diferente de la tétrica residencia que el recordaba en Londres, lucia luminosa y calida, a pesar de ser enorme tenia un aire familiar y elegante, no parecía realmente la clase de lugar donde los Malfoy vivirían.

Suspiro mirando la mansión donde aparentemente estaba su mejor amiga Hermione Granger, no, no Granger, ella era Hermione Malfoy por lo que Ginny le había contado, como si fuera a darle las respuestas a sus preguntas solo mirándola.

Por un segundo mientras Ginny le contaba lo que había visto estuvo tentado a reír, quiso morirse de risa ante semejante locura pero la expresión seria de su esposa le decía que no era una broma.

Pero hacia años que no tenía noticias de su amiga, cinco largos años extrañándola, pensando en si ella estaría bien, si era feliz, si encontró a sus padres, si estaba casada, si había olvidado toda esa horrible guerra pero ahora su esposa le contaba que Hermione vivía en Paris casada con ni más ni menos que Draco Malfoy.

Luego de vestirse apresuradamente corrió al ministerio Frances y busco a un viejo Auror con el que había trabajado una vez hacia un par de años, necesitaba información, necesitaba saber que su esposa no estaba alucinando y que realmente había visto a Hermione, había charlado con él hombre amablemente unos minutos antes de preguntarle lo que sabia de los Malfoy.

El Auror lo miro ligeramente confundido nos segundos, como si se preguntara por que no sabia algo que hasta un niño sabría y luego simplemente sonrío antes de responderle con tono ligero y amable.

"Los Malfoy, bueno ellos viven aquí en Paris desde hace unos años, tengo entendido que salieron de Inglaterra luego de la guerra, la gente dice que demolieron su vieja casa por que no soportaban los recuerdos pero eso son rumores solamente. Cuando vinieron a vivir aquí no hacían mucha vida social, pero hace unos tres años construyeron un hospital en una zona marginada de Paris mágico que ha ayudado mucho a la comunidad y eso termino de limpiar la imagen de la familia y claro la señora Malfoy, la esposa del joven Draco es brillante y una mujer muy caritativa con ideas maravillosas que revolucionaron el ministerio, aun que usted la conoce mejor que yo joven Potter, tengo entendido que usted y ella eran muy amigos, Granger, ese era su apellido de soltera, siempre lo olvido"

Luego de hablar con el viejo Auror y que le indicara la ubicación de la mansión Malfoy inmediatamente había corrido hasta allí con la intención de hablar con ella, pero en ese momento por fin frente a la mansión se sentía indeciso, sentía claramente como le temblaban las piernas y el estomago revuelto por los nervios.

Después de todo ya habían pasado cinco años y su amiga ahora estaba casada con Malfoy, que por mucho que hubiera ayudado en la guerra y demostrado que había cambiado ganándose el respeto de la comunidad parisina para él siempre seria quien les hizo la vida miserable en sus primeros años en Hogwarts y los metió en mil y un problemas.

"Winky llamara a los amos, señor Potter acompañe a Winky hasta la sala de estar"

Miro al pequeño elfo domestico que le abrió la puerta, ni siquiera sabia en que minuto había tocado el timbre o como sabia su nombre, tenia las enormes orejas ligeramente caídas y unos inmensos ojos verdes, lo curioso era su ropa, un pequeño vestido color violeta, completamente limpio e incluso usaba zapatos.

Miro los pisos de mármol y los muebles a simple vista muy caros y antiguos intentando concentrarse en cualquier cosa menos en sus nervios, era una casa espaciosa, elegante y con una hermosa iluminación, se sentó incomodo en un sofá color negro esperando que alguien apareciera cuando escucho risas alegres, boquiabierto vio a dos pequeños niños y una niña entrar corriendo al lugar completamente sucios de los pies a la cabeza.

Dos eran rubios, de ojos grises, piel blanca y a simple vista hijos de Malfoy, aun había una parte de el que dudaba que Hermione fuera la señora Malfoy, el otro era una versión miniatura de Blaise Zabini, los mismos ojos y pómulos prominentes, aun que su piel era un tanto mas clara.

-¿Quién es usted?

Miro sorprendido al pequeño chico rubio, era igual a Malfoy, rubio de ojos grises pero este chiquillo sonreía ampliamente mientras sacudía el polvo de su ropa obviamente cara como si estar cubierto de barro, polvo y manchas de pasto fuera de lo mas normal, casi juraría que era solo un niño normal.

-Soy Harry…

-Yo soy Scorpius, ella es mi hermana Cassiopea y el es Dominique…

-Buenas tardes Potter, veo que ya conociste a mis hijos y a Dominique Zabini

Estaba a punto de responder cuando la pequeña rubia grito con deleite antes de lanzarse a los brazos de Malfoy y besar las mejillas de su padre entre risas.

-Niños vayan a cambiarse de ropa, si su madre o la tuya Dom, los ven así estarán en problemas…

Los niños se alejaron tan rápido como habían llegado riendo mientras subían las escaleras y un tenso silencio se instalo en la sala de estar de la mansión pero no se sentía capaz de romperlo.

-Harry…

Era ella, se veía diferente pero era Hermione, estaba hermosa y se veía feliz mientras miraba a los ojos a Malfoy y le daba un ligero beso en los labios antes de acercarse a él, cerro los ojos cuando la sintió abrazarlo y al abrirlos de nuevo vio que estaban solos, Malfoy se había marchado.

-Hermione…

Quiso preguntarle tantas cosas, quería saber por que se había marchado, por que nunca los contacto y sobre todo como termino casada con Malfoy de entre todos los hombres del mundo mágico y muggle, pero al verla así, con los ojos color chocolate brillantes de felicidad, sus facciones un poco mas finas y su mismo cabello alborotado aun que ligeramente mas arreglado, no pudo decir nada, la había echado de menos tanto que solo la abrazo.

Estaba feliz de encontrarla y sospechaba que si quería tenerla en su vida a partir de ese momento Malfoy, todos los Malfoy, estaban incluidos en el mismo paquete… suspiro resignado a tener que soportar al huron en su vida pero feliz si eso significaba que Hermione, su mejor amiga, su hermana, volviera a ser parte de ella.

Encuentro fortuitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora