El chico callado lanzó una mirada que ella percibió confundida.
Ella le miró y sintió que los cachetes se le ponían muy cálidos y rosados...dejó de mirarle.
Durante la fiesta la chica fue invitada por las chicas mayores a bailar y después de tanta insistencia aceptó.
Se olvidó de los prejuicios y comenzó a bailar.
No podía evitar mirarle de vez en cuando, de vez en cuanto.
Él, bebiendo soda sentado, callado como en los viejos tiempos, observando lo que hacían en la pista.
La chica de pronto entre tanto, sintió ganas de bailar con él, de acercarse, que extraño, que rara, que tonta...
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