La mañana siguiente a la boda, todo se sentía como un sueño, algo pasado, se sintió fugaz, casi fantástico, casi irreal.
Los días siguientes fueron de duda, extraños.
La chica tenía pensamientos recurrentes donde se le aceleraban los latidos en su pecho al recordar al chico callado uniendo su mirada con ella.
-Que raro, ¿Qué me ocurre?-, pensaba la chica y observaba y callaba...
Su cabeza poco a poco se volvía un caos al igual que ella, pero otra vez guardó todo en su cabeza y guardó silencio.
Las emociones que emanaban de ella eran puras, eran limpias, pero pronto descubrió que debía callar o sería juzgada duramente.No volvió a durante años.