No podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido, llevaba toda la noche dándole vueltas sin comprender nada, solo esperaba que todo hubiese sido un mal sueño, pero sabía que no era así.
Cogí el teléfono y vi 2 mensajes de mi madre"Lena tengo que hablar contigo" y el que empeoró el día, el cual creía que no se podía empeorar, "es sobre la nueva casa, llámame cuando te despiertes".
Es lo primero que hice.
-¿Mamá? ¿Qué es eso de la casa nueva?, sabes que yo no voy a ir a ningún sitio, ya lo habíamos hablado y...
- Lena, por favor se razonable por una vez - dijo interrumpiendome.
¿Que sea razonable?, vamos a ver el día de ayer fue una completa mierda, y el que hoy iba a ser lo más "tranquilo" posible, se ha convertido en un día peor... ¿Y quiere que sea razonable? Que me explicase como, porque yo no encontraba ningún motivo para serlo.
-No mamá, no me voy a ir y punto - estaba tan enfadada que colgué.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras, cuando levanté la cabeza me quedé en sock ¿dónde narices estaban todas las cosas?, no había ni platos, ni cubiertos, la televisión también había desaparecido, tardé un segundo en entender lo que ocurría, mi madre no me había llamado para avisarme de que ya habían encontrado una casa, fue para decirme que nos íbamos a mudar, y por lo que parecía iba a ser ese mismo día.
Pensé en llamar a mi madre pero estaba demasiado cabreada y fui al único lugar que se me ocurrió.
-¿Lena? - eran más 8 de la mañana, era pronto pero necesitaba hablar con alguien.
-¿Está Erik? - dije entrando, me había abierto Jake y no tenía ganas de pelear, solo tenía ganas de llorar, me sentía tan incomprendida.
-¿Estás bien? - me preguntó mirándome a los ojos, pero no quería que me viera así y tuviese más razones para burlarse de mí.
-Por favor solo dime dónde está Erik - le dije esquivandole la mirada.
-No está, todavía no ha llegado - genial, necesitaba hablar con alguien y la única persona con la que podía no estaba.
Me dí la vuelta, pero cuando estaba saliendo por la puerta me cogió del brazo.
-También puedes hablar conmigo - no estaba para bromas.
-¿Para que te burles de mí?, no gracias - me intenté deshacer de su agarre pero me volvió a meter y cerró la puerta.
-Te lo digo en serio - tiró de mi barbilla para que le mirara, me dí cuenta de que sus ojos no eran los de siempre, no tenían esa oscuridad, tenía una mirada sincera y preocupada - no soy solo el tío ignorante que te crees.
No sé por qué, pero eso último me dio miedo, siempre había conocido el lado más capullo que tenía, tampoco me había querido enseñar más, pero me acababa de demostrar que también guardaba otro lado, ese que nunca demostraba.
-Jake, yo... - no sabía que decir, cuando estaba cerca mi mente se nublaba, ni si quiera recordaba que hacía allí.
-Lena, confía en mí, solo por esta vez - y esos centímetros que nos separaban, desaparecieron.
Sus labios tocaron los míos, al principio con desconfianza, no tenía claro lo que hacer, pero mi cordura desapareció y mi instinto siguió con aquello que sabía que estaba mal, dejé que su boca inundara la mía, sabía tan bien que el sentimiento de culpa por un segundo desapareció, me apretó contra su cuerpo mientras sus manos bajaban por mi espalda, sentía un calor demasiado grande dentro de mí, sus caricias no paraban y su lengua no paraba de jugar con la mía.
Nos separamos para respirar, estábamos agitados y sin entender que había pasado, todo había sido tan rápido y ahora tan confuso.
De repente se abrió la puerta y aprecio Erik, pero sentí que tenía un problema más grande, ¿qué acababa de pasar?.
Jake se separó de mí y subió sin decir nada, estaba tan desorientado como yo.
-¿Qué haces aquí? - preguntó Erik pasando su mirada de su hermano a mí.
-Nada, ya me iba - dije saliendo por la puerta.
-Espera tenemos que hablar - me paró Erik.
-Mejor otro día - no podía pensar con claridad y no era el momento para hablar.
Solo sentía confusión y miedo, no tenía muy claro que acababa de pasar, ni si quiera de por qué, solo quería hablar con Erik, y no sé si fue por mi estado de ánimo, porque solo tenía puestos unos pantalones de pijama o porque simplemente lo necesitaba, caí en su juego, cosa que sabía que tarde o temprano me iba a afectar.
Llegué a mi casa y me encontré con mi madre y Liam, estaban sentados en las sillas de la cocina, una de las pocas cosas que quedaban.
-¿Dónde estabas? - me preguntó mi madre nerviosa.
-Solo salí a tomar el aire - no tenía ganas de hablar y menos de lo que ya sabía.
-Lena, escuchame porfavor - me dijo como si fuese una niña a la que tuvieran que explicar una cosa de adultos.
Odiaba cuando me trataba así, no era ninguna niña, sabía a qué me enfrentaba y por eso mismo estaba en contra.
-No voy a irme a ningún sitio - grite - no soy ninguna niña, puedo quedarme sola y no voy a cambiar otra vez de casa solo porque esta es demasiado pequeña para un millonario - dije mirando a Liam.
-Lena... - sabía que se estaba cabreado, pero yo ya lo estaba y no iba a callarme.
-¿Qué más os da?, nos vamos a mudar a esa calle, solo para que los demás vean que tenemos dinero, ¡pero a mí eso no me importa! - dije señalando en la que vivían Erik y Jake, lo que me hizo recordar todo lo que acababa de ocurrir y me estremecí, no podía mudarme allí, no ahora.
Mi madre aprovechó ese momento de debilidad que me cruzó por el rostro para decir :
-Coge tus cosas, nos vamos a las 7 - cogió a Liam de la mano (el cual, como siempre, no se había metido en la discusión) y salieron.
¡No, no, no! Tiré las sillas y senté en el suelo, no podía parar de llorar, todo lo que estaba pasando podía conmigo, no podía hacer nada y eso siempre me hacía recordar todo, todo lo que quería dejar atrás, todo aquello que fue mi culpa, todo aquello por lo que tuvimos que abandonar y dejar atrás 16 años de mi vida.
Eran las 7 y media, no me habían venido a buscar, pero sabía que me estaban esperando y que iba a salir, ya me había tranquilizado y no quise pelear más, no hoy, recogí las cosas de mi cuarto, tragué mi orgullo y subí al coche donde estaban.
Tal y como había predicho la nueva casa estaba cerca de la de ellos, ya estaba todo colocado cuando entré, lo que me hizo preguntar cuanto llevaban preparandolo.
-Ven, que te enseño tu cuarto - me dijo amablemente Liam.
Desde el primer día su tranquilidad y amabilidad fueron los que me ayudaron a sentirme más cómoda en esa nueva ciudad, pero no podía llegarle a aceptar por completo, no era verdaderamente mi padre y aunque lo intentaba, nunca me vería como a tal.
Mi nuevo cuarto era enorme, tenía una cama de matrimonio con muchos cogines encima, todo era de colores pasteles, me encantaba, tenía un baño propio (lo que agradecí) y lo que más me gustaba, un rincón junto a la ventana con un pequeño sofá y un escritorio donde había una variedad gigante de obras de autores, poemas, libros... Me había enamorado de aquel gran pequeño espacio, mi gran pequeño espacio.
-Te dejo para que te acomode - dijo cerrando la puerta.
Me tumbé, estaba cansada, y derrepente, el sueño en el que acababa de entrar se vio parado bruscamente por la realidad, una realidad que me daba miedo afrontar.
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Otro capítulo más 👏🏻, estoy muy emocionada por como está transcurriendo la historia, se van a empezar a destapar cosas y ¿sentimientos?
¿Os está gustando la historia?
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Algo más que nosotros
Teen FictionEn la vida hay muchas historias, cuentos de hadas, princesas, príncipes azules... Pero ¿y sí eso solo fuese fantasía?¿Y si todo lo que creía había cambiado? Siempre he dicho que un chico nunca me cambiaría, que mi vida sería perfecta y que todo lo q...