IV II MMXIX
Golpeando el teclado con la pluma en mano intentando calmarme era el nuevo habito que estaba adquiriendo, era ansiedad y estaba seguro de ello. Ansiedad por un tema que ni siquiera era completamente problema mío.
¿Qué era lo que estaba sucediendo conmigo? ¿Qué más debía hacer para dejar de pensar día y noche en aquellos dos chicos? ¿Qué clase de pecado estaba purgando para sentir como mi corazón se estrujaba cada que pensaba en ellos? ¿Las personas actualmente si quiera se preocupaban por las personas en situación de calle?
Intenté dejar de pensarlo, respirar profundamente, salir con Hanbin y Jiwon, llenar mi persona de capitalismo y porquerías audiovisuales que me hicieran olvidar a aquellos chicos, sin embargo, no sucedía.
Para la cuarta semana, estaba oficialmente jodido.
Había descubierto debido a las pasadas semanas -y el reciente acercamiento con los chicos, específicamente con la chica-, sus nombres; Yejin -quién tenía quince años- y su hermano, Junhoe, continuaba siendo renuente a mi presencia y esperaba a que me fuera un tanto alejado a nosotros, siempre con aquella aura misteriosa y obscura en él, cubriendo parte de su rostro con la capucha de su sudadera. Algo intrigante en él.
Sin embargo, únicamente pasaba, les dejaba unos cuantos billetes, charlaba con Yejin unos minutos y terminaba por regresar a mi auto. No charlas profundas, simplemente unos cuantos: "¿cómo estás?" y "muchas gracias de nuevo".
Pese a todo, sentía un tipo de conexión con ellos. Y estaba intentando auto-convencerme que no tenía nada que ver con el hecho del misterio que representaba el chico, Junhoe.
— Entonces, este tipo, continúa haciendo esta cosa estúpida como ir con esos niños de la calle a dejarles un poco de dinero. — Hanbin me mira fijamente, esperando cualquier tipo de comentario trago saliva duramente.
—¿Por qué estás hablando de ti en tercera persona? — Inquiere interesado, mi garganta se seca y toso torpemente.
—No estoy-no hablábamos de mí. — Tartamudeé nervioso, mierda, me tenía.
—Jinan, no lo intentes. — Su mirada me torturó durante los siguientes segundos hasta que cedí, lo sabía, hablar con Hanbin nunca era buena idea. — Habla.
Suspiré cansino, me tenía ahora y lo sabía.
—¿Qué quieres que te diga? Te lo dije todo ahora. — Murmuré bajando la mirada mientras jugaba con los dedos entre mi corbata.
Mientras esperaba por cualquier comentario de mi amigo frente a mí, encontraba ilógico como era que había terminado en esta situación; discutiendo mis acciones ante un par de niños necesitados. Aún más, el hecho de que Hanbin era menor que yo inclusive y se comportaba como si fuera mi mayor con el derecho de reprenderme por mis acciones.
—¿Por qué exactamente vuelves ahí?
—Te lo dije, son apenas unos chicos y yo...-
—Nada más allá de los cien millones de niños en el resto del mundo en situación de calle Jinan. — La respiración se me corta, algo contra aquella cifra remueve un malestar en mi interior. — ¿Por qué te importa tanto?
—¿Por qué estás diciendo cifras como esas y luces tan desinteresado? ¿Qué clase de persona eres? — Un abatimiento real se hizo presente dentro de mi cabeza.
—No lo estoy, lo siento si sonó de esa manera, quiero decir, existen miles de organizaciones a las cuales podrías recurrir para ayudar, sin embargo, por lo que veo, estas teniendo una crisis aquí por un par de chicos a los cuales no ayudas correctamente.
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él
Short Story[ junhwan ] ❝la vida era un karma constante, y [él] estaba destinado a ser el mío.❞ junhwan yaoi ; drama ; angst. 〔luego de la muerte de sus padres, superando todos y cada uno de los obstáculos impuestos por la vida, logrando ser columnista en una d...