Normalidad y misión

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El plan con Paula funcionó. Laborioso, pero lograron dos cosas: la emancipación de Paula y el control de una banda criminal. Tuvieron que matar a la madre de Paula y darle la custodia al padre de la chica, el cual mataron y suplantaron. Una vez con ese peón en su lugar, independizaron a la joven. Libre, Paula tuvo que conseguir un empleo del medio tiempo, el cual labora alegre, y empezar con la asociación que su madre quería, todo financiado por el dinero de ellos, pero con la ilusión de que el padre de la chica pagaba por todo.

Volviendo al presente, el trabajo de Paula da la oportunidad de ampliar la zona de prospectas, Vanesa y Susana, usando su popularidad, logran lo mismo, pero enfocándose en las hermanas, primas o familiares de los chicos, al igual que las compañeras anteriormente marcadas. Nalle se la pasa la mayor parte del tiempo con su IA. Preguntando, descubriendo e inspeccionando los recuerdos de los consumidos. Algunas noches, después de la horrible tarea, habla con Yoel.

-El padre de Vanesa era un monstruo, pero quizá su madre sea peor. ¿Por qué la dejó con él? -le dice mientras los dos están recostados, cubriéndose con la sábanas sus cuerpos desnudos.

-¿No sabes nada de ella? -ella niega con la cabeza-. ¿Ni una mención?

-Aparte de puta, perra, zorra, maldita y demás cosas así, no. Tuvieron buenos momentos durante el noviazgo, pero después del embarazo, sólo caos, peleas y abandono. Se fue cuando Vanesa tenían 2 años, dudo que recuerde algo.

-¿Qué hay de las otras?

-No mucho, sus familias eran bastante normales, uno que otro secreto como el de Paula, pero nada grave. Es más complicado tratar con ellas, que ver los recuerdos de su familia.

-Pensé que Vanesa era la única problemática.

-Paula está mejor, más animada por lo que pasó. Susana... tiene muchas cosas en común con Vanesa, pero ella sólo es una niña mimada y no una chica problema. Pide tantas cosas como Vanesa, quiere presumir y todas esas cosas, complicado será mantener un perfil bajo.

-Son adolescentes, es algo común.

-Aquí no hay nada común -se vuelve hacia él-. Ni siquiera algo que debía ser natural y excitante, es más algo mecánico que no queremos que termine ni empiece. ¿Cómo hubiera sido nuestras vidas si no hubieran llegado?

-Aburridas, pero felices. Con nuestras familias, pensando en la universidad, en las personas que nos gustan, saliendo con nuestros amigos y quizá dejándonos de hablar después de la preparatoria. Lo normal.

-¿Jamás deseaste algo tan grande como esto?

-Claro que sí, pero no algo que involucre asesinatos tras asesinatos, peligro de ser cazados ni destruir la vida de personas que no se lo merecen, que deberían... no sé. Estar en paz con todos.

-Quizá por eso Vanesa le gusta esto -se levanta-. Esto es mejor que cualquier cosa que pudiera haberle dado la vida.

-Quizá -él se levanta-. Nos vemos después -desaparece.

Nalle camina hacia el baño. Deja correr el agua fría hasta que el vapor empieza a cubrir cada rincón. Entra, toma el jabón y la fibra para talleres con cuidado cada parte de su cuerpo. Su complexión no ha cambiado. Sigue siendo una chica sin tanto atractivo, ni siquiera se acerca a la aura de Paula. Si no hubieran atrapado a Yoel, ella seguiría en la ignorancia. Sus padres vivos, recordándole que debía ser una mujer de provecho, nada de rogarle a un idiota o desperdiciar su vida. Se sienta y se abraza las piernas.

Llora. No es culpa de Yoel, es de ellos. Si ella no puede resistirse a las ordenes, con sólo un poco de ellos corriendo en su  ser, ¿qué chance tiene su amigo, que tiene esa cosa dentro? Las demás chicas deben estar aterradas, por lo menos Paula y Susana, quienes piensan como ella. Vanesa de seguro termina, da a luz a esa cosa y vuelve disfrutar de sus cosas. Pero tampoco es su culpa. Siente lástima por ella, Paula también. Después de ver los recuerdos de su padre, no podemos enojarnos con ella.

IncubadorasWhere stories live. Discover now