Hold me [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

Capítulo 3: Lo complejo de sobrevivir

-Así que básicamente me estás diciendo que, después de que os comieseis la boca mutuamente, se largó.

-Sí.

-Pero resulta que el lunes prácticamente te propuso salir con él.

-Bueno, no exactamente. Dijo que no pasaría nada si saliésemos juntos. No es lo mismo.

-Es prácticamente una declaración de intenciones, A-Xian. -Al otro lado del teléfono, su hermana suspiró con una variación hastiada de su habitual tono comprensivo-. Y después de eso, llevas evitándole toda la semana.

-Es que no sabía qué otra cosa hacer, shijie. -Lloriqueó Wei WuXian con excesivo dramatismo-. Me puse nervioso; no sabía qué decirle y prácticamente huí de ahí. Que me largué sin pagar y todo. Aunque tampoco tenía dinero, habría tenido que invitarme él de todas formas. -Un ruido sospechoso. En su propio piso, Jiang YanLi no sabía si ahogar una risa o un bufido-. Me pilló por sorpresa. Y, la verdad, sigo sin saber qué decir. Se supone que me odia desde que nos conocimos.

-Creo que está claro que no.

-Si no me odiase, no se habría marchado el día de la fiesta. Si fuese un poco más lanzado, podríamos haber acabado haciéndolo en la cama de Jin GuangYao.

-¡A-Xian! -Le regañó la chica-. Creo que estás viendo las cosas desde una perspectiva equivocada. Si te hubiese hecho algo más aquella noche estando él sobrio y tú no, creo que A-Cheng y yo tendríamos que ir a partirle las piernas.

-Vale, no te estoy entendiendo.

-Se habría aprovechado de ti, y eso es horrible. Estabas borracho y él lo sabía, es un tema serio. No estabas en posición de consentir.

-¡Oh, vamos! ¡Si le besé yo!

-Pero hizo bien. Fue responsable y se contuvo a tiempo, antes de que ambos os arrepintieseis. Por lo menos desde mi perspectiva, fue muy sabio. Y demostró que te valora.

-No sé yo...

-¿Quién tiene aquí el máster en Psicología Clínica, vamos a ver?

Wei WuXian suspiró. En realidad, sabía perfectamente que su hermana adoptiva tenía razón, por eso la llamaba. Incluso antes de sacarse la carrera, Jiang YanLi era la única capaz de ayudarle a poner sus pensamientos y sus sentimientos en orden. Su prudencia y su capacidad de pensar dos veces las cosas y de meditar las situaciones era justamente lo que tanto le faltaba en la vida. Sin ella, no sabría qué hacer, por eso la llamaba de vez en cuando —mínimo una vez a la semana— para hablar largo y tendido sobre la dura existencia universitaria. Por mucho que hubiese deseado tirarse a Lan WangJi en aquella fiesta, ver las cosas desde la perspectiva de su hermana hizo que un nuevo abanico de posibilidades se abriese ante él.

-Ahora me siento mal por haber estado evitándole. -Se lamentó.

-¿Él ha intentado ir a hablar contigo?

-Casi todos los días, pero me pongo rojo cada vez que se acerca. El miércoles, por ejemplo, hasta llegué a usar a Wen Ning de escudo para huir antes de que pudiese alcanzarme. Y un profesor me gritó por correr por los pasillos de la facultad. Deberías haberle visto, tenía barba de cabra.

Un suspiro. Seguramente, Jiang YanLi estaría pensando en qué hacer con él, pero era demasiado comedida como para quejarse en voz alta.

-Creo que deberías dejar de escabullirte y hablar con él de frente. Se va a acabar sintiendo mal.

-Lo sé, y te juro que es lo último que quiero, pero no puedo evitarlo. Siento que, si hablamos cara a cara, me moriré del infarto.

-Se llama enamoramiento.