Hold me [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

Capítulo 1: Con absoluta normalidad

-Wei Ying.

El mentado se congeló nada más oír esa grave voz llamándole directamente por su nombre de nacimiento. Hacía años, en el instituto, le había dado permiso para hacerlo a cambio de poder llamarle a él Lan Zhan. Fue durante un castigo, ambos se pasaron un mes entero organizando la biblioteca del instituto. Obviamente, fue culpa de Wei WuXian. Le provocó y le provocó hasta que sus bromitas fuera de lugar se convirtieron en una discusión y esta desencadenó en una pelea a puñetazo limpio. De ahí el pequeño travieso solo llegó a una conclusión válida: tenía un buen derechazo el cabrón.

Todavía era lunes por la tarde; el lunes de la difusión de la foto, para ser más exactos. Jiang Cheng ya se había ido a casa después de las clases del turno de mañana, y Wen Ning había tenido que faltar a la última hora por una llamada urgente. Más tarde, tendría que escribirle para ver qué había pasado y si estaba bien. Si sobrevivía, por supuesto. Porque en aquellos momentos, todas las posibilidades parecían estar en su contra. Estaba saliendo solo de la universidad y ¡pum! Se chocaba con la persona a la que menos —y más— quería ver. No podía tener tan mala suerte, seguro que alguien le había echado una maldición o algo así. Después de cruzárselo en la cafetería a la hora de comer y recibir lo que a todas luces parecía una mirada asesina, Wei WuXian había tratado de evitarlo cuidadosamente. No debería haber sido muy difícil, él estudiaba en la facultad de Ciencias de la Salud y Lan WangJi en la de Letras. Pero ahí estaba, parado en la entrada de su edificio como si llevase ya un rato esperándole, con la mirada tan fría como siempre, el gesto tan neutral como siempre y la camisa blanca tan impecablemente planchada como siempre. ¿Acaso sabía ese tipo lo que eran las arrugas? ¿No se sentaba en todo el día o cómo iba la cosa? La física no funcionaba como debería con él. En el pasado, Wei Ying se habría sentido tremendamente irritado al recaer en esos pequeños detalles. Ahora se le caía la baba al imaginar que su perfecta camisa le quedaría incluso mejor tirada y arrugada en el sueño de su habitación, después de ser pisoteada por dos pares de pies descalzos que daban tumbos rumbo a la cama.

-Lan Zhan, ¿cómo tú por aquí? -Saludó con aparente desparpajo, sin ni un rastro del nerviosismo que le apretaba el estómago-. ¿No das clase en la otra punta del campus?

-Ya he terminado.

Siempre era así, corto y conciso. Nunca daba detalles de más y rara vez metía dos verbos en la misma oración. Era el más serio y el más brillante. Sus sentimientos y emociones siempre escondidos detrás de una perfecta máscara de jade, un misterio para el común de los mortales. Pero seguro que estaba cabreado. Wei WuXian lo tenía clarísimo. Toda la universidad estaba hablando de él... y no para bien, precisamente. Los rumores amenazaban con manchar su reputación intachable, esa tranquilidad aparente tenía que ser falsa. Lo que pasaba ahí es que Lan WangJi era un genio en el arte de matar y escondía su sed de sangre. Sí, tenía que ser eso. Cuando menos se lo esperase, lo apuñalaría. Limpio y rápido, directo al corazón y sin mancharse la ropa ni las manos. Aunque debía admitir que el ser asesinado por semejante ejemplar tenía cierto morbo extraño. Y también que debería dejar de pensar en esas cosas mientras el otro le miraba con su cara de póquer.

-Vaya, resulta que salimos a la misma hora y todo. Qué cosas.

-Llevo esperándote cuarenta minutos.

A Wei WuXian casi se le cayó la mandíbula al suelo. Cada vez tenía más claro que iba a morir de una forma horrible en un callejón oscuro. "Tío Jiang, A-Li, Jiang Cheng, os quiero con toda mi alma. Sois las mejores personas que he tenido la suerte de conocer jamás. Señora Yu, siento haber sido una decepción constante durante toda mi puñetera vida. Wen Ning, te dejo como herencia mis apuntes de Fisiología, sé que les darás mejor uso que yo."

-¿A mí? -Cuestionó con cierto miedo. En su mente seguía rezando y escribiendo su testamento. El estudiante de letras simplemente asintió con la cabeza-. Que conste que si es por lo de la foto, ¡no he tenido nada que ver!