Capítulo 4: Conocidos sin conocimientos

10.4K 1.4K 324
                                    

-Y dime... ¿a dónde vamos?

Por toda respuesta a su pregunta, Lan WangJi se encogió de hombros, cosa que a ambos les resultó preocupante. A pesar de ser una persona que acostumbraba a planear con cuidado y antelación cada paso que daba en la vida, aquella pseudo-cita había sido un completo impulso fruto de las evasivas que no llevaban a ninguna parte y de un hermano un pelín entrometido de más. Como decían por ahí, se había dejado llevar. Después de cinco días de no poder mantener una conversación apropiada con Wei WuXian, no pudo aguantarlo y acabó saliendo de casa quizá más guiado por las tripas que por el cerebro. Siendo así, no tenía ni idea ni de qué clase de cosas se hacían en una cita ni de a dónde ir, y mucho menos de lo que le gustaría hacer al de ciencias. Ignoraba, al menos parcialmente, que ambos estaban pensando en lo mismo, y que a ambos en realidad les bastaba solo con saberse al lado del otro.

-Ah, ya sé. -Exclamó Wei Ying al cabo de un par de segundos, siempre con un as bajo la manga-. Hay un parque por aquí cerca bastante bonito. ¿Lo conoces? Suele tener puestos de comida y de todo tipo de cosas, es como un mercadillo. ¡Y de bebidas, tienen puestos de bebidas! Me sé uno en el que hacen unos mojitos increíbles.

-No deberías beber tanto. -Habló Lan Zhan con cierta severidad. No puso reparos, eso sí, a encaminar sus pasos hacia parque mencionado.

-¿Por qué? Soy mayor de edad, es perfectamente legal.

-La última vez, no acabaste bien.

-Eso fue porque quería. Si no quiero, no me emborracho, te lo aseguro. Además, aparentaba estar peor de lo que realmente era.

-Vomitaste.

-Sí, sí, gracias por recordármelo. -"También te comí la boca, pero de eso no hablamos, ¿eh, valiente?" Iba a decirlo, respondón y molesto como solo él sabía ser, pero el miedo le atenazó momentáneamente el estómago, haciendo que por una vez en toda su maldita vida procurase medir sus palabras-. Sin embargo, el domingo por la mañana ni tuve resaca ni nada.

-Me alegro.

-Es fantástico verd... ¿qué? ¿Hablas en serio?

Sin dignarse a mirarle, Lan WangJi asintió con la cabeza con toda la tranquilidad del mundo. Esas palabras en boca de cualquier otra persona podrían sonar a sarcasmo o a la clase de respuesta que uno da para salir del paso cuando no se sabe o no se quiere responder. No era el caso. Con él, Wei WuXian sabía que era diferente. Lan WangJi no conocía la ironía y nunca hablaba por compromiso o por intentar quedar bien. Si decía que se alegraba, entonces realmente en algún recóndito escondite de su helado corazón debía estar sintiendo dicha.

-En fin... ¡Que conste que tengo muy buena resistencia al alcohol! Aunque admito que el sábado quizá me pasé un poquito. Debió ser por mezclar demasiado. Hice y dije algunas cosas de forma muy impulsiva. Lo siento.

-No es necesario que te disculpes.

-Qué misericordioso eres conmigo, Lan Zhan.

El mentado no dijo nada. Así a lo tonto habían acabado por llegar al parque sugerido. Era un lugar hermoso y enorme que, cuando los cerezos se ponían en flor, recordaba a los míticos jardines de Japón. Por la época del año, se encontraba teñido de verde, y por el momento del día, de naranja y azul. En un lugar tan colorido, Lan Zhan parecía un prisma de jade, reluciente y tornasolado; Wei Ying a su lado sería una mota de carbón, revoltosa y a veces puñetera. O una nube tormentosa e irrefrenable. Caía el crepúsculo y sobre todo se podía observar a familias que se recogían lentamente hacia sus hogares, a adultos recién salidos del trabajo que aprovechaban para cenar en los puestos callejeros y a discretas parejas que coqueteaban con recato, cada uno con un brazo en la cintura del otro mientras miraban baratijas. De forma inconsciente, Wei WuXian envidió a estos últimos, deseando poder colgarse del cuello de Lan WangJi sin sentir ningún remordimiento. Pensó en hacerlo. Con su temple bromista, a nadie le habría parecido un acto fuera de lugar precisamente por el hecho de estarlo. Se detuvo antes de intentar alzar un brazo y se abofeteó mentalmente. No era una persona tímida, ¡para nada! Sin embargo, atreverse a deteriorar esa nueva relación cordial que poco a poco creía estar construyendo con quien tiempo atrás le odió le produjo cierto miedo.

Hold me [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora