Carcel de Papel

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– Las violetas  pueden ir colgando de aquí, detrás de la mesa principal. Podemos ponerlas alrededor de las mesas para darle un toque delicado, ¿Que le parece señorita Hinata? ¿Hinata?

Hinata estaba muy distraída. Solo podía pensar en una cosa, Naruto... y aquel beso que le arrebato hasta el alma. Por unos segundos olvido quien era, su posición, y perdió hasta la noción del tiempo. Maldito su corazón traicionero que aún reaccionaba ante él. La triste realidad era que se había quedado deseosa de más. Naruto seguía siendo aquel chico apuesto del que se había enamorado años atrás, de hecho, era mucho más apuesto. Más adulto, más maduro y para su desgracia era el absoluto dueño de su corazón.

Pero no.

No podía seguir pensando él. Tenía que buscar la forma de alejarlo, dejarle claro que el no podía acercarse a ella y mucho menos estar a solas, o su mente traidora volvería a fallarle. La voz de su coordinadora la trajo devuelta.

–Lo siento Shizune, no me siento muy bien hoy.

–Lo entiendo querida, es demasiado estrés. ¿Que te parece si lo dejamos para más tarde? Ve y descansa, comparte con la familia del novio.

Eso era lo menos que quería hacer. No quería por ninguna circunstancias encontrarse con Naruto. No sería capaz de verlo a la cara después de lo que había sucedido anoche.

–Gracias Shizune, nos vemos más tarde– se despidió Hinata.

No tenía ganas de volver a la mansión. Necesitaba ayuda, el consejo de alguna amiga, algo que pudiera ayudarla a pensar con más claridad. La noche anterior, en la fiesta, pensó que tenía todo el control de si misma. Había ensayado y preparado cada saludo y cada sonrisa, y pensó que saldría victoriosa, pero no fue así. Al final termino entre los brazos de aquel hombre al que le había roto el corazón.

Minutos más tarde se encontraba frente a la casa de una de sus mejores amigas, Sakura. Pensó ir donde Ino pero sabía claramente cuál sería su consejo.

"Follatelo y mándalo a la mierda".

Sin embargo, Sakura la ayudaría a poner los pies sobre la tierra. Se bajo de su coche y tocó el timbre, minutos después Sakura la recibió.

–Hinata, que alegría que me visites. Pensé que con todo lo de la boda no te acordarías de mi.

–Me he besado con Naruto.

–¡Maldición! Sabía que la llegada de ese granuja provocaría eso. Baja la voz que Sasuke está en su oficina. Vamos a mi cuarto y me lo cuentas todo– Sakura y Hinata subieron las escaleras hasta llegar a la habitación, entraron y se encerraron allí.

–No se que hacer Sakura, estoy hecha un desastre. Pensé que estaría todo bien. Prepare cada maldito saludo, cada maldita sonrisa fingida, ¿y para que? Para dejarlo entrar en mi cuarto y casi entre mis piernas.

–Joder Hinata, explícate mujer que me tienes con el Jesús en la boca.

Sakura que se había sentado en un pequeño mueble observaba a su amiga caminar de un lugar a otro mientras trataba de explicarle lo sucedido. Después termino sentándose a su lado.

–No se que hacer Sakura, no puedo dejar que esto me distraiga.

–Por supuesto que no. Deberías venir a quedarte en mi casa mientras llega el día de la boda. Si sigues allí no te resistirás. Joder Hinata, Naruto te gustaba demasiado y anoche demostraste que aún te gusta.

Hinata se puso de pie y comenzó a caminar de un lugar a otro.

–No solo me gusta Sakura, lo amo, lo amo tanto que siento que mi corazón se saldrá de mi pecho.

Sakura se puso de pie y tomó a su amiga por lo hombros.

–Entonces olvida esta estupida venganza y se feliz con el.

–¡No! Jamas... Los Uzumaki pagarán caro lo que le hicieron a mi padre. Por su culpa tuve que soportar las humillaciones de mi madre. Por su culpa tuve que crecer y vivir un infierno. No descansaré hasta dejarlos en la ruina.

Sakura miró con profunda tristeza a su amiga.

El padre de Hinata se suicido después de descubrir que habían quedado en la ruina. Al parecer era socio mayoritario de la empresa Uzumaki y estos se aprovecharon de su bondad y lo dejaron sin un centavo. Hiashi Hyuga no soportó la bancarrota y todo terminó cuando se quitó la vida lanzándose de un puente. Después de esto Hana Hyuga tuvo que tomar lo quedo para poder salir adelante con su hija. A raíz de esto Hana dedico su vida para preparar a Hinata para su venganza.

Años de tortura y dominio mental crearon a una mujer fría y sin sentimientos. Ahora ella cobraría venganza. Les arrebataría todo, tal y como ellos lo hicieron con su familia. Pero Hinata no contaba con que se enamoraría de Naruto.

Aquella noche cuando el le confesó sus sentimientos, fue el trago más amargo de su vida. Quería poder olvidarlo todo, reiniciar una vida junto al chico al que había amado toda su vida, pero no podía. Su madre la culparía de su desgracia toda su vida.

El plan era conquistar a uno de los herederos Uzumaki. Pero para Hinata fue imposible escoger a Naruto, si lo hacía su plan fracasaría, así que tuvo que romper su corazón y alejarlo de ella. Menma era el objetivo perfecto. Estaba tan cerca de alcanzar su objetivo, no permitiría que Naruto empañara su esfuerzo.

–Muy bien, esta misma tarde hablare con Menma y mañana me mudo aquí hasta la boda– respondió secándose sus lágrimas. Que deseos tenía de mandarlo todo a la mierda y ser feliz junto al hombre al que amaba. De poder salir de la carcel en la que se encontraba. Donde su madre la había confinado.

–Está tarde se lo comentaré a Sasuke.

–Gracias, Sakura.

–Sabes que estaré aquí hasta el final.

Hinata le sonrió y la abrazo.

–Vaya, ese bebé está creciendo muy rápido. A penas puedo abrazarte.

–Si, los doctores dicen lo mismo. La próxima cita sabremos el sexo.

–Espero y sea niño, la pequeña Sarada debe quedarse siendo la consentida.

–No se lo digas o se le subirá la espuma.

Ambas amigas rieron.

–Vamos a caminar un rato al jardín, te sentará bien a– sugirió Hinata.

–Creo que quien lo necesita eres tú.










Continuará...

*Aquí ya aclaró algunas cositas. Hay más misterios por descifrar , mañana sigo ;D

La Mujer de Mi Hermano -NH-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora