Epílogo

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Bávaro Beach, República Dominicana.

Naruto y Hinata se hospedaron en un lujoso hotel de una de las islas caribeñas más exótica de toda Latinoamérica. Querían estar lo más lejos posible de todo lo que amenazara su felicidad, y con esto se refería a las tristes memorias del pasado.

–Este lugar es muy hermoso– decía Hinata mientras entraba en su habitación.

Naruto colocó las maletas en una esquina y se acercó a ella la rodeó por la cintura y comenzó a besar su cuello.

–Naruto...– susurro ella apenas con voz audible.

–He esperado tanto tiempo por esto. Y ahora mi querida esposa, serás completamente mia.

Naruto la tomó en brazos y la colocó sobre la cama. Comenzó a besar sus labios con desesperación. Había esperado tanto por aquel momento, por fin sería solo suya. Ahora no existiría nada que pudiera detenerlo.

Comenzó a descender por su cuello depositando tiernos besos hasta que que se encontró con sus perfectos pechos. Liberó uno y comenzó a succionarlo con desesperación.

A Hinata se le escaparon pequeños gemidos mientras sentía la pasión recorrer por todo su cuerpo. Ahora no había nada ni nadie que le impidiera estar con aquel hombre. El hombre de sus sueños y el dueño de su corazón. Habían sido tantas noches soñando con aquel momento, que sentía que no podría esperar.

Naruto comenzó a quitarle el vestido mientras ella lo ayudaba a deshacerse de su ropa. Estaban desesperados y necesitados. Cuando estaban completamente desnudos, Naruto se posó sobre ella y la abrazo, cuidado de que su peso no la aplastara.

–Eres tan hermosa, no sabes cuanto desee poder hacerte mia. Poder sentir el calor de tu cuerpo junto al mío.

–Naruto, te amo tanto.

–Y yo a ti, esposa mía.

Naruto volvió a besarLa mientras se introducía en ella. Estába muy excitado, y la profunda necesidad de calmar la bestia que despertaba Hinata en su interior lo hizo penetrarla con más fuerza. Embistiendo una y otra vez, saboreando el momento, disfrutando de las maravillosas sensaciones que  solo ella podía provocarle. Los maravillosos gemidos que lo hacían  perder la razón. Quería hacerla gritar, llenarla de placer, que ella pudiera sentir lo mucho que la amaba y lo mucho que la deseaba.

El vaivén de sus caderas contra las suyas hizo que una explosión en su interior la estremeciera, soltando así su liberación. Naruto continuó embistiéndola una y otra vez hasta que el alcanzó su propio orgasmo.

Ahora eran una sola carne. Se pertenecían el uno del otro para siempre.

El camino había sido largo y lleno de obstáculos, pero al final el amor logró triunfar.

~~~~~~~~~~~*~~~~~~~~~~

Cinco años después...

¿Boruto? ¿Por que estás llorando cariño?

–Es que Sarada no quiere compartir sus juguetes.

Hinata se arrodilló a la altura de su pequeño hijo y lo miró con ternura.

–Cariño, tienes que tener paciencia y pedírselos amablemente, como papá te enseño.

–Si le digo, por favor, ¿me los prestara?

–Puedes intentarlo– diciendo esto Boruto salió corriendo y Hinata se quedó observándolo. Era un pequeño clon de su padre.

–Veo que Boruto es idéntico a Naruto.

Hinata se dio la vuelta y se encontró con Menma, quien le dedicaba una sonrisa.

–Menma, ¿como has estado?

–Muy bien, me alegra verlos después de tanto tiempo.

–Si ha pasado mucho. ¿Has venido solo?

–No, mi esposa fue por su cartera al auto.

En ese momento Hinata vio a una pelirroja acercarse.

–Hinata, te presento a mi esposa Karin.

Hinata le tendió la mano y Karin le correspondió.

–Es un placer Karin, bienvenida.

–El placer es mío.

Hinata se fijó en el pequeño vientre de Karin y una punzada de regocijo se alojó en su corazón. Menma había encontrado la felicidad y estaba próximo a ser papá. Daba gracias a Dios por no haberle causado un daño mayor. Estaba contenta de saber que el había seguido hacia delante.

–En hora buena– dijo Naruto quien se acercaba al grupo.

–¡Oh por Dios! Tenias razón Menma, tú y tu hermano son muy parecidos, a excepción del cabello.

–Naruto, mi esposa Karin.

–Es placer conocerte Karin, bienvenida a la familia Uzumaki.

Fue una tarde agradable en donde el tiempo y la distancia lograron cicatrizar las heridas del pasado. Ambos hermanos habían logrado alcanzar la felicidad y Hinata se sentía contenta por ellos. Ahora todos podían sentarse a la mesa y agradecer el privilegio de pertenecer a una familia.






Fin.

La Mujer de Mi Hermano -NH-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora