Preguntas sin Respuestas

2.6K 252 48
                                    

Una semana después de aquel encuentro Naruto se encontraba algo desorientado. Se alegraba por el hecho de que ella se hubiese marchado a otro lugar, o no sería capaz de resistirse. El recuerdo de aquel beso lo perseguía hasta en sus sueños. Aún la amaba con locura, era un hecho que no podía seguir ocultándose a él mismo. Sentir que ella le correspondía de aquella forma lo confundía un poco.
Hinata respondía a su tacto, a sus besos con una pasión desmedida.

Ese mañana necesitaba salir y despejar sus pensamientos. Buscar algo de aire fresco, así que decidió ensillar un caballo y salir. La tranquilidad de las montañas aliviaría un poco su alma rota.

Cuando se encontraba lejos de la mansión, cerca del pequeño riachuelo que se ubicaba a las afueras del terreno de los Uzumaki. Desmonto el cabello y lo ato a un árbol. Se percató de que alguien más había acudido a aquel lugar, un cabello de pelaje blanco estaba atado en el mismo árbol. Pertenecía a la mansión Uchiha así que supuso que se trataría de Sasuke. Descendió  por la pequeña empinada y bajó hasta el río. Se quedó paralizado cuando se dio cuenta de quien se trataba.

Hinata se encontraba sentada en una piedra con los pies sumergidos en el agua. Al sentir la presencia de alguien más se dio la vuelta y se quedó en estado de shock. Era él. Tan guapo y resplandeciente como siempre,  ¿Que hacia allí? ¿La había seguido? Se puso de pie y se quedó observándolo mientras el se acercaba a ella.

–Parece que tuvimos la misma idea– dijo Naruto tratando de mantenerse sereno. Verla con aquellos pantalones ajustados y su hermosa cabella atada en una larga trenza, le había arrebatado el aliento. Era hermosa, y ella era consciente de esa belleza.

–¿Me has seguido?– Pregunto ella con ceño fruncido.

Naruto se acercó más al río y se recostó de costado sobre un árbol.

–¿Por que te seguiría? Ni siquiera me paso por la cabeza que conocieras este lugar, por cierto, ¿como lo conoces?

–Menma me lo mostró la primera vez que me presento a tu madre.

Así que había sido Menma. Aquel lugar era su lugar favorito, suyo y de su hermano. Solían visitarlo cuando pequeños y tener aventuras piratas. Juraron que sería un lugar secreto y que no le contarían a nadie sobre el. Menudo traidor, pensó Naruto.

–Ya veo– Naruto comenzó a mirarla detenidamente. Desde la punta de sus perfectos pies, hasta sus hermosos y brillantes ojos grises.

Hinata se sentía completamente desnuda ante aquella profunda mirada y un rubor comenzó a adornar sus blancas mejillas.

–¿Que tanto me miras?– Pregunto ella algo incomoda.

–Solo me preguntaba algo.

–¿Que?

Naruto se separó del árbol y comenzó a caminar a hasta donde ella estaba. Se detuvo en la orilla del rio

–Me preguntaba que tanto te gustaron mis besos para que reaccionaras así aquella noche.

Hinata se puso algo tensa y nerviosa. No podía darse el lujo de que sus sentimientos hacia Naruto fueran  descubiertos. Así que pensó en alguna excusa. Algo que lo alejara de ella.

Comenzó a caminar hasta donde el se encontraba y se paro a unos centímetros de él. Levantó su mano y con una tierna caricia sobre su rostro le dijo:

–Estaba borracha querido, me hubiese besado al perro de haber sido el.

Aquel comentario irritó a Naruto en gran manera. Tomó su mano de manera brusca y la pegó a su pecho. De una forma salvaje puso sus labios sobre los de ella y comenzó a demandar que abriera su boca. Hinata trató de liberarse pero la fuerza bruta de Naruto no se lo permitió. Entonces no tuvo mas opción  que rendirse a él. ¿A quien quería engañar? , había pensando en sus labios todos los días. Había soñado con volver a besarlo y sentir sus manos sobre ella. El solo pensamiento de tenerlo cerca encendió cada fibra de su piel. Comenzó acariciarle el pecho hasta subir a su cuello y rodearlo con sus manos. Queriendo más enterró sus dedos en la doraba cabellera de Naruto y lo acercó más a ella.

Si no recorría a su autocontrol no sabía si sería capaz de parar.Tenía que parar y tenía que hacerlo ahora. Pero sentir la calidez de su piel y la dulzura de sus labios lo estaban llevando al borde de la locura. Comenzó a descender por su cuello hasta saborear cada centímetro de él. Entonces la escuchó jadear y supo que tenía que detenerse.

La apartó de él bruscamente y con la respiración entre cortados ambos se miraron a los ojos.

¡Maldición! ¡Maldita sea!

La amaba tanto. La quería solo para él. Entonces pensó... Si ella sucumbía tan fácilmente a sus caricias, ¿porque estaba con su hermano? ¿Lo amaba realmente?  Algo no le daba tranquilidad.

–¿Por que te casas con mi hermano?– le pregunto Naruto.

Hinata pareció palidecer. Se soltó de su agarre y comenzó a caminar en dirección contraria de él. No podía decir nada. Naruto tendría que conformarse con su silencio. Aquella pregunta la hizo entrar en la realidad de la que había escapado por unos segundos cuando él la besaba. Por un momento sintió tanta felicidad. Pero su realidad era otra y ella tenía que cumplir con su deber.

Naruto salió tras ella y cuando estaban casi en la cima la tomó del brazo.

–¿Es lo único que sabes hacer? Rechazarme y huir.

–¡Suéltame!

–¡No! Quiero que me des una explicación. Se que te gusto Hinata, o no responderías a mis caricias de esa forma.Entonces ¿que sientes por mi hermano? ¿Por que te casas con el?

–Naruto, suéltame me estás lastimando.

Naruto estaba tan fuera de si que no midió su fuerza al agarrarla. La delicada piel de Hinata estaba enrojecida. Al instante la soltó y se odio a si mismo por haberle hecho daño y por la mirada de miedo que vio en sus ojos.

–Joder, Hinata lo siento yo...

–No. basta Naruto, tienes que entender que soy la mujer de tu hermano, ¡tu hermano! No puedes venir y besarme cuando quieras, no te pertenezco y jamás lo haré. Solo déjame ir en paz.

–Solo quiero que me digas la verdad, ¿Amas a mi hermano?

Hubo un silencio sepulcral. Hinata estaba furiosa, pero aquella pregunta la tomó algo desprevenida.

–Si, lo amo. Ahora déjame en paz– Hinata se montó en su cabello y se marchó.

Naruto solo se quedó paralizado mirando como ella se alejaba. Miles de preguntas aún recorrían su mente. Entonces había llegado la hora de hablar con su hermano y contarle la verdad. Necesitaba saber como la conoció y como su relación llegó tan lejos. No tenía sentido, ¿Acaso respondía a sus besos por que se parecía a Menma? Si era así, ¿Por que evadía su pregunta? Algo no encajaba en la historia y el se encargaría de averiguarlo.







Continuará...

Hola, siento no actualizar pero tuve fin de semana familiar. Hoy subiré otro capítulo más tarde.  ;)

La Mujer de Mi Hermano -NH-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora