El falso norte

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Nos dirigimos todos al punto de encuentro que habíamos acordado. Fuimos a la playa y nos sumergimos en el agua, estaba fría y tranquila, pero no podíamos confiarnos, ya que nuestras brújulas estaban descontroladas y moviéndose a distintas direcciones. Por suerte, uno de nuestros acompañantes tenía una cuerda atada a un palo que había clavado en la orilla de la playa para no perdernos.

No sabía exactamente lo que estábamos buscando, pero todo aquello que estuviese fuera de lo habitual, teníamos que estudiarlo.
Pasaron horas y horas y nos cansamos de buscar, lo único fuera de lo normal que vimos fue unos minerales brillantes al fondo del mar, pero al no ir con un equipo de buceo con bombonas, no pudimos acercarnos.
Ya era de noche y decidimos volver cada uno a nuestras casas para descansar después de un largo día de "investigación".

Al llegar a casa, mi madre estaba alterada pegándome gritos preguntando que en donde estaba, se lo expliqué todo y se cabreó a un mas, mi hermano y mi padre se despertaron e intentaron tranquilizarla en lo que yo iba a ducharme. Pensé que iba a entenderlo, pero no fue así. Al día siguiente, en el desayuno, me dió una charla de madre y me prohibió ir más a aquel sitio.
Pero yo sentía esa adrenalina de salir corriendo y sumergirme en el agua buscando respuestas, así que lo hice, volví a la playa y me puse a investigar con la brújula hacia donde apuntaba el norte antes de meterme en el agua, y al sumergir la brújula, el norte giraba hacia la dirección opuesta, no entendía el porqué de eso hasta que pensé que podía ser porque había sumergido algún artefacto de metal enorme como una base subacuática o un submarino.
No sabía por dónde empezar, ni por dónde buscar ni a quien preguntar, tenía muchísimas dudas y no sabía cómo resolverlas.

Aquellas luces del océano...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora