Las mañanas en la Casa de las Ninfas eran algo muy bello. Piper contemplaba cada amanecer como si fuese el primero, esto representaba para ella una compensación, a cambio de vivir tan alejada de su casa y con personas envueltas por las tragedias, que de algún modo también la involucraba a ella.
Piper se encontraba sentada cerca de la mesa del patio, esperando por su desayuno. El cielo tenía un color azul claro, parecía una gema y el sol brillaba sobre las largas hojas de las palmeras iluminando también las hojas de dos higueras enormes. Miró hacia el lado opuesto donde arbustos de membrillo mostraban flores en forma de concha.
El lugar era el indicado para comenzar el día, aspirando el aroma del ambiente y admirando todo lo que la rodeaba, incluyendo el patio cubierto de fino mosaico.
Escuchaba cada sonido, cada movimiento sobre las copas de los árboles. El canto y el aletear de los pájaros, los sonidos indefinibles que llegaban hasta ella.
Cuando Selma la chica del servicio se acercó con el desayuno, Piper no se sobresaltó como otras veces. Parecía que todos en esa casa poseían la extraña cualidad de caminar sin ser escuchados. Conforme pasaban los días se iba acostumbrando a la manera en que se acercaban.
—Buenos días señorita. Sonrió la chica, siempre sonreía de manera especial al saludarla y mirarle el rubio cabello. Cuando Piper lo dejaba suelto por las mañanas, parecía más brillante y más claro con los rayos del sol, cuando atendía a Rachel, tenía por costumbre enrollarlo y sujetarlo con firmeza, pero esos primeros momentos del día le pertenecían sólo a ella, así que lo dejaba suelto, podía sentirse más cómoda e informal.
—Buenos días, Selma. Es una mañana muy hermosa, ¿no te parece? Creo que es mi hora favorita, aunque no puedo negar que los atardeceres son algo maravilloso.
—¿Le agrada estar aquí, señorita? Selma arreglaba los platos sobre la mesa. Piper miró el brillo del solreflejado sobre la cubierta plateado quecubría elplato con jamón. Esa mañana le habían preparado finas rebanadas acompañadas de tiras de tocino y papas fritas, en otro plato, le mandaban pan hecho en casa, acompañado de un buen café. Jamás había bebido algo tan delicioso y aromático.
Todo lo que se servía en la mesa de los Vause, era meticulosamente comprado por Galina por instrucciones de Alex. Descubrió que si sus antepasados se habían mantenido al margen de cualquier adelanto moderno, Alex no dudaría en explotar un pozo petrolero en caso de encontrar una veta en sus propiedades.
Esa mujer representaba el orgullo de sus ancestros vivían; esos señores que poseían tierras y gobernaban sus posesiones, no se podían comparar con la habilidad de Alex para dominar y administrar esa casa y su negocio. La comparo con su padre, poseía la misma destreza de él como cirujano, cuando empuñaba un bisturí con mano firme para sanar al enfermo.
Miró a su alrededor y reconoció que a pesar de proponerse odiar cada uno de los rincones de esa casa, había llegado a apreciarlos y a reconocer su belleza.
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The Tattoo Girl
FanfictionPiper Chapman, con un corazón solitario, embargado de soledad y tristes recuerdos, en busca del olvido encontró el amor en una mujer que de alguna manera estaba unida a la tragedia que vivió y quería olvidar. No se permiten copias o adaptaciones de...