The Tattoo Girl

Quiero amarte hoy

El día siguiente resultó siniestro para los ocupantes de la casa, tal parecía que una nube oscura pendiera sobre ellos enturbiando la claridad del cielo azul.

Mirar a Alex después de haber estado entre sus brazos, se había convertido para Piper en un tormento insufrible, cuando sus ojos se encontraban, se podía advertir que entre ellas había surgido algo que las unía mas que nunca y Piper sentía que sus nervios no podían soportar aquella tensión, daba excusas para no estar presente, no deseaba que Rachel pudiera ver el amor que sentía por Alex en sus ojos, que sospechara al percatarse de su forma de mirar a su prometida. Evitaba cualquier sitio en donde sabía que podía encontrarla a solas. Esperaban que de un momento a otro llegara Sheryl, pero el día avanzaba y nada que aparecían. No deseaba encontrarse con Alex y tener que controlar sus sentimientos para no arrojarse en sus brazos.

Verla era ya un tormento insufrible, cuando sonreía con su encanto característico, Piper deseaba gritarle a Rachel que estaba equivocada, que no debería abusar de su cariño, Alex poseía tanto que ofrecer a una mujer y Rachel sólo podría recibir su compasión, le daría su compañía, su protección y el matrimonio sería un contrato verbal, sólo eso, Piper lo sabía en lo profundo de su ser.

El amor y el no desear echar a perder su reputación como una enfermera intachable, fue lo que animó a Piper a hablar con Diane, se dirigió a la salita donde leía la correspondencia, al verla dejo lo que hacía a un lado sonriendo cariñosa, Piper le explicó que Rachel se encontraba muchísimo mejor, más de lo que esperaba, así que sus servicios ya no eran necesarios, por lo que pensaba marcharse.

—No, aún no te marches... Repuso Diane, —Quédate, sé que hoy vendrá la doctora Duncan, Alex me lo dijo anoche. Piper paso saliva, se sintió avergonzada. —Por favor, solo hasta que la doctora le haga esos estudios, si todo sale bien, entonces me dolerá mucho dejarte ir. Diane bajo la vista, no solo lo decía por ella, también lo decía por Alex, era ella quien sufriría más,

—Es imposible señora Diane. El pánico se apoderó de Piper, sabía que no podría quedarse y tenía que pensar en una excusa que le permitiera alejarse de Alex, era imposible verla sin evitar que el amor saliera por sus ojos, marcharse significaba un dolor muy grande, pero tenía que hacerlo, tenía que encontrar las fuerzas necesarias para alejarse de ahí, se iría con Sheryl si era necesario..

—Usted lo ha dicho, si todo sale bien como me imagino que así será ya no será necesario que continúe aquí señora. Agregó Piper sintiendo que su voz temblaba al hablar. —Rachel se recuperara conmigo o sin mí, no me necesita y estoy recibiendo un sueldo sin merecerlo.

—No importa. Repuso Diane tomando sus manos. —Quédate un poco más y acepta ser nuestra invitada. Te mereces unas vacaciones y no existe lugar más bello que aquí para que puedas disfrutarlas. Suspiró y continuó.  —Sé que al principio no ha resultado fácil tratar a Rachel, pero me he dado cuenta que tú y ella tienen algo en común, son jóvenes y.... Que las dos queremos a Alex pensó Piper. —Además siento que se han vuelto amigas, ¿o me equivoco? Necesitas un descanso y creo que la casa te agrada y has llegado a considerarla como tu segundo hogar, ¿no es así?

—Sí —murmuró. Era verdad, la sombra de Roberta había desaparecido ya no la veía en el rosto que amaba. —Creo que nunca existirá una casa más bella que ésta, pero debo marcharme y lo haré cuando finalicen los exámenes de Rachel, quiero tomar unos estudios que mejorarán mi carrera y sólo puedo llevarlos a cabo en otro país.

—Tu carrera. Exclamó — ¿En otro país? Diane sintió que el piso se le movía, pensó en Alex. — ¿Acaso nunca antepones tus bienestar o tus deseos? Eres muy atractiva para encerrarte tras los muros blancos de un hospital ¿y el amor Piper?.