Robbie

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Un nuevo día despuntaba en la casa de las Ninfas, Piper como todos los días desde que llegó salió al jardín a tomar ese café al que ya se había acostumbrado a beber, los rayos del sol acariciaban su rostro ahuyentando el frío de la mañana, Selma apareció con una sonrisa la cual correspondió Piper..

—Buenos días señorita Piper, ¿cómo amaneció hoy? Se quedó viéndola, Piper se había ganado su cariño.

—Hola Selma, buenos días, hoy es un día hermoso ¿no crees?

—Ya lo creo señorita, y me imagino mañana será el más feliz para usted y la señorita Alex.

—Oh! Si, jamás me imagine que sería tan feliz. Piper levanto su mirada al cielo, buscando quizás la sonrisa de sus padres.

—Yo quiero decirle que estoy muy feliz que al fin la señorita Alex y usted .... Bueno que al fin vayan a casarse.

—Al fin eh! Piper sonrió.

—Bueno es que cuando usted se fue, la señorita no era la misma y bueno.. ahora es la misma aunque debo decirle que cambio mucho, gracias a usted. Selma sonrió.

—Y yo también Selma, ella cambio mi tristeza por alegría, una que perdí hace mucho, ella fue quien la encontró y me la devolvió. Galina apareció en esos momentos Selma al verla se despidió

—Compermiso, si necesita algo estoy para servirle. Salió dejando a Galina con Piper.

—Bueno días Galina, ya me di cuenta que me hizo caso. Piper admiro  su vestimenta.

—Un cambio siempre es bueno, gracias a usted me deshice de aquellos trapos negros, me alegro que haya vuelto. La tomo por el hombro.

—Si ya todo se aclaró, espero que me acepte como novia de Alex. Piper se mordió el labio un poco nerviosa.

—Señorita Piper, yo no soy nadie para aceptar o no, pero una cosa si le digo, usted es la indicada para ella, ese brillo en sus ojos nunca se lo había visto hasta que apareció usted, es el mismo que veo en los suyos.

—Red, ¿puedo llamarla así? Galina asintió. —Solo puedo decirle que ella es como este sol, ella ilumina mi vida, aun en la noche, sigue siendo mi sol.

—Y usted lo es para mí señorita, quiero desearle que sean muy felices, se lo merecen las dos. Alex salió al jardín escuchando lo último que decía Red.

— Si Red, lo seremos, porque nuestro amor en tan grande que no se puede medir con nada. Se aproximó a Piper dejando un beso en su frente.—Buenos días amor, te extrañe. Piper tomo su mano dejando un beso en su dorso.

—No quise despertarte. Red se despidió.

—Me retiro, le sirvo algo señorita. Vio a Alex.

—Un café si me haces el favor.

—En seguida se lo traigo.

—Ya todo está listo, mañana para estas horas el juez debe estar casándonos. Tomo las manos de Piper besando primero una y después la otra. — ¿Eres feliz?

—Y como no serlo, tú me haces feliz.

—Estaba pensando, qué te parece si vamos a pasear, Luna te ha extrañado mucho.

—Crees que sea oportuno, aún hay cosas... Alex se paró jalándola a su pecho.

—Vamos solo será un momento, nadie se dará cuenta. Red salió con el café, Alex se lo tomo como si fuera agua.

—Delicioso Red, si preguntan por nosotros no sabes nada.. Red asintió sonriendo al verlas correr

Sin perder tiempo salieron corriendo rumbo a los establos, sus risas era como dos adolescentes que acaban de hacer una travesura y huyen del regaño de mamá, al llegar Luna empezó a golpear el piso, se notaba ansiosa por salir, Alex la saco, acomodo la montura, para después hacer lo mismo con su caballo, Alex ayudó a Piper a montar, Alex hizo lo mismo, montó ágilmente para encaminarse a donde sería su lugar preferido.....

The Tattoo GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora