¿No luchará?

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En el colegio.

Marinette y Adrien estaban en la oficina del director, nerviosos, mientras el hombre los observaba.

Gracias a Kim, los dos estaban en problemas y ahora tenían que esperar a que sus padres lleguen por ellos.

Adrien, quien era el más preocupado de los dos, movía levemente su pié derecho, de tantos nervios.

La chica, al darse cuenta de éso, le tomó de la mano, ganando la mirada de él y le dio una sonrisa.

-No te preocupes, todo estará bien, te lo prometo.

El chico al oír éso, sonrió por unos segundos, ignorando la mirada del director Damocles.

El hombre se sentía mal por ser estricto y llamar a los padres de ellos, ya que en verdad Kim sólo agrando lo que vio.

Quizás, estaba siendo muy injusto con ellos.

La puerta de la oficial se abrió, pasando Gabriel Agreste, volteando los dos jóvenes a verlo.

Gabriel, de muy malhumor, miró a su hijo, a la chica, como se tomaban de la mano y dio un suspiro.

No podía creer que tenía que perder tiempo por algo que es común en los jóvenes, pero sí el director de ése colegio era tan estricto, quizás estaban haciendo algo indebido.

-Me disculpó por todo lo que haya hecho mi hijo, dañando el prestigioso nombre de éste establecimiento...

Se disculpó el Agreste mayor, mirando al director Damocles y pronto miró a su hijo.

-Desde ahora tienes prohibido salir con la señorita Dupain-Cheng, es mala influencia para ti.

Los rostros de los tres presentes que oyeron éso, quedaron pálidos.

Marinette sostuvo con más fuerzas la mano de su novio, dispuesta a discutir con el diseñador, aún sí era odiada por él.

Adrien, lejos de oponerse o luchar un poco, soltó la mano de su novia, sorprendiendola.

-Entiendo.

Su voz se oyó débil, apagada y quebrada.

En otro momento, Marinette lo hubiese abrazado, dispuesta a luchar, pero aún seguía en shock por que él no hacía nada para pelear, sólo... se rindió.

¿En verdad no luchará por ella, por lo que tenían?...

A él no le gusta en verdad ¿verdad?

El director Damocles no aguantó más ver ése error que cometió y decidió hablar.

-Señor Agreste, en verdad, no hace falta ser tan estri...

-Es mi hijo y yo decido lo que es correcto o no, para él.
Vamos, Adrien.

Agarrando a su hijo del brazo, se lo llevó con él, viendo el director Damocles su inmenso error, mientras Marinette agachaba la mirada y apretaba sus puños, derramando un par de lágrimas.

Adrien, no quiso luchar por lo que tenían.

Continuará...
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¡Hola!

Y aquí, se les prohibió ser novios, gracias a nuestro querido amigo, Kim👍

No lo odien tanto, ¿sí?

Maratón, AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora