AMERICA
ROTTERDOWN
Una semana después de inscribirse en la universidad Alessia se ha dedicado a repasar todos sus conocimientos, especialmente sobre números, puesto que Robert la quiere como su asistente para llevar el libro de finanzas, cosa que la joven Montenegro aun no puede creerse.
— ¿Qué haces Sandro? — pregunto Jane entrando a la biblioteca en busca de un libro.
Alessia quita la vista de su libro y mira a la niña divertida — ¿Ahora soy Sandro? —
Jane ríe. — Bueno supongo que debes ir adaptándote al nuevo nombre, después de todo — dice encogiéndose de hombros. Alessia ríe y vuelve a su lectura, al tiempo que el silencio de la casa en cortado de tajo por un grito desgarrador.
Alessia se levanta en el acto, mira en todas direcciones hasta que recuerda la navaja suiza que Robert guarda en su chaqueta de caza, la saca y se gira a ver a Jane. — No salgas hasta que yo te diga ¿entiendes? — la niña asiente repetidas veces.
Alessia corre hacia el ala sur de la casa Green, que es desde donde provino el grito, y al llegar se encuentra con una escena totalmente diferente a la que se imaginó. Se trata de Esmeralda abrazando a un joven de cabello negro y ojos muy azules que luce bastante inofensivo, aun así y aprovechando que anda vestida como Alessandro. Da un carraspeo para llamar su atención. Ambos jóvenes se separan.
— Ale... — la Montenegro agranda sus ojos y por suerte Esmeralda capta la señal. — ¡Alessandro! Que alegría que bajases. — dijo sonriendo nerviosa.
— Estaba en el despacho de tu hermano con Jane cuando... —
— ¿Alessandro es un nombre europeo cierto? — pregunto el muchacho mirándole con mucha curiosidad, lo delataba su ceja levantada y una sonrisa burlona, como si supiera algo que los demás.
— Eh... sí, claro es, es un nombre italiano. — dijo con voz gruesa.
— Ya... — miro a Esmeralda. — Supongo que él es tu prometido europeo. — Alessia abrió mucho los ojos y Esmeralda igual, rápidamente negaron.
— No, no, no. Por supuesto que no. Él es mi futuro cuñado. — explico y el joven asintió lentamente. — Ya me extrañaba a mí que Robert permitiese que un hombre como Alessandro rondase alrededor de Jane siendo un... extraño.
Aquel muchacho debía ser de la misma edad que Alessia, pero a primera vista se notaba que era un hombre de mundo. Su cabello no iba pulcramente peinado, más bien lucia algo alborotado, sus ropas se veían costosas pero de otro país, sin embargo lo que verdaderamente le causaba terror a Alessia era el como la observaba, como si lo supiese todo. ¿Era tan obvia? No. Había engañado a los de la universidad.
— Alessandro permíteme presentarte a Matthew, él es nuestro medio hermano. — Alessia estrecho la mano del caballero como Robert le había enseñado.
— Es un placer ser Green —
— Digo lo mismo... — le miro significativamente y ella le esquivo. — Bueno. — froto sus manos. — ¿Dónde está mi pequeña diablilla? —
— Debe seguir en la biblioteca, creí que podría tratarse de un intruso y le ordene que permaneciese allí... — Matthew le miro burlón.
— ¿Conoce a Jane Green? Nunca hace caso. —
— Resulta que a Alessandro le obedece en todo... — La voz de Robert fue como el canto de los ángeles para la joven Montenegro que necesitaba salir de esa incómoda situación lo antes posible. — Alessandro. — le llamo y Alessia rápidamente le miro. — Vaya a los establos y pídale a Josef, el encargado. Que ensille a Apolo. Gracias. — ordeno, Alessia asintió y se retiró lo más rápido que pudo. Una vez se encontraba lo suficientemente lejos del nuevo miembro de los Green, se permitió respirar con tranquilidad, con él iba a tener que cuidarse las espaldas...
Tres días después de la llegada de Matthew, Alessia ha hecho todo lo posible para evitarlo, sin embargo la curiosidad que siente el, por Alessandro, termina siendo más fuerte que las energías de la joven Montenegro para evitarle, es por ello que cuando él llega al salón donde se encontraba leyendo ni siquiera intenta retirarse. Por lo que Matthew aprovecha para finalmente conversar con el extraño y nuevo habitante de la hacienda.
— Entonces... Sandro. — Alessia hizo un ruido que podría interpretarse como una invitación a continuar hablando. — ¿Exactamente quién eres? — la joven Montenegro dejo el libro aun lado no sin antes marcar la página, dio un largo suspiro y miro al curioso Matthew.
— Te digo lo que quieras saber, si me hablas de ti primero. — con esa condición, Alessia cree poder ahuyentarle pero al contrario. El nuevo Green se sienta frente a ella listo para iniciar su historia.
— Bueno en ese caso mejor nos ponemos cómodos, bien... hablar de mi sin mencionar a mis hermanos es bastante complicado, así que omitiré lo más que pueda sus vidas pero, si se me escapa algo mejor no se lo comentes a Robert, se nota que le caes bien. — dijo y Alessia asintió cruzándose de brazos. — Yo nací en New Orlands, mi padre ya estaba casado, sin embargo mi joven y muy pobre madre no lo sabía. Ella fantaseaba con ser como las Señoras pomposas que ya tú estarás acostumbrado a ver. Muy limpias y finas, pasando frente a ti con ese caminar pretensioso y mirando por encima del hombro a todos los demás. Mi padre se dio cuenta de ello apenas la conoció. No perdió tiempo con palabras dulces, el sabía que para ganar el corazón de mi madre, solo necesitaba sacar su cartera; y ella sabía que para lucir como esas mujeres finas solo necesitaba una cosa...
En fin nunca supe los detalles pero como es obvio iniciaron una relación, él el saco de agujero de ratas en que ella vivía, le compró una casa y 50 hectáreas de terreno para que viviese bien. Pero como dicen entre cielo y tierra no hay nada oculto, pocos meses después de mi nacimiento una de las señoras pomposas que odiaba a mi madre vino aquí, a Rotterdown. No pasaron ni dos días antes de que viera a mi padre y Rubí juntos.
— ¿Rubí? —
— Ese... es el nombre de la madre de Esmeralda y Jane. — aclaro. — De cualquier forma, yo ya tenía su apellido y madre una linda casa. Jamás le importo que la gente la llamase de todas las formas en que fue llamada, sin embargo nunca pudo soportar que a mí me llamasen bastardo. Cuando cumplí diez años nos mudamos a California. Mi padre cortó comunicación con nosotros poco después de eso, y no supe más de él hasta que murió. — Matthew sonrió triste.
— Lo más irónico es que... murió como nació, completamente solo... no sé si este mal pero, me gusta pensar que fue su karma por todo el mal que hizo. —
Alessia quería llorar ante tan atroz historia, pero estaba tan inmersa que antes de poder retractarse soltó. — ¿A quién más lastimo? —
Matt le miro.
— Rubí, Violet y... Agatha. — Alessia enarco una ceja. — la madre de Esmeralda y Jane siempre fue humillada por no poder concebir un hijo, mi madre fue humillada por enredarse con un hombre casado, Agatha... el único error de Agatha fue trabajar aquí. — Alessia no pregunto más, no lo necesitaba. No quería averiguar más. Sabía que los Green habían sufrido y aun así jamás imagino cuánto.
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Una Dama Altruista #1 (Saga Las Montenegro)
Historische RomaneAlessia Montenegro Foissard, futura marquesa de Montpensier. Una dama de alta cuna, criada en casa por los mejores maestros que Francia pudiese pagar. Siendo la segunda de seis hermanos es normal que su carácter se formará fuerte y protector. Tras u...