Alessia Montenegro Foissard, futura marquesa de Montpensier. Una dama de alta cuna, criada en casa por los mejores maestros que Francia pudiese pagar. Siendo la segunda de seis hermanos es normal que su carácter se formará fuerte y protector. Tras u...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente Alessia no fue vista por ningún rincón de la casa, Esmeralda se sentía como una idiota y Robert necesitaba hablar con ella. Pues temía que quisiera abandonar la idea de estudiar solo por toparse con Logan Moreau. Habían pasado gran parte de la mañana y tarde buscándola. Sin embargo todo esfuerzo resulto inútil. Hasta que llego la media noche.
— ¡Robert! ¡Esmeralda! ¡Encontré a Alessia! — grito Jane, Robert y Esmeralda corrieron siguiendo el sonido de la voz de su hermanita, sin poder creérselo Alessia se encontraba nada más y nada menos que en el ático.
Alessia estaba profundamente dormida, ni siquiera los gritos de Jane la despertaron. Robert soltó un suspiro de alivio al verla, realmente estaba preocupado por ella. Esmerada casi llora al ver el rostro hinchado de su amiga.
— Robert debes llevarla a su habitación — dijo Esmeralda al ver que su hermano solo miraba a Alessia sin decir nada, este reacciono ante las palabras de su hermana y tomo a Alessia en brazos.
Al dejarla en su habitación se percataron de que Alessia tenía fiebre, probablemente producto del gran estrés de la noche anterior. Robert mando a traer agua fría y compresas de tela. Mientras que Esmeralda ordenaba que se preparase un caldo de pollo.
Jane se quedó al lado de Robert ayudando a cuidar de Alessia, hasta que el sueño la venció y Robert la llevo a su habitación. Al mismo tiempo que Alessia reaccionaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Alessia despertó sentía la cabeza demasiado pesada, le dolía terriblemente y se lamentaba una y otra vez por haberse escondido en ese ático, pues la falta de comida y el llanto le estaban pasando factura.
Para cuando Robert volvió a la habitación de Alessia, está ya se encontraba sentada al borde de la cama y con claras intenciones de levantarse, por suerte Robert llego a tiempo para impedírselo.
— Olvídalo. Estas muy débil como para sostenerte en pie. — reprendió el, y la joven Montenegro gruño disgustada.
— Estoy bien, solo... me estrese mucho. — dijo esquivando la mirada verdosa del mayor de los Green.
