3° The First Time || Mikellino

08; Volver atrás.

—Mike, cariño, ¿qué pasa? —¿Por qué no eres capaz de verlo por ti mismo?

No quería hacer esto, no quería.

—Mikel... —mire atrás mío, Timba me veía con cierta tristeza.

—Acabaré con todo esto, Timba, tranquilo —salí y cerré la puerta.

Te mire con cierto temor, temor a lo que vaya a suceder.

—¿Qué pasa? —volviste a preguntar.

—¿Es que en serio no lo ves, Trolli? —solté una risa amarga y te miré con desdén.

—¿Ver qué? —Tu mirada empezaba a ser la que ya conocía, llena de odio.

—Del daño que me haces —dije, estaba viendo tus ojos, ya no eran iguales—, tu sola presencia me hace mal.

—No digas estupideces —me miraste de mala forma, te acercaste a mí, intentando intimidarme—. Yo no te he hecho daño, nunca. —Ante esas palabras me reí, donde descargué todo mi odio hacia ti.

¿De verdad me amas, mi amor?

Si es así, déjame ir, déjame ser feliz.

Deja que vuelva a enamorarme.

—¿No podemos ser como antes? —No dijiste nada— Volver a ser... solo amigos.

Sentí algo destrozarse en el momento que me besaste, déjame ir, por favor.

—Quiero estar a tu lado, Mike.

—¿Por qué?

—Porque te amo.

Intente buscar las palabras correctas para decirte lo que quería, pero volviste a acercarte a mí. Fue ese momento que reaccione.

—¿Me amas? ¿O no quieres que te deje como los demás? Me mantienes a tu lado porque quieres que sea tuyo, de nadie más. Lo único que sientes por mí es la obsesión que tienes porque no te vuelvan a abandonar, de que no me vaya.
»Si me amarás entonces no me hubieras golpeado en esa ocasión —Solo me mirabas, tus ojos pronto se cristalizaron —. Me dejarías amar de nuevo, ¿quieres que sea feliz, Trollino?

Me volviste a tomar de los brazos, yo no hacía nada, te odio, pero me gusta sentirte cerca mío.

—Te amo. —Palabras tan simples, dichas con tanta sinceridad. Fue la primera vez que me lo dijiste con tanto amor, y el beso que me diste estaba cargado de ternura.

Yo sólo lloraba, quería volver atrás, a esa noche, donde estaba el Trolli del que me enamoré.

Quería recuperar mi felicidad, una que me diste, pero también que me quitaste.

Me separé rápidamente y de forma brusca.

—Yo deje de hacerlo desde hace mucho. —No te deje contestar, entre junto con Timba, tus gritos y golpes me hacían querer irme de ahí.

Pero las palabras que me destrozaron fueron las últimas.

«No te vuelvas a ir, no me dejes otra vez, Mike...»