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Su corazón late rápido, lento, sufre una arritmia que casi le hace vomitar lo poco que había ingerido esa mañana.

Taemin dudó.

Y a Minho le dolió.

Taemin no lo vio.

Minho aguantó con el corazón cayéndose en pedazos, pero con el rostro inexpresivo.

Taemin puso una mueca de resignación.

Minho bajó la mirada sintiendo que se arrepentía por haber propuesto aquella locura.

—Taemin.

La voz de su madre le saca de sus estúpidas cavilaciones, casi le ordena que tome la opción, aunque no lo dice, tan sólo pronuncia su nombre y con ese tono.

—Lo haré.

Obedece, no sabe si por su naturaleza sumisa, o por ese miedo a ir a alguna cárcel, o porque prefiere no pensar en lo que conllevaba la marca.

Había tanto de lo que hablar. Un elefante blanco paseaba en la sala y nadie dijo nada.

Taemin entra a su habitación y mirando por un segundo a Minho, le invita a pasar. Su madre les observa, sabiendo lo que ocurriría pronto allí.

Un sacrificio, una mordida y un vínculo indeseado.

Y ninguno dice más de lo necesario.

—Mírame —Minho respira profundo cuando los orbes cafés del más bajo se clavan tímidamente en los suyas.

—Minho —pronuncia esa boca temblorosa.

Taemin siente que el hombre que tiene a un paso suyo no es el que siempre conoció, se ve diferente, huele diferente, pero le mira de una forma que no sabe interpretar, que en ese momento es imposible porque Minho parece transformarse.

Se siente tan diferente.

Se siente extraño.

Lo siente extraño.

—Sólo voy a... vincularte —Taemin frunce el ceño sin lograr entender, sin escuchar el sonido de lo que era tan evidente a gritos—; no tendremos sexo.

Y siente como si el mundo dejara de pesar sobre sus hombros, casi como si volviera a respirar. Pero hay algo más que se sienta en su pecho, que lo oprime y en lo que no quiere pensar.

—No voy a tomarte de esa manera.

Era egoísta, era joven, apenas podía imaginar lo que aquello significaría.

Claro. Era la culpa. Esa sensación que se sienta en su pecho y le oprime.

Minho no tenía nada que hacer ahí y sin embargo...

—No debes si no quieres —logra articular con dificultad, volviendo a mirar hacia el piso, en una actitud en la que no se reconoce—. Yo...

—Ya tomé la decisión.

Y su voz parece como una orden, por lo que calla, aunque quiera decirle que lo siente mucho.

—Voltéate.

Y se siente como una masa amorfa, como si su cuerpo respondiera ante el toque de esas grandes manos que le ayudan a moverse. Le siente respirar cerca, siente el olor de su perfume, y debajo puede oler el aroma que le hace recordar a su niñez y esas ganas de aprender todo lo que ese alfa engreído le enseñaba para sobrevivir.

Quería gritar, quería empujarle y decirle que se largara de allí, que él podría con el castigo que le impondrían, sin embargó está ahí, de pie y quieto sabiendo que Minho podría ser condenado a pasar varios años en la cárcel, pagando lo que no hizo.

Y sollozó, las lágrimas caen por sus mejillas. Él entiende y sabe más de lo que su cuerpo le permite transmitir.

Ojalá Minho le perdonase algún día.

*

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¿Minho lo morderá?

¿Qué opinan de Taemin?

Pasen buenas noches bellezas <3

Nos leemos pronto <3

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora