S é p t i m o

216 21 3
                                    

Ahora escucha.

Escucha atentamente a lo que voy a decirte.

Te lo diré con palabras acalladas, ese es el inconveniente de la tecnología de hoy en día, pero me veo capaz de transmitirte el color con palabras leídas y una buena imaginación por parte del lector.

Suerte de ti, si no, no habría color.

Imagina la brisa de un viento suave de primavera. Aquellos momentos en los que levantas la mirada en una mañana iluminada y el viento sopla palabras incomprensibles:

Bssss, ssiiissss, zzzzuuuu, ffffuzz.

¿Lo oyes? Es el viento hablándote. Pero no es un viento huracanado, no, esos tienen otro color. Piensa en el viento primaveral, suave y efímero. Aquél que roza tu piel y te estremece. Aquél que aún lleva frío de invierno, pero colores vivos de primavera.

Probemos otro sonido.

Imagina que estás en verano, en alta mar. Levantas la mirada. Sólo sientes el viento salpicar agua salada contra tu piel. El mar, fresco del invierno, pero calmado. El viento calla y el mar habla:

Fffff. Brrr, glugluglu. Bbbsssss, brrrr, gluglug.

¿Lo oyes? Los peces en el mar y el viento salpicando.

Ya, oye, debes saber qué color te habla.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora