D e c i m o q u i n t o

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Es ambos, principio y final.

Como un día roto al final de la montaña.

Como el inicio de todo, y el universo, con una implosión.

Ese es el color de la música más cálida, esa que hace nacer lágrimas que los corazones más fuertes retienen en su interior; o es el color del silencio tras una explosión que arrasa con todo.

Es cálido. Caliente. Ardiente. Pero no demasiado, nunca es demasiado.

Es tenue, como ese final de día reflejado en las nubes sobre las montañas, y reflejado sobre el agua del mar.

No es demasiado intenso, pero te da energía para continuar. Para empezar o para acabar.

Una bombra, ¿la imaginas? ¿La sientes, ardiente, entre tus manos? Tiembla para explotar. Ese es el color, el que arrasa con la vida, el que te da energía para salir corriendo, la de la explosión, la que hace que la metralla se incruste en tu piel.

Pero no es el color de la muerte, ni de la sangre, sino de la energía.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora