Capítulo 5

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Narra Vero:

Al salir de mi casa, para dar una pequeña vuelta y así meditar un poco sobre todo lo que me había pasado esta noche, vi como un Audi blanco estaba enfrente de mi puerta con las luces encendidas. De repente, la ventanilla del copiloto se bajó y yo me sobresalte, pero cuando vi quien se encontraba dentro me sorprendí. Le pregunte a Marco que qué hacía aquí y porque no estaba ya en casa descansando junto a su novia. Marco abrió la puerta del copiloto y me invito a entrar, entré y nos fuimos a dar una vuelta en el coche y estuvimos dos horas o así hablando. Durante todo ese tiempo, escuche con atención como el del conjunto blanco contaba que le había pedido un tiempo a Marina, ya que estaba confundido por todo lo sucedido dos días antes de la llegada de la mallorquina a la capital. Yo le dije que no iba a opinar sobre el tema ya que no pintaba nada en el tema, pero la respuesta de Marco me asombro. Me dijo que sí que pintaba en el tema, ya que Marina se lo había hecho muchas veces, pero esta vez, era diferente al haberle recordado a la niña de la sub-16, y que le gustaría empezar a conocerme.

Mi reacción a toda la conversación, fue huir. Salí del coche del madridista y me fui corriendo a la academia de baile, ya que era el sitio que más cerca me pillaba para esconderme, pero obviamente Marco corre más rápido que yo y me alcanzó. Me llevo dentro de la academia y allí me preguntó porque siempre huía. Así que le conté el motivo por el que siempre huía de todo. Hace unos años, mantuve una relación durante 5 meses con un chico, que me fue infiel y me hizo mucho daño además de coincidir con el momento en el que me separé de mis mejores amigas. Desde ese momento, siempre huyo de la gente que quiere conocerme. Prefiero quedarme con la gente que ya tengo, y se que no me van a traicionar. Marco quedó impresionado a mi confesión, y sólo se mantuvo en silencio mientras que me apartaba las lágrimas que se agolpaban en mi cara y me abrazaba fuertemente.

Como ya era bastante tarde, decidí que iba a dormir en la academia ya que no me apetecía volver a casa.

Narra Marco:

En el momento en el que Vero me relató lo que la hacía siempre huir de mí, me entraron ganas de abrazarla muy fuerte y cuando la levante la cabeza y vi en sus ojos lo vulnerable que podía llegar a ser, lo dolida que estaba y note como su primera lágrima caía, no me contuve y lo hice, la abracé como si no hubiese mañana. Y con cada lágrima que le quitaba, más me daba cuenta que sentía algo más que una amistad por ella.

A los pocos minutos de que Vero dejo de llorar, bajamos al bar a tomar un vaso de agua. Quien nos lo sirvió era Rafa, uno de los mejores amigos de la enana, y me di cuenta de que era muy majo y simpático. Cuando me quise dar cuenta, Vero había subido a la sala A, y la observé como preparaba sus cosas para darse una ducha. Así que la di su espacio y volví al bar. Ya pasada la media hora, volví a subir y vi como abría la cama para introducirse dentro, cuando Vero me vio, se acercó a mí y me dijo que pensaba que me había ido a casa.

Yo quería quedarme con ella a dormir, y justo pude ver como su cara cambió. Me pregunto que qué había dicho, entonces me di cuenta que pensé en voz alta. Le dije que me apetecía quedarme con ella, y ella no muy convencida dijo que le parecía bien pero siempre y cuando durmiese en otra cama. Yo acepte encantado, realmente no había tenido nunca tantas ganas de quedarme con alguien a dormir.

Así que prepare una cama lo suficientemente cerca de ella, pero sin agobiarla. Ella se durmió rápidamente, y no me extraño tras el día duro que había tenido y sin darme cuenta empecé a pensar en que hubiera pasado si hubiésemos mantenido el contacto cuando éramos más pequeños. Y poco a poco me quede dormido viendo como Vero dormía tranquilamente. Y esa noche soñé con una niña pequeña con ojos brillantes y unos rizos perfectos de la que me enamoraba.

Narra Sergio Ramos:

Como cada mañana, me pasé por la academia de Vero para desayunar con ella. En la puerta de la academia vi un coche que me resulto muy conocido. Subiendo a la habitación donde duermen los bailarines, me di cuenta de quien era ese coche, era de Chencho. Me di más prisa y subí las escaleras de dos en dos. Cuando entre en la habitación, me quede pasmado, Vero estaba en una cama que no era la habitual, pero eso no era lo que me había impresionado si no la persona que dormía con ella, era Marquito quien abrazaba y quien agarraba la mano de mi mejor amiga.

Les hice una foto, y se las mandé a los dos por WhatsApp.

Fue cuando se me ocurrió una idea, encendí el altavoz que se encontraba en la sala y puse una canción movidita

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Fue cuando se me ocurrió una idea, encendí el altavoz que se encontraba en la sala y puse una canción movidita. Entonces, Vero y Marco se despertaron y vieron como estaban durmiendo, corriendo se levantaron y se pusieron rojos como tomates. No pude evitar soltar una carcajada, los dos me miraron, Vero avergonzada y Marco con cara de enfadado.

Decidí dejarlos solos, así que me bajé al bar a esperar a los tortolitos.

Cómo un chico de Mallorca cambió mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora