Capítulo 15

151 15 4
                                    

Narra Vero:

Me desperté muy cansada, anoche nos tiramos hasta muy tarde hablando de lo que haríamos estos 9 días que estaríamos sin vernos. Marco estaría hasta el día 6 por la noche en Mallorca, y luego se iría del día 6 al día 12 con la selección, yo no podía ir porque debería empezar a hacer todos los trabajos que me habían mandado en el instituto, y tendría que ponerme a trabajar ya en mi solo de los regionales.

Marco ya llevaba media hora vestido cuando por fin yo terminé de ducharme, vestirme, peinarme y maquillarme. Me dijo que debería llevar ropa cómoda y abrigada y luego tendría que ponerme algo más bonito para irnos a comer.

Nos metimos en el coche, y le pedí a Marco que pusiese corriendo la calefacción porque me estaba congelando y no puedo ponerme mala, una vez puesto empezó a sonar temas de Ozuna, y con todo el dolor de mi corazón lo quité ya que era demasiado pron...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos metimos en el coche, y le pedí a Marco que pusiese corriendo la calefacción porque me estaba congelando y no puedo ponerme mala, una vez puesto empezó a sonar temas de Ozuna, y con todo el dolor de mi corazón lo quité ya que era demasiado pronto como para escuchar algo tan movidito así que pusimos una playlist de Spotify más relajada.

Poco a poco, me fui dando cuenta de que íbamos de camino a la playa y le pregunté a Marco qué si estaba loco, porque ni borracha me metería al mar y menos aún sin llevar bikini. Marco se empezó a reír y me dijo que me tranquilizase y en el momento que aparcó el coche y bajamos por la rampa de la cala, vi como había un pequeño yate que suponía que era para nosotros. 

Nos montamos en él, y era precioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos montamos en él, y era precioso. Marco se sentó en la camilla, y me empujó hacía sí para poder tumbarnos y mirar al mar. Nos pasamos allí como media hora, hasta que mis tripas empezaron a rugir como locas y nos metimos dentro del yate para así poder desayunar. Todo dentro era precioso, había una decoración súper bonita y un desayuno que no iba a durar nada en la mesa.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cómo un chico de Mallorca cambió mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora