Capítulo 24

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Narra Vero:

Por fin iba terminando enero, y se cerraba el plazo de fichajes de invierno. Creo que es uno de los momentos que más odio, el mercado de fichajes.

Lo bueno de este mes, es que a medida que va acabando se va acercando el cumpleaños de Marquito. Entre todos, hemos decidido hacerle una fiesta sorpresa, pero distinta a las habituales. Como su cumpleaños cae este año en lunes, decidimos regarle un viaje con sus familiares, amigos, y compañeros más allegados a Marrakech. Sergio, Lucas, Isco, Igor, su padre y yo ya teníamos todo planeado. En cuanto el partido del sábado terminase, iríamos al aeropuerto y allí empezaría nuestra sorpresa.

Como quería que fuese un cumpleaños especial, porque a parte de que cumplía 21 años, iba a ser el primer cumpleaños que pasaríamos juntos. Decidí comprarle un par de sudaderas, unas gorras, un cd con 31 canciones que me recordaban a él para escucharla una cada día, y una cajita con 21 motivos por lo que le quiero.

Sábado 19 de enero de 2017

Narra Marco:

Estos últimos días con Vero han sido geniales, hemos estado de un lado hacia otro. Hemos ido a cenar, comer, hemos dormido juntos en su academia. Nuestra rutina siempre es la misma, a las 7: 00 a.m. suena la alarma de Vero, nos despertamos juntos, nos duchamos juntos, desayunamos y ella va a clase. Después de mi entrenamiento, vuelvo a su pueblo y comemos juntos, la ayudo un poco a estudiar, veo sus clases de baile, nos volvemos a duchar juntos y cenamos por la capital.

Poco a poco se va acercando mi cumpleaños, y Vero se vuelve más pesada. Todos los días me pregunta que, si estoy algo nervioso por mi cumpleaños, y es que tiene ella más ganas que yo de que sea mi cumpleaños. Para mi esta fecha es un poco difícil, en casa siempre hemos pasado nuestro cumpleaños con toda la familia, además de que mi cumpleaños coincide con el de mi hermano porque el suyo es el día 22 de enero mientras que el mío es el 21. Mis padres siempre me levantaban con globos en la habitación, con la tarta y las velas encendidas y con mi regalo de cumpleaños y después de celebrarlo con la familia, esperábamos hasta las 12.00 a.m. para felicitar a mi hermano.

Hoy mi alarma ha sonado a las 8:00 porque tengo que concentrarme en Valdebebas ya que tengo partido esta noche a las 20:45 contra el Sevilla. Creo que estoy con fuerzas para meter un gol y poder dedicárselo a mi madre, a mi abuela que hace mucho tiempo que no la veo y a Vero.

Una vez concentrados todos, Lucas, Sergio, Nacho, Carvajal y yo nos fuimos a la sala de juegos para echarnos unos fifas para apostar quien debería pagar la cena de esta noche en uno de nuestros restaurantes favoritos "El Amazónico". Después de cinco o incluso seis partidas, Nacho fue el pringado que perdió cuatro de las seis partidas así que el debería pagar toda la cena una vez terminado el partido.
Cuando quedaban 2 horas para irnos hacia el Bernabéu, Vero vino a visitarnos para desearnos suerte y luego meterse en el autobús del equipo sin que la prensa le vea y que así pueda quedarse en el banquillo sin luego salir en los deportes.

Vero y yo subimos a mi habitación para ver una serie "Crónicas vampíricas" mientras que nos hacíamos cosquillitas y nos dábamos mimos hasta que mi pisha decidió que era una buena idea empezar a dar porrazos en la puerta de mi habitación porque se aburría. Vero no podía parar de reír porque Isco empezó a cantar para que le abriésemos, así que me levanté y le abrí la puerta para que nos dejase en paz.
Una vez que los pasos de Isco se alejaron, volví de nuevo a la cama con Vero. De los mimos pasamos a unos besos apasionados. En cuestión de segundos estaba encima de ella, con una rodilla entre sus muslos. Le besé el cuelo, mi boca se aferraba a su piel. Ella tiraba de su camiseta y levantó de su espalda de la cama lo justo para poder quitársela. Mi lengua dejo un rastro húmedo en su clavícula y en su pecho mientras que la tiraban de mi camiseta y de mi sudadera y le ayudé hasta que solo llevaba puesto mis calzoncillos. Quería acariciar cada centímetro de su cuerpo, cada curva porque es preciosa. Me agaché para besarle su vientre y sus dedos desaparecían en mi pelo mientras que tiraban de mis raíces. Sus bragas y sus pantalones cayeron sobre el suelo y mi lengua acariciaba la piel de sus caderas. Vero me metió prisa, puse la boca en su parte más sensible y deslicé mi lengua arriba y abajo, saboreándola mientras que consumía mis sentidos. Ella despegó las caderas de la cama para apretarse contra mi lengua.
Me incorporé y abrí el cajón de la mesilla de noche, y cogí el envoltorio y lo rasgué con los dientes. No podía quitar los ojos de su cuerpo, me deshice de los calzoncillos y la besé en la mejilla, con mi polla sobre su muslo. Me enderecé y me puse el condón, le pedí que no se moviese y me obedeció mientras que me colocaba entre sus piernas. En el momento en que me hundí en ella, Vero echó la cabeza hacia atrás y yo moví las caderas en círculos despacio antes de metérsela y sacársela una y otra vez.
Yo necesitaba ir despacio para que ella sintiese lo mucho que la amo. Yo la cubría la boca de besos y ella me acariciaba con la lengua, gemí cuando me clavó las uñas en los bíceps con tanta fuerza que me dejo la marca. Ella gimió con mucha fuerza y tuve que taparle la boca para que nadie nos escuchase. Mis embestidas se aceleraban y su cuerpo se tensaba debajo del mío mientras que gritaba mi nombre entre mis dedos. Me uni a ella en unos segundos, sin guardarme nada. Le pedí que me mirase y cuando lo hizo, me remató. Solté hasta la última gota y su cuerpo se relajó. Una vez que terminamos, me quité el condón y lo tiré a la basura que había junto a la cama. Cuando me aparté de ella, me cogió del brazo para impedírmelo, me quedé sobre mi codo para no aplastarla, y mientras que yo observaba sus grandes ojos marrones, ella acariciaba mi mejilla mientras que ambos nos decíamos cuanto nos queríamos.

Cómo un chico de Mallorca cambió mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora